La Rambla es la vía más popular y también la más turística de Barcelona, un icono identificable de la capital catalana por todo el mundo que, además, tiene una denominación peculiar, la de Rambla, en recuerdo al hecho de que históricamente era el tramo inferior de una riera, que es al fin y al cabo lo que quiere decir la palabra rambla. Históricamente, ha habido debate sobre si la de Barcelona se tiene que nombrar en singular, la Rambla o en plural, las Ramblas, dado que cada tramo del mismo paseo tiene su propio nombre -de mar a montaña: de Santa Mònica; de los Caputxins; de Sant Josep o de les Flors; dels Estudis o dels Ocells, y de Canaletes-, pero actualmente el nombre oficial es el de la Rambla, en singular.

Aunque la Rambla, así, se refiere al paseo central de Barcelona que divide Ciutat Vella, es también un nombre de vial, y así en la misma ciudad tenemos la rambla de Catalunya, la rambla del Poblenou o incluso algunas que no responden al sentido de cauce de riera, como la rambla de Guipúscoa, que además circula en paralelo al mar. Conformar un vial, en todo caso, no quiere decir necesariamente ser, de manera estricta una calle, y es por eso que ha sorprendido la aparición reciente de una placa en la que figura escrito Carrer la Rambla, que ha generado estupor entre los peatones que la han observado.

La placa no normativa se encuentra en la plaza del Teatre / Foto: Jordi Palmer
Placas normativas situadas en otro punto de la Rambla / Foto: Jordi Palmer
Otra placa no normativa situada en el mismo edificio / Foto: Jordi Palmer

La placa en cuestión se encuentra en un edificio de la plaza del Teatre -el ensanchamiento de la Rambla donde está el monumento a Pitarra- que hace esquina con la calle dels Escudellers, donde también hay una no normativa donde pone Calle Escudellers. Las dos son nuevas y habrían sido instaladas recientemente en un edificio que acoge un bloque de apartamentos turísticos que, además, se acaba de reformar. Los indicios apuntan a que las placas no normativas se habrían colocado en el marco de esta restauración, probablemente por los mismos propietarios del inmueble.

Lorca ya lo dijo: "La única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca"

Lo más sorprendente de todo es que, según adelanta Betevé, el Ayuntamiento de Barcelona ha informado que las placas no las ha instalado ningún técnico municipal, además de confirmar que no se ajustan la normativa y, por lo tanto, procederán a sustituirlas. El misterioso caso recuerda el de los carteles indicadores en castellano que aparecieron a finales de 2022 en otras calles de Ciutat Vella y que, sospechosamente, aconsejaban itinerarios que no eran los más cortos pero que pasaban por zonas comerciales. En todo caso, esta calle la Rambla, aunque extraña, recuerda también aquellas palabras que Federico Garcia Lorca le dedicó a la Rambla: "La única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca".

 

Cartel indicativo en castellano que apareció en Ciutat Vella a finales del 2022 / Foto: Jordi Palmer