El Habitatge 1/11 de la Casa Bloc pasa por ser el espacio musealizado menos visitado de Barcelona, unas 900 personas en el año 2021, sin embargo, pandemia aparte, lo cierto es que si la cifra es baja no es por desinterés ni del público ni de lo que se muestra. Al contrario, lo que se puede visitar es una muestra viva de cómo era una vivienda de la más importante obra racionalista de Barcelona, un edificio situado en el paseo de Torres i Bages, en el distrito de Sant Andreu, construido entre 1933 y 1936 por el GATCPAC, y si la cifra es baja es porque sólo admite visitas guiadas previamente concertadas a grupos reducidos, de quince personas como máximo, y únicamente en sábado.
La vivienda visitable ha sido rehabilitada con su fisonomía original y amueblada con elementos de la época / Xavier Padrós - Disseny Hub
La cocina, restaurada con elementos originales, era toda una innovación cuando se inauguró el edificio, en los años treinta del siglo XX / Xavier Padrós - Disseny Hub
Con todo, según cifras facilitadas este viernes por el Museu del Disseny, que es quien gestiona el espacio, en diez años de apertura al público ya han pasado por la vivienda 13.683 personas, tanto durante las visitas guiadas como en el marco de las jornadas de puertas abiertas. Y es que este edificio, construido por el Grup d'Arquitectes i Tècnics Catalans per al Progrés de l'Arquitectura Contemporània (GATCPAC) a partir de los principios de la arquitectura racionalista extendida por toda Europa desde el fin de la Primera Guerra Mundial, difundida principalmente por la escuela Bauhaus, revolucionó el diseño de edificios al priorizar la funcionalidad por encima de la ornamentación a partir de una sensibilidad social que reclamaba la mejora de las condiciones de vivienda de las clases trabajadoras.
Francesc Macià puso la primera piedra
Los arquitectos Josep Lluís Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clavé, los tres integrantes del GATCPAC, fueron los responsables de la construcción, mientras que la primera piedra la puso el entonces president de la Generalitat, Francesc Macià. La singular disposición del edificio, dividido en cinco bloques que, vistos desde el cielo, dibujan una especie de letra ese invertida o número dos que permitía en sus doscientas viviendas un aprovechamiento máximo de la luz natural además de asegurar una ventilación adecuada, además de zonas comunes y jardines interiores. Todo ello, una revolución con respecto a vivienda destinada a la clase obrera promovida por la Generalitat de Catalunya, que era propietaria del inmueble.
El president de la Generalitat, Francesc Macià, con los impulsores del edificio delante de una maqueta de la Casa Bloc / Diseño Hub
Colocación de la primera piedra de la Casa Bloc, con el president Francesc Macià en primer término, el 13 de marzo de 1933 / Diseño Hub
Todo este sueño higienista que buscaba mejorar las condiciones de la clase trabajadora se truncó con la Guerra Civil. Abolida la Generalitat, las autoridades franquistas traspasaron la propiedad a la Diputación de Barcelona, que finalizó las obras y dedicó el edificio a acoger viudas y huérfanos de militares. Con el fin de la dictadura, la Casa Bloc volvió a la Generalitat, y en 1992 fue declarada como Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento. Rehabilitada a principio del siglo XXI, la Casa Bloc actualmente es propiedad del Instituto Catalán del Suelo (INCASOL) y comprende 169 viviendas destinadas a alquiler social, aparte de los 26 de una antigua residencia. Y todavía hay una vivienda más, habilitada como casa-museo y gestionada por el Disenny Hub Barcelona, que ha sido restaurada y amueblada en sus condiciones originales, de manera que permite al visitante hacerse una idea de cómo era vivir allí durante los años treinta del siglo XX.
Imagen principal: El Habitatge 1/11 visto desde el exterior / Xavi Padrós - Disseny Hub