Hay lugares donde parece que el tiempo no avance. Es el caso de la Casa Buenos Aires, un edificio modernista del barrio de Vallvidrera (Barcelona) ocupado por un grupo de vecinos y vecinas desde ya hace un año. Hasta el momento, la ocupación ha sido la única manera de detener el permiso de derribo y la construcción de un hotel de lujo, así como de poner en marcha las vías para catalogar el edificio como patrimonio histórico.
Durante este año, el proyecto ha fortalecido el tejido comunitario y asociativo del barrio de Barcelona. Pero esta semana, el Grupo de Apoyo de la Casa Buenos Aires ha hecho pública la noticia del inminente desalojo del edificio, una decisión firme del magistrado del Audiencia Provincial de Barcelona, José Maria Planchat.
Una historia modernista
El año 1886, el edificio modernista del actual Mont d'Orsà (y antigua calle Sant Màrtir) abría sus puertas por primera vez como hotel bajo la propiedad de Josep Juanet i Camps. De hecho, en aquella época, el hotel se encontraba fuera de la ciudad de Barcelona, cuando la zona era un pueblo rural y habitual lugar de veraneo de la burguesía barcelonesa.
Joan Bruguera i Díaz fue el arquitecto modernista encargado de diseñar el edificio, y de hecho, el responsable de la fachada blanca con cenefas granates que sigue presente todavía a día de hoy. Pero unos años más tarde, en 1902, el propietario Juanet moría y dejaba la casa en herencia de sus cuatro hijos. Bajo el nombre de "Hermanos Juanet" se encargarían de administrar el hotel durante los años siguientes.
El edificio, con pavimento hidráulico, zócalos cerámicos, vitrales policromatos y lámparas de hierro hozado, dejaría de ser un hotel para pasar a ser un refugio de enfermos durante la Guerra Civil. Poco después, se convertiría en una residencia universitaria. Pero no fue hasta 1960 que la Congregación de Sant Vicenç de Paül (Pares Paül) adquiría el edificio, convirtiéndolo en 1976 en la Residencia de ancianos Betània, que mantendría las puertas abiertas hasta el 2012.
Llegados a esta fecha, el edificio Buenos Aires dejaba su actividad y se convertía en un edificio totalmente vacío. ¿Pero entonces, en qué momento esta casa acaba convirtiéndose en un hotel de lujo? En realidad, si tiramos atrás en el tiempo podemos entender la situación desde otra perspectiva.
Un hotel de lujo
El año 2017, con la intención de poner fin a este gran vacío, un grupo de vecinos de Vallvidrera se juntaban para presentar un proyecto de covivienda, conjuntamente con la cooperativa Techo Cívico. Así, la organización confiaba en comprar el inmueble modernista con la esperanza de "recuperar el espíritu comunitario y cooperativo" que tenía el espacio. Pero el orden religioso Pares Paüls rechazó la propuesta de dos millones de euros que ofrecían los vecinos y vecinas.
De hecho, en marzo del 2019 la misma congregación vendió la Casa Buenos Aires por tres millones de euros en el fondo inversor London Private Company. En el mismo mes, la representante de London Private Company, Anna Bruguera, aseguraba que la empresa estaba conformada por "pequeñas familias de Sarrià reunidas para hacer la inversión", insistiendo en que no eran "grandes tenedores, sino pequeños socios agrupados en la sociedad". Según el registro mercantil, la firma es liderada por el accionista Nestor Francisco Bautista.
Por otra parte, poco después de la compra, Bruguera ya alertaba que en función de la catalogación, "nosotros haremos un uso u otro". "Si la catalogación nos hace preservar la altura del edificio y la distribución interna, no podremos hacer según qué". "Nos tendremos que limitar a lo que podemos hacer", aseguraba la representante.
En este sentido, una vez iniciado el proceso de compra, la nueva propiedad solicitaba al ayuntamiento de Barcelona dos licencias: una de derribo y obras mayores, y una hotelera. ¿Sin embargo, cómo las conseguía? En realidad, el permiso se hacía posible porque la Casa Buenos Aires se sitúa en un terreno dentro de las zonas donde se permite el crecimiento turístico establecido por el PEUAT, el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos aprobado por el ayuntamiento de Barcelona en enero del 2017.
En este sentido, el grupo de defensa Recuperem Buenos Aires se queja que "el gobierno de Barcelona en Comú - PSC es responsable de potenciar el turismo en un barrio que ya se ve afectado por el flujo de visitantes del Tibidabo". De esta manera, el proyecto de los inversores locales era demoler el edificio modernista para construir, en su lugar, un hotel de lujo con capacidad para 150 personas.
Una vida en comunidad
Una vez enterados de la idea del proyecto, un grupo de vecinos y vecinas ocupaba el edificio para evitar que el Buenos Aires se convirtiera en un hotel. "El edificio no está catalogado como patrimonio histórico y todavía tiene terreno edificable, además que se le puede dar un uso tanto residencial como comercial. La casa, pues, se convierte en un caramelo", critica la portavoz de Recuperem Buenos Aires, Eulàlia Castelló, quien insiste en la necesidad de la catalogación patrimonial.
Pero proteger el edificio no es el único objetivo de la reivindicación. "Tenemos que dar respuesta a las dificultades para acceder a una vivienda digna de los más vulnerables", insiste Castellón. El edificio cumple con los requisitos de ser catalogado patrimonio, y los vecinos buscan protegerlo para "evitar que se convierta en un escaparate turístico más de Barcelona".
Sin embargo, una vez iniciado el conflicto entre propietarios y vecinos a raíz de la ocupación, el 12 de julio del 2019 la jueza de instrucción número 8 de Barcelona condenaba a los ocupados en "penas de multa y desalojo inminente" según informan los activistas . Así, se señalaba la vista oral por la querella interpuesta por Padres Paúles y London Private Company contra los ocupantes del Buenos Aires.
"Se vulnera el derecho de defensa de las personas que viven en la casa, que no han sido identificadas ni denunciadas y no han participado en el proceso judicial", aseguraban los condenados. Además, veían la sentencia como algo que vulneraba "los derechos fundamentales de la libertad ideológica, de expresión y de manifestación de las personas condenadas".
Una sentencia firme
Ahora la Audiencia de Barcelona ha ratificado el desalojo de la Casa Buenos Aires. El Grupo de defensa de la casa ha informado, a través de un comunicado, que el magistrado de la sección octava del Audiencia Provincial de Barcelona, José Maria Planchat, ha desestimado el recurso presentado por la defensa, de manera que la jueza de instrucción número 8 podrá hacer firme la sentencia gracias al aval de la instancia superior y ejecutar el desalojo del edificio.
Las alegaciones de la defensa se basaban, entre otros, en la indefensión de las personas que habitan el edificio, de lo que han sido juzgadas pero se encuentran afectadas por la sentencia: que las personas acusadas no viven en el inmueble y en el ataque a la libertad de expresión que supone condenar a la portavoz del grupo de defensa para ser la única cara visible del proyecto.
El grupo denuncia que "la complicidad del ayuntamiento y los agentes inmobiliarios contribuye a la elitització de Vallvidrera", el sexto barrio con los precios de alquiler más alto de la ciudad, lo que según su opinión "expulsa a las personas con menos poder adquisitivo, a las más jóvenes y a las personas mayores".
Un futuro borroso
El proyecto social ya hace más de un año que arraiga en el barrio y el edificio se ha convertido en el hogar de una veintena de personas: "No somos lo bastante conscientes de que eso se puede acabar en cualquier momento", explican. Aparte de ser motor de un proyecto de vida comunitaria, ha nacido el casal Jóvenes de Vallvidrera y es epicentro de la distribución de la cooperativa de consumo Can Pujades.
Además, se reúnen entidades y colectivos del barrio como la coral de Vallvidrera y se han organizado grandes jornadas culturales para todas las edades con programación infantil musical, jornadas de poesía, presentaciones de libros o micrófonos abiertos entre otros. Aparte, se han recogido las necesidades de espacio para colectivos, agrupamientos escoltas, grupos de música, movimientos sociales y entidades de todo Catalunya. La Casa Buenos Aires ha sido epicentro de las necesidades asociativas de un barrio con una evidente falta de espacios.
El 14 de marzo el proyecto celebrará un año de resistencia vecinal y vida en comunidad con unas jornadas culturales de la mano del festival cooperativo de Barcelona Say It Loud. Siempre con el objetivo de crear "un espacio abierto al barrio que diera vida, dinamizara y sirviera de cobijo para todo el mundo".
Para reunir las vecinas y colectivos, el grupo de defensa ha convocado una manifestación y rueda de prensa donde revelarán más información del proceso el 28 de febrero a las 17h ante el centro cívico Vázquez Montalbán.