La Casa Vicens, obra de Antoni Gaudí situada en la calle Carolines de Gràcia, en Barcelona, ha incorporado a la colección permanente un armario rinconero diseñado por Antoni Gaudí para la familia Vicens entre 1880 y 1890 y que ha pasado por un minucioso proceso de restauración después de la adquisición en una subasta en junio del 2023. Según recoge la ACN, se trata de un mueble de madera de nogal con las iniciales D.G - que corresponden a Dolors Giralt, esposa de Manel Vicens-, y que el arquitecto habría diseñado por la casa familiar de Alella. Ahora el armario se expone al lado de una chimenea que Gaudí construyó para la misma casa y que sería "la pareja" del armario restaurado, ya que contiene las iniciales del marido de Giralt, según ha explicado este lunes Emili Masferrer, director del museo.
El mueble estaba en manos de un descendiente de la familia Vicens y, según ha apuntado Masferrer, habría sido diseñado durante la última década del siglo XIX, coincidiendo con el momento en que Gaudí pasó largas temporadas en la casa del matrimonio Vicens-Giralt en Alella. De aquella época han pervivido dos muebles, el armario y la chimenea, que "después de 140 años podrán volver a estar de lado", tal como ha indicado el director del museo. El armario, que es de tipo rinconero colgante, contiene en las dos puertas las iniciales de Dolors Giralt, construidas a partir de latón dorado. En el exterior destacan también motivos florales del mismo material, y unos pájaros palmípedos de madera cortada y latón calado, estos situados en la parte inferior.
Con respecto al interior, que solo se puede ver abriendo la puerta con una llave, está forrado con un tapizado de terciopelo, que se cree que es "original", tal como ha expresado una de las restauradoras, Marta Vilà. Precisamente en este interior es donde se ha encontrado la parte más degradada de la pieza, ya que Vilà ha asegurado que el tejido de dentro del armario "había perdido toda su consistencia". Así y todo, la restauradora ha explicado que han intentado hacer "una intervención mínima", sobre todo poniendo el foco en eliminar la suciedad, el polvo adherido y los agujeros. "El mueble no tenía un estado de degradación muy malo, pero había que intervenir algunas partes por recuperar los valores formales y estéticos", ha aseverado Vilà, que ha añadido que también han intervenido el mueble para recuperar "su estabilidad".
A su vez, la también restauradora Sonia Berrocal ha añadido que en el proceso de diagnosis se encontraron degradaciones que afectaban a los tres materiales del armario: la madera, el metal y el terciopelo. En la madera había agujeros provocados por carcomas y listones desclavados, el metal presentaba oxidación y se habían perdido algunas piezas, y el terciopelo sufría decoloración y manchas de humedad. La propuesta de intervención, que ha consistido en tratar la desinsectación y eliminar estas capas de oxidación y suciedad, ha durado aproximadamente medio año.