La Industrial +, el ambicioso plan de reconversión del recinto de la Escola Industrial, anunciado por la Diputación de Barcelona hace unas semanas y que convertirá el espacio en un 'pool' de innovación científica y social, pero al mismo tiempo sostenible y verde, incluye dos aspectos que lo abrirán a la ciudadanía, por una parte, la creación de un eje de peatones, que permitirá transitar de lado a lado del recinto conectante la calle de Còrsega por dentro de las instalaciones, y del otro la creación de un Centro de Interpretación de la Escola Industrial que se situará en el espacio de máquinas de la antigua fábrica Batlló, en la cual se sumarán itinerarios de visita por algunos de los puntos de más valor patrimonial del complejo.

En este sentido, se prevé recuperar visitas a espacios singulares como la Sala de los telares -obra de Rafael Guastavino-, el Paraninfo, la Sala Noble del edificio del Reloj, la Capilla de la Residencia Ramon Llull y el vestíbulo de la Escola del Treball. También se podrá incorporar a los itinerarios visitables el acceso subterráneo en la chimenea y sus conductos de humo. El objetivo del centro será, precisamente, divulgar y destacar el patrimonio material e inmaterial del conjunto. Estos son algunos de los puntos de más interés que en un futuro próximo pueden estar abiertos a la ciudadanía:

Los conductos de humo y la chimenea

La chimenea del recinto de la Escuela Industrial es uno de los elementos más definitorios del complejo, con 62,5 metros de altura y su planta octogonal es el principal referente del pasado industrial. Con todo, la sorpresa no está a pie de calle sino bajo el suelo. Un acceso situado al lado de la chimenea y cerrado al público -pero que es visitable en acontecimientos como el Open House y que podría entrar a formar parte del futuro itinerario de visita- permite bajar hasta la zona de los conductos de humo, las galerías provenían de las diversas calderas que tenía la fábrica a pleno rendimiento y que confluían en la única chimenea de toda la fábrica. Conservados parcialmente, uno de ellos llega prácticamente hasta la calle París, a unos doscientos metros de distancia. Durante la Guerra Civil fueron utilizados como refugios antiaéreos.

Galerías de evacuación de humos del recinto de la Escola Industrial / Diputació de Barcelona

Paraninfo

Sorprendentemente, el Paraninfo que corona el acceso principal de la Escuela Industrial por la calle Urgell es la obra más reciente de todo el complejo. A pesar de ser proyectado por Joan Rubió i Bellver en la gran reforma prevista a finales de los años 20 del siglo pasado, nunca llegó finalizarse y a lo largo de los años tuvo mucho varios usos, incluidos los militares -ya que fue suyo de las oficinas de la Instrucción Premilitar Superior- y los artísticos -fue utilizado como espacio de danza por el Institut del Teatre-. Un nuevo proyecto de reforma de 1985 tampoco salió bien, hasta que entre 2017 y 2020, es decir, hace cuatro días, comportó su adaptación final como espacio multiescénico y auditorio, alcanzando finalmente parte de los usos con que se concibió este salón de actos de planta circular.

Paraninfo de la Escola Industrial, terminado en 2020 / Diputació de Barcelona

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Capilla de la Residencia Ramon Llull

El edificio de la Residencia Ramon Llull incluye, en el lado que da a la calle Viladomat, un anexo construido en 1928 con una triple función: en el semisótano, las cocinas, que servían también para las prácticas de la Escuela de Hostelería; en la primera planta, el comedor para los residentes, con capacidad para 250 comensales y, finalmente, en la planta superior la capilla, que sustituía una anterior situada en el lado de la calle Urgell y que marcaba el epicentro religioso del complejo. Aquí Joan Rubió y Bellver desarrolló un espacio sacro sorprendente, construido en ladrillo y con unos grandes arcos de catenaria que permiten una excelente visión de los vitrales, terracotas, hierro forjado, esgrafiados, pinturas y mayólicas. Para quedarse boquiabierto mirando hacia arriba.

Grandes arcos de catenaria definen el espacio de la Capilla de la Residencia Ramon Llull de la Escola Industrial / Diputació de Barcelona

Sala noble del edificio del Rellotge

El edificio del Rellotge es el gran edificio industrial que se conserva de la fábrica original, se trataba del edificio de hiladuras, construido entre 1873 y 1875 por el arquitecto Joan Martí i Centellas. Con todo, se lo identifica por el reloj que corona la fachada que da a la calle Urgell. Rehabilitado en varias ocasiones, su Sala Noble es uno de los espacios más espectaculares del recinto. Proyectada en 1913 por Lluís Planas i Calvet y finalizada en 1915, supuso unir las plantas segunda y tercera para dar lugar a un 'hall' magnificente y luminoso coronado por una gran claraboya abovedada útil para todo tipo de actos.

La sala noble del edificio del Rellotge / Diputació de Barcelona

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Sala de los Telares

Finalmente, la joya de la corona es la gran sala de telares o de tejido, que será el epicentro del futuro espacio de investigación. Se trata de una inmensa sala cubierta con la vuelta catalana que su autor, Rafael Guastavino, exportaría posteriormente y con mucho éxito a los Estados Unidos. Aunque actualmente se encuentra compartimentada por los diversos usos con que ha tenido a lo largo de su historia más que centenaria, esta parte más antigua del recinto, de 1869, era en su momento una sala semisoterrada pero con luz cenital -posteriomente, se construyó encima- con capacidad para acoger a más de un millar de telares a pleno rendimiento.

La gran sala, una vez dejó de tener uso industrial / Diputació de Barcelona