Era la prueba de fuego y muchos conductores se han quemado. Si el domingo la entrada en servicio del Túnel de Glòries en sentido Llobregat resultó más o menos plácida, el lunes por la mañana todo ha funcionado como estaba previsto, es decir, mal. No se puede decir que el Ajuntament de Barcelona no hubiera prevenido del aumento de las retenciones en la entrada de Barcelona por los cambios en la movilidad que se han implementado durante el fin de semana, pero una cosa es el plan teórico y otra, encontrarse en medio de un callejón sin salida, aunque este sea una avenida tan importante como la Gran Via de les Corts Catalanes.

 

Desde primera hora de la mañana, todo el tramo de la Gran Via hasta la entrada del túnel a la altura de la rambla del Poblenou ha estado colapsado. Ha sido así desde más allá de la rambla Prim, y el hecho de que solamente haya una salida factible en todo este tramo ha sido uno de los otros problemas que solo han ayudado a incrementar el caos circulatorio. Además, la obligación de desviarse por la calle de Bilbao en sentido mar, es decir, la imposibilidad de acceder a la plaza de las Glòries para el vehículo privado, ha extendido el colapso al lateral de la Gran Via y a las calles adyacentes.

Imagen de las retenciones en el túnel de Glorias / Pau de la Calle

Domingo plácido, horrible lunes

De hecho, la apertura en domingo ya preveía que la jornada del estreno pasas sin incidencias destacables, pero ya la semana pasada Mobilitat del Ajuntament había advertido que la apertura del túnel de Glòries en sentido de entrada en la ciudad no comportará el fin de las retenciones, sino al contrario, la previsión ya era que, al menos durante "los primeros días o semanas habrá un incremento de las retenciones". Así lo explicó el jueves el gerente de Mobilitat i Infraestructures del Ajuntament de Barcelona, Manuel Valdés, que aconsejó a los usuarios el uso del transporte público y, para los usuarios del vehículo privado, una planificación con tiempo de los desplazamientos, en especial de cara por la mañana del lunes 4 de abril, cuando se ha comprobado la magnitud de la tragedia.

Un agente controla el tráfico / Pau de la Calle

Además, los cambios en la movilidad han hecho que los conductores se hayan visto a menudo atrapados, o bien en la Gran Via o bien en las calles adyacentes, obligados a desviarse en dirección contraria a su destino. En este sentido, hay que recordar que la principal novedad que se implanta es la eliminación de los carriles de circulación en superficie que quedaban en la Gran Via, entre las calles Bilbao y Padilla. En este ámbito no habrá tráfico de paso y solo podrán desplazarse por los laterales los vehículos de vecinos, servicios, transporte público o de emergencia. Además, la superficie de la plaza de las Glorias quedará completamente libre del tráfico privado, premitiendo el paso a peatones, bicicletas y transporte público, es decir, autobuses y taxis.