Iniciado ya el mes de diciembre, Barcelona empieza a vivir la Navidad con una ausencia notable, la del belén de la plaza de Sant Jaume. Si las luces fueron encendidas el pasado 24 de noviembre y este jueves se han revelado ya los detalles de la programación cultural navideña, ante la fachada del Ayuntamiento de Barcelona no hay ninguna pista de cómo será un belén que, eso sí, se hará, según ha confirmado la misma alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Ahora bien, alimentando el misterio que rodea este año el belén, Colau se ha limitado a hablar de "instalación artística" -hace unos días ya adelantó que habría proyecciones de mapping- e incluso ha evitado decir el día previsto de inauguración, que podría ser alrededor de Santa Lucía, que se celebra el 13 de diciembre.
De hecho, todavía hay elementos para revelar de la Navidad barcelonesa, como la fiesta de Fin de Año y la cabalgata, pero desde la Casa Gran, a pesar de garantizar que se harán, se insiste en que todo eso se explicará más adelante. El caso del pesebre, en todo caso, es mucho más preocupante, porque otros años, llegado el 1 de diciembre, ya estaba colocado o al menos había actividad de montaje y también porque suele ser el aspecto más polémico de la Navidad barcelonesa. "Tened un poco más de paciencia, muy pronto se explicarán todos los detalles", ha insistido Colau con respecto al belén en la presentación del Barcelona Festival de Nadal.
A modo de ejemplo, el año pasado el pesebre de la plaza de Sant Jaume fue presentado a los medios de comunicación el 23 de noviembre y aquel mismo día ya se podía ver a operarios trabajando en las fachadas del Ayuntamiento y del Palau de la Generalitat para montar las figuras del buey y la mula, un montaje que resultó fallido dentro de un belén (en la imagen principal) que fue de los más cuestionados de los últimos años. Y es que el belén siempre ha sido polémico, incluido el año 2020, cuando hubo incluso protestas por el hecho de que no se montó a causa de la pandemia del coronavirus.
Volviendo a 2021, la inauguración del belén estaba prevista para el 26 de noviembre, justo al día siguiente del encendido de luces, pero se tuvo que aplazar a causa de inclemencias meteorológicas que complicaron la colocación y por el hecho de que se tuvo que descartar el montaje inicial de las fachadas y sustituirlo finalmente por hileras de luces. Además se criticó fuertemente su precio, unos 200.000 euros, un coste, que, al menos, este 2022 se ha reducido a la mitad, según informó el concejal de Cultura, Jordi Martí, que lo cifró en 100.000 euros. En todo caso, si finalmente se trata de proyecciones de tipo mapping, quedará claro que este año tampoco habrá belén tradicional en la plaza de Sant Jaume. Además, se abre el interrogante de si solo se podrá ver cuándo sea oscuro. De momento, el misterio continúa...