La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no ha desperdiciado la ocasión que se le ha servido en bandeja de plata de protagonizar su primera intervención de carácter electoral -a cuatro meses de las elecciones municipales 2023- en el marco del encuentro anual 'La alcaldesa responde' en el Col·legi de Periodistes que, en año electoral y al celebrarse siempre durante el primer trimestre, tiene un cierto valor de arranque oficioso de la campaña. Sea como sea, Colau se ha esforzado en mantener un tono amable en que solo ha reiterado sus reproches hacia la decisión de Jaume Collboni de abandonar de repente el gobierno municipal. Para el resto, solo mensajes en positivo que quizás marcarán el tono de la campaña.
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De hecho, Colau ha llegado a este encuentro con los periodistas colegiados en una situación muy diferente de la del año pasado, pocos días antes de declarar ante el juez por presunta corrupción. Este año, el principal problema de la alcaldesa son las encuestas, ninguna de ellas favorable a sus intereses, pero a pesar de todo se ha esforzado en quitar hierro a la situación. Con plena disposición de hablar, como se suele decir, de su libro, Colau ha mantenido una conversación amable con el decano del Col·legi de Periodistes, Joan Maria Morros, y ya al inicio de la conversación ha podido colocar su cuña publicitaria, la compra por parte del Ayuntamiento de Barcelona de dos edificios de la calle Consell de Cent para destinarlos a alquiler público.
Y es que Colau ha hecho bandera de su política de vivienda, asegurando que bajo su mandato se han comprado "47 edificios en toda Barcelona, 10 de los cuales en el Eixample". "La vivienda es una herramienta fundamental", ha insistido la alcaldesa, en que ha reprochado, una vez más, a la Generalitat de Catalunya su falta de política en vivienda. "Hemos comprado 47 fincas y pedimos a la Generalitat que haga una compra al mismo nivel, porque nosotros hemos evitado 47 casas Orsola", en referencia al conflicto que se vive en este inmueble del Eixample entre la propiedad, "un fondo buitre" y los inquilinos.
Colau mantiene distancias con Trias
Hace falta tener en cuenta, además, que el encuentro ha versado casi del todo a hablar de Barcelona, y aquí Colau no ha tenido dudas a sacar pecho de su gestión de gobierno, defendiendo proyectos tan controvertidos como la Supermanzana y la prolongación del tranvía por la Diagonal. Por eso se ha referido a quién ya considera su principal rival, Xavier Trias, para recordar que Barcelona en Comú no pactará con Junts per Catalunya porque "representamos modelos diferentes de ciudad". Asimismo, ha reconocido que los encuestas "están ajustadas", pero se ha mostrado segura de "ganar y liderar un pacto de izquierdas". "Yo no pactaré con Trias, yo lo he dejado claro y el señor Trias también", ha añadido.
De hecho, Colau pactó con Trias una campaña constructiva, y por eso los dardos los ha guardado para Collboni, de quien ha reprochado su marcha y también que "haya abierto la puerta a pactar con Junts", aunque ha recordado que a cuatro meses de las elecciones se mantiene la unidad del gobierno municipal. Buena muestra de eso ha sido la presencia al acto de los socialistas Albert Batlle y Rosa Alarcón al lado de concejales de los comunes como Janet Sanz, Eloi Badia y Jordi Martí Grau. Con respecto a la oposición estaba presente el concejal de Junts Jordi Martí Galbis.
En la hora larga que ha durado el acto se han podido tocar todos los temas, como los problemas de inseguridad y limpieza, en los cuales Colau ha insistido como siempre en que la situación "está mejorando", y también en el plan de usos del Eixample que se someterá nuevamente a votación el viernes sin ninguna garantía de ser aprobado: "El Eixample necesita un plan específico que pasa por la Supermanzana y para reducir la contaminación, que ya se está haciendo, y para proteger el tejido comercial, porque hemos visto qué ha pasado en Enric Granados si no hay regulación". Confrontado con Enric Granados, Colau ha puesto el barrio de Sant Antoni, donde ha defendido que su política "ha fomentado la abertura de doscientos comercios nuevos de muchas actividades diferentes".
Interlocución con Ciutat Vella
Con respecto a Ciutat Vella y horas después de que representantes de siete ejes comerciales de este distrito presentaran todos sus agravios en un acto conjunto, Colau ha asegurado que responderán "evidentemente" a su petición de reunión y ha recordado que mantiene una "interlocución regular" con ellos. Además, ha defendido la actuación del gobierno municipal en el distrito, con obras de reforma en curso como la de la Via Laietana o políticas como la de "comprar bajos comerciales y la creación de una segunda comisaría de la Guardia Urbana". De hecho, se ha apropiado el mismo lema que han utilizado de los ejes comerciales de Ciutat Vella para recordar que, efectivamente, son "el corazón de la ciudad".
Todo se ha convertido en un acto electoral donde Colau ha jugado la carta de la polarización con Trias, se ha referido a ERC como el partido que "ha dado estabilidad" al gobierno municipal, ha lanzado dardos a Collboni sin salpicar mucho al PSC y ha ignorado completamente el resto de formaciones con representación al pleno municipal. Si este tiene que ser el tono de la campaña, el dinero que Trias invirtió en invitarla a comer habrá sido una muy buena inversión. La campaña ha empezado, pero de momento no pinta que sea descarnada. Ahora, todavía quedan cuatro meses...