El verano ha dejado imágenes deplorables de la ciudad de Barcelona. Tal como detalló este diario, el barrio del Gòtic se ha llenado de meadas, fuentes llenas de latas, basura podrida en medio del barrio de Sant Andreu o montañas de hojas olvidadas en muchas calles. La crítica pública de la ciudadanía ha sido unánime y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha justificado los motivos de esta dejadez a un hecho climatológico: el calor del verano. "Hay diferentes factores, como la ola de calor o el final del contrato de la limpieza," en declaraciones a TV3.
Ante la sorpresa de estos motivos, la periodista Lídia Heredia le ha recordado que "cada año es verano" y Colau no ha negado la mayor pero ha abierto una segunda línea de justificación con el cambio climático: "Si cada vez llueve menos, hay esta sensación de falta de refrescar". A pesar de todo, no le ha quedado más remedio y ha admitido que "en algunos momentos y algunos lugares, la ciudad está sucia". El segundo melón para abrir es y será el contrato de la limpieza. La alcaldesa ha adelantado que próximamente se dispondrá de una web dónde la propia ciudadana podrá hacer el seguimiento de la limpieza. Pero eso no es todo.
Contrariamente a lo que se había dicho, Colau asegura que su gobierno "ha aumentado el presupuesto de la limpieza" y que este representa "prácticamente el 10% del presupuesto municipal". Hay que recordar que durante los primeros meses de la pandemia del 2020, la plantilla municipal se redujo y tan sólo trabajaba un 44% por la bajada de la actividad y la reducción del espacio público. Así pues, el aumento que defiende Colau tan sólo se basaría en recuperar las cifras de antes de la pandemia, propias de una ciudad en movimiento y no confinada.
El nuevo contrato de la limpieza
A finales de febrero, se dio a conocer la lista de ganadores del concurso público. La empresa FCC, sancionada en el 2017 con 7,1 millones de euros después de acreditar irregularidades en la gestión del anterior contrato de limpieza, ha sido una de las que liderarán la nueva etapa para los próximos años junto con Corporación CLD, Valoriza Servicios Medioambientales i Urbaser. Una de las cabezas más visibles en esta materia es el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, a quien se le reprocha el mal estado de la ciudad y los problemas generados con la implementación de la nueva concesión de limpieza. Tanto es así que diferentes asociaciones vecinales consideran que "la concejalía no es eficiente y al ayuntamiento le falta sentido común".
Urbanismo táctico
Las otras críticas que caen sobre Colau es el modelo de superilla y las quejas vecinales por la inseguridad que ha comportado, en muchos casos, el urbanismo táctico. La alcaldesa también responde: "Lo que genera más inseguridad y más muertos es el tránsito rodado. Tenemos que bajar la velocidad, pasar a ser una ciudad 30 y en algunas vías más peculiares, 50. Alguna acción se ha hecho con buena voluntad pero es mejorable. Ahora bien, el modelo es este".
Y con respecto a barrios con la implementación más avanzada de estos espacios, como Sant Antoni, Colau concluye: "La gente dice que es más feliz, los comercios aumentan las ventas y hay más vida en la calle".