La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dejado al centenar de admiradores que se esperaban en la entrada de la ciudad de la Justicia con un palmo de narices, así como a los medios de comunicación y una la decena de concentrados en contra de su gestión. Todo el mundo esperaba que entrara por la puerta principal, sin temor de las cámaras y defendiendo una inocencia que ha estado proclamando con insistencia los últimos días, pero al final, ha preferido entrar por la puerta de atrás, lejos de los focos, intentando pasar desapercibida. Si la política se hace, también, a base de gestos, el de Colau este viernes por la mañana ha sido el de ocultar su entrada. En todo caso, fuentes del Ayuntamiento han asegurado que la entrada por el acceso de l'Hospitalet se habría hecho aduciendo razones de seguridad.
La alcaldesa estaba citada a las diez y media en la Ciutat de la Justicia para declarar ante el juez como imputada por los delitos de prevaricación, fraude en la contratación, malversación de dinero público, tráfico de influencias y negociaciones prohibidas a raíz de una querella presentada por la Asociación para la Transparencia y la Calidad Democrática. Colau ha defendido que todo ello no es más que una repetición de una querella archivada hace meses y ha mostrado en todo momento su confianza en que esta vez pase lo mismo. Pero a la hora de mostrar esta confianza en público, ha preferido entrar por la puerta de atrás.
Tensión entre los concentrados
De hecho, si alguien ha demostrado que domina la política de los gestos mejor que Colau ha sido el diputado de Vox, Juan Garriga -alcaldable del partido ultra en las municipales del 2023-, que se ha presentado con una veintena de acólitos para hacerse una foto de contenido electoral. En la entrada ha chocado con el centenar largo de seguidores de Colau que desde mucho antes de las diez esperaba la llegada de la alcaldesa con carteles defendiendo su "valentía" y la gestión pública del agua. Otro grupo, este contrario en Ada Colau, se ha mantenido en una cierta distancia para no ser confundido con los ultras.
De hecho, ha habido ciertos momentos de tensión entre los diversos grupos, con intentos de los unos y los otros de chafar a gritos la argumentación contraria. Ha habido algún empujón que no ha ido más allá, pero la paz ha vuelto tan pronto como los de Vox han doblado su pancarta y se han marchado. Mientras todo eso pasaba en la puerta principal y se iba acercando la hora de llegada, se ha sabido la noticia que Colau había entrado por el otro lado, el que da a l'Hospitalet de Llobregat. La alcaldesa de Barcelona, pues, no se ha dignado a entrar por la puerta que da al municipio que gestiona.
Colau ha estado aproximadamente una hora declarando ante el juez y una vez ha finalizado ha vueto a salir por donde entró, por la puerta trasera. En el momento de salir se ha encontrado con una treintena de seguidores, que le han aplaudido y la alcaldesa ha saludado desde la distancia para ir directamente hacia el aparcamiento. También había un pequeño grupo de detractores de la alcaldesa. Colau se ha ido sin hacer declaraciones, de hecho, el Ayuntamiento de Barcelona ya había indicado que atenderá a los medios de comunicación sobre la una y media en la misma Casa Gran.