La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha vuelto a utilizar la cuestión de confianza para aprobar los presupuestos municipales. El pleno ha vuelto a constatar la soledad política de Barcelona en Comú y de la alcaldesa, que ha sido el blanco de todas las críticas de la oposición. Desde el PDeCAT hasta Cs, pasando por ERC y la CUP, han reprochado a los comuns su incapacidad por tender puentes con los demás grupos y la parálisis de algunas políticas de la capital catalana. Incluso el PSC, hasta noviembre el socio en el gobierno de BComú, ha expresado la pérdida de confianza en la alcaldesa.
La alcaldesa ha utilizado el procedimiento de la cuestión de confianza para poder aprobar sus presupuestos sin ningún acuerdo con los grupos de la oposición, tal como hizo con los presupuestos del 2017. Esta opción permite a Colau aprobar las cuentas en 30 días si la oposición no propone una moción de censura con otro candidato a alcalde, algo que parece altamente improbable por la fragmentación del pleno.
Precisamente, Colau ha retado a la oposición a construir un pacto alternativo que consiga cambiar el gobierno de la capital catalana. Lejos de hacer autocrítica, la alcaldesa ha asegurado que sí ha habido voluntad de acuerdo por parte del ejecutivo, y además ha reivindicado el Ayuntamiento de Barcelona como la primera institución que sigue aplicando sus políticas, eludiendo el artículo 155. "Estamos supliendo la Generalitat y el Estado", ha soltado la alcaldesa, que ha intervenido solo al final del pleno, el cual ha delegado a su mano derecha, Gerardo Pisarello.
Los independentistas, los más críticos
Los más beligerantes con la alcaldesa han sido el PDeCAT y ERC, que han recriminado a Barcelona en Comú que rechazara el acuerdo propuesto por las dos formaciones y todos los intentos de diálogo en los últimos tiempos. "El resultado de las negociaciones con ustedes es un fiasco", ha señalado Xavier Trias, que ha recriminado que el gobierno municipal no sea capaz de dialogar y llegar a acuerdos. "No confiamos en ustedes. Han fracasado", le ha dicho Trias a los comunes.
Mucho más contundente ha sido el republicano Xavier Bosch, que ha asegurado que ha llegado a la "triste conclusión" que la "inestabilidad" es el mismo gobierno municipal. "Son la minoría más minoritaria" y "es un desengaño tras otro", le ha soltado el líder barcelonés de ERC, que ha terminado con una frase lapidaria: "Señora Colau, empiece a pensar en retirarse", ha señalado el republicano, una idea a la que se añadido también Trias: "Quieran o no quieran, esto se ha terminado".
A todo esto, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha respondido con un ataque en toda regla a la gestión de los demócratas y los republicanos al frente del Govern de la Generalitat, algo que para los independentistas ha sido visto como un 'y tu más'.
Collboni, "decepcionado"
El exsocio en el gobierno común, el socialista Jaume Collboni, ha dejado claro que ha perdido toda su confianza en el ejecutivo. "Hoy pasamos a sumarnos a la legión de barceloneses decepcionados con usted", le ha dicho el exprimer teniente de alcalde, que ha asegurado que los comunes han "perdido el rumbo" y que ya no tienen una hoja de ruta para la capital catalana. Pese al desazón con el gobierno de Colau, Collboni ha descartado un pacto alternativo con los independentistas.