La alcaldesa de Barcelona Ada Colau quema los últimos cartuchos para salvar la conexión del tranvía por la Diagonal, una propuesta que se debatirá mañana en un pleno extraordinario y que, si nada cambia, quedará dentro del cajón porque Esquerra Republicana mantiene el voto negativo a pesar del intento in extremis de los comunes, de llegar a un acuerdo político que escenifique "un acuerdo de mínimos". El gobierno municipal sabe que lo tiene muy difícil y en un nuevo intento de defender la conexión del tranvía como la mejor opción, hoy ha buscado el apoyo de los alcaldes metropolitanos. Colau ha hecho un viaje con el Trambesòs acompañada de la alcaldesa de Badalona Dolors Sabater, el alcalde de Sant Adrià del Besòs Joan Callau, el alcalde de Sant Joan Despí Antoni Poveda y concejales de otras poblaciones como Cuevas del Llobregat, y ha pedido que se desencalle el bloqueo político. Así lo ha recogido la concejala de movilidad Janet Sanz en un tuit en las redes sociales:
Bastante bloqueo político. Los alcaldes y alcaldesas metropolitanos juntos y juntas por el tranvía público. Un tranvía que nos une, que nos facilita el transporte y nuestra vida cotidiana. @UnitsPelTram #UnimElsTramvies pic.twitter.com/rFmy5zZT6u
— Janet Sanz (@janetsanz) 9 de abril de 2018
La alcaldesa de Barcelona ha pedido al líder de los republicanos Alfred Bosch que "escuche la ciudadanía" y que "lea su propio programa electoral" porque en él aparece alargar el tranvía entre Glòries y el paseo de Sant Joan. Mañana escogemos entre dos alternativas muy claras y muy sencillas: o mantenemos el estatus quo y mantenemos dos tranvías sin conectar con todo el perjuicio de salud y movilidad o avanzamos en la conexión, avanzamos en salud y movilidad y avanzamos al ampliar la gestión pública de los tranvías", ha dicho Colau.
La cuestión del tranvía se tenía que someter a votación en el pleno del pasado 23 de febrero pero el ambiente enrarecido que cernía sobre la sesión a raíz del|junto a exilio de la diputada de ERC Marta Rovira y la entrada en la prisión de los consellers llevaron a los grupos a suspenderlo. "Hoy no es el momento de escenificar peleas", decía Ada Colau consciente que la propuesta no contaba con el apoyo de los republicanos.