El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, lanzó el viernes pasado, en el marco del plenario municipal del mes de septiembre, un llamamiento a Barcelona en Comú y ERC para llegar a un acuerdo que permita aprobar dentro del plazo y en la forma apropiada, es decir vía mayoría en el plenario de diciembre, los presupuestos del año 2025, después de que en 2024 las cuentas se aprobaron haciendo uso del comodín de la cuestión de confianza. En el plenario, el alcalde proclamó su intención "de aprobar unos presupuestos de orientación progresista" y mostró su convencimiento de llegar "a un acuerdo en el ámbito presupuestario". Anteriormente, el mismo Collboni indicó que no se podría poner en marcha reformas como la unión del tranvía por la Diagonal sin aprobar esos presupuestos.
En este contexto y con el trasfondo de un posible pacto de gobierno con ERC que se podría desencallar pasado el congreso de este partido, a finales de noviembre, y al cual se podrían añadir los comunes, los tres partidos han empezado a mostrar los puntos de partida para llegar a un acuerdo, entre los cuales destaca el del mismo gobierno municipal con respecto a las ordenanzas fiscales, ya que un acuerdo sobre esta cuestión allanaría el de las cuentas. En este sentido, Jordi Valls, teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, ha puesto sobre la mesa los ejes de la propuesta de Collboni para convencer las otras formaciones, con una estrategia que implica congelar los impuestos municipales y aumentar la fiscalidad turística, teniendo en cuenta que desde este primero de octubre ya se aplica la subida del recargo municipal a los 4 euros, de momento el máximo permitido aunque el PSC espera que el Govern suba este umbral.
Según apuntó Valls este martes en 'Betevé', en el campo de la negociación presupuestaria y de las ordenanzas fiscales, ya se ha hecho llegar a las partes la intención de no subir ningún impuesto municipal a cambio de aumentar las tasas que afectan al turismo: "Queremos que los impuestos queden congelados y utilizaremos todos los instrumentos para incidir en la fiscalidad turística". Con esta estrategia, el gobierno municipal confía en llevar a votación las ordenanzas fiscales en el pleno de octubre y así allanar el camino hacia el acuerdo de presupuestos.
De hecho, el mismo gobierno municipal ya ha dado pasos en este sentido, ya que aparte del mencionado aumento del recargo municipal de la tasa turística, ya hay sobre la mesa propuestas para incrementar la fiscalidad a los cruceristas de escala así como el precio que pagan los autocares turísticos por aparcar en la ciudad de Barcelona. Además, el gobierno Collboni ve con buenos ojos la congelación de los precios del transporte público de cara al próximo año, aunque no es una decisión que pueda tomar el consistorio en solitario. Finalmente, Valls apuntó que no prevén modificar la tasa de terrazas de bares y restaurantes: "Los restauradores pagarán lo mismo, otra cosa es incrementar las sanciones por los incumplimientos de los permisos de terrazas".