Mensaje optimista del Ayuntamiento de Barcelona con respecto a la recuperación del turismo durante el pasado verano, aunque las cifras todavía están por debajo de las del año 2019, antes de la pandemia de la covid. Durante los meses de junio a agosto, la capital de Catalunya ha recibido 2,9 millones de visitantes, una cifra que supone un 15% menos que en 2019, cuando los turistas se cifraron en 3,4 millones, pero muy por encima que los veranos 'pandémicos' de 2020 (0,3 millones) y 2021 (1,4 millones). En todo caso, la valoración del gobierno municipal se centra en otro dato, la prolongación de las estancias, que ha pasado de 2,1 noches por término medio a 5,3.
En el balance de los resultados de la temporada, para el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, pesa más este segundo dato, ya que supone "mantener una oferta turística potente" precisamente con el objetivo que el ayuntamiento da por alcanzado: "Menos turismo pero de más calidad". De hecho, el mismo Collboni ha desestimado que sea un valor negativo que haya habido menos turistas, afirmando que hay que "romper la dinámica incrementalista que basa el éxito en el número de visitantes". Sobre el papel, este nuevo modelo turístico parece dar respuesta a los retos que se ha fijado el Ayuntamiento, de conseguir un turismo que "aprecie el destino, se pase más días y gaste más", un modelo que, en todo caso, contrasta con las críticas de colectivos vecinales que exigen un decrecimiento turístico.
En todo caso, según ha valorado el concejal de Turismo, Xavier Marcé, todo son ventajas, ya que a pesar de tener un 15 por ciento menos turistas, la ocupación hotelera "sólo se ha reducido un 3,9%". De hecho, el concejal ha recordado que Barcelona tiene un "marcaje" del número de hoteles a través del PEUAT, pero que eso exige una corresponsabilidad a la hora de trabajar para llegar al cien por cien de ocupación. "La ecuación es sencilla, para llegar a la máxima ocupación, o lo haces con más turistas y menos días o al revés, y nosotros ponemos el énfasis en la estancia más larga", asegurando que eso "reduce el paro y marca una tendencia a la subida de salarios".
El turismo veraniego en cifras
En todo caso, durante el verano de 2022 se ha vivido una explosión del turismo europeo, que Marcé ha definido como "turismo de proximidad", además de un incremento de los visitantes norteamericanos, aunque todavía "no hay un buen número de turistas de países asiáticos", aparte de la desaparición del turismo ruso, un sector con un gran poder adquisitivo. En cifras, el turismo internacional ha supuesto un 84% del total de alojados en hoteles de la ciudad, aunque el turismo del resto de España ha aumentado, incluso con respecto a 2019, con 0,3 millones de visitantes.
Barcelona ha contabilizado 5,4 millones de pernoctaciones durante el verano, muy por encima de Madrid (4,9 millones) y Palma (3,7 millones), y este volumen de turistas ha comportado un gasto de 1.915 millones de euros, muy por encima del de 2021, de 680 millones. Otro dato aportado por el Ayuntamiento ha sido que el gasto realizado con tarjetas de crédito y débito en servicios turísticos -restauración, alojamiento y hostelería-, ha sido un 33,9% superior al año 2019. Todo eso, además, ha comportado signos de recuperación en el mercado de trabajo, con un aumento de las altas en la Seguridad Social en el sector de la hostelería de un 11,5%, mientras que el total de todos los sectores ha sido mucho más bajo, del 3,9%. Además, el 47,5% de nuevos contratos en el sector han sido indefinidos.
La importancia de la tasa turística
Asimismo, el gobierno municipal ha querido insistir en la importancia de la tasa turística, un impuesto que grava las estancias y que, con respecto a las grandes ciudades españolas, sólo se cobra en Barcelona. Collboni ha recordado que el 50% de ingresos de la tasa revierte directamente al ayuntamiento y que en los últimos doce meses ha supuesto una entrada de 6,7 millones de euros que se han podido dedicar a varios proyectos. "Si hay estancias turísticas más largas, se recauda más tasa turística", ha insistido el primer teniente de alcaldía, para añadir que este dinero se puede dedicar, en parte, a "compensar las externalidades negativas del turismo".
En este aspecto, Marcé ha recordado que el impuesto lo recauda la Generalitat y que el Ayuntamiento lo cobra a seis meses, es decir, que ahora se está gestionando el dinero recaudado en 2021. Con todo, ha recordado que el tramo municipal supuso un ingreso de 17 millones en 2019, 3 en 2020, 6 en 2021, con la previsión de cerrar 2022 con unos 15 millones, apuntando que los tres primeros meses de este año todavía fueron de "pandemia normativa", con restricciones al turismo.