De ser la gran esperanza del unionismo a marcharse sin despedirse. La etapa barcelonesa de Manuel Valls se ha cerrado hoy con un pleno extraordinario en el Ayuntamiento de Barcelona que se ha limitado a "tomar conocimiento de la renuncia", aprobada con "el posicionamiento favorable de todos los grupos", según palabras de la alcaldesa, Ada Colau.

Un colofón triste e impersonal -pendiente sólo del nombramiento de su sustituto en un futuro pleno-, que no ha contado con la presencia de Valls, ni siquiera telemáticamente. De hecho, el exprimer ministro francés ya vuelve a vivir en aquel país, donde intenta volver a primera línea política. Despedida a la francesa, que es dice, o sea, sin ni decir adiós.

Descabalgado en Francia

Valls desembarcó a la política catalana cuando en Francia quedó descabalgado de la lucha por la presidencia de la República al ser derrotado en las primarias del Partido Socialista por Benoît Hamon, que a su vez cayó en primera vuelta de las presidenciales del 2017, las que llevaron al poder al actual presidente de la República francesa, Emmanuel Macron.

La llegada de Manuel Valls a Catalunya se produjo en un momento bastante convulso, poco después de la realización del referéndum del 1 de Octubre y la suspensión de la autonomía catalana por la aplicación del artículo 155 y la convocatoria forzada de las elecciones del 21-D. En aquel contexto, Valls se vio convertido en un ariete del unionismo, encaramado por sectores empresariales que le organizaron una gira por Madrid y Barcelona en plena campaña electoral.

Viejo aliado del PSC, Valls se encontró en la disyuntiva de dar apoyo al candidato socialista, Miquel Iceta, o a la candidata de Ciudadanos y favorita del antiindependentismo incluso en aquella Moncloa donde todavía vivía Mariano Rajoy, Inés Arrimadas. Por si acaso, Valls intentó contentar a todo el mundo y dio apoyo a los dos.

Con todo, en paralelo a la victoria inútil de Cs el 21-D, Valls decidió hacer de Barcelona su nuevo hogar y se dedicó a escuchar los cantos de sirena de un unionismo que, deslumbrado por su discurso antiindependentista y por la pátina de ser exprimer ministro francés, vieron en Valls al líder que hacía falta para frenar el independentismo.

Lo único que hizo, investir a Colau

Poco a poco se articuló en su entorno una plataforma electoral que, bajo el cobijo de Ciudadanos, creía tener todos los triunfos para conseguir la alcaldía de Barcelona en las elecciones de mayo del 2019, pero los resultados en las urnas fueron decepcionantes para Valls, que quedó en cuarta posición.

Con todo, Valls tuvo tiempo para articular una maniobra para permitir la investidura de Ada Colau, pese a que quien ganó las elecciones fue el candidato de ERC, Ernest Maragall. Un pacto entre bastidores con el PSC de Collboni permitió sumar los votos necesarios para que Barcelona en Comú conservara la alcaldía, aunque el precio fuera dinamitar la alianza con Ciudadanos.

De hecho, esta es la única acción clara que se le conoce de su paso por la Casa Gran, y la que quiso destacar el pasado 31 de agosto, al formalizar su renuncia al cargo, cuando se mostró "muy honrado de haber podido servir Barcelona estos dos años y orgulloso de haber frenado el independentismo".

Manuel Valls y su mujer, Susana Gallardo / GTres

Valles, que ha aprovechado su estancia en Barcelona para contraer matrimonio y que ha admitido que vino a la capital catalana con la finalidad de "cambiar de vida" en un momento que necesitaba "huir de Francia" vuelve ahora a aquels país sin haber conseguido nada más que asegurar al gobierno de Ada Colau hasta el 2023 y dejando la sensación de haber sido, para todo lo demás, un fiasco. ¡Y eso que llegó a sonar como presidenciable a la Generalitat y como ministro del PSOE!

Vivienda tensa

El lleno extraordinario también ha aprobado de manera definitiva la declaración de todo el ámbito del municipio de Barcelona como área de mercado de vivienda tensa. La propuesta ya pasó por el pleno de julio y la aprobación definitiva se ha tramitado este miércoles ya que, por plazos, no podía esperar a la sesión ordinaria prevista para el día 29.

El punto se ha aprobado con el voto favorable de BComú, PSC, ERC y JxCat y el voto contrario de Cs, PP, BCN pel Canvi y la concejala no adscrita.


Imagen principal: Valls en su momento de gloria, invistiendo Ada Colau / Sergi Alcàzar