El 129 president de la Generalitat, Artur Mas; la añorada lingüista M. Carme Junyent; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; o la popular cocinera Ada Parellada. Estos son solo cuatro de los nombres más populares y reconocibles de un libro que, a pesar de todo, está escrito mayoritariamente por gente corriente, barceloneses y barcelonesas poco conocidos que, entre todos, trazan un retrato coral de como imaginan la Barcelona dentro de veinticinco años, en 2048, en un compendio de esperanzas y temores que permiten reflexionar hacia donde se encamina la capital de Catalunya. Se trata de la obra conjunta 2048 x 100 = Barcelona. Cien voces para el futuro de una ciudad (Publicacions Revendedors, 2023)
El libro es una iniciativa de la Associació Antic Gremi Revendedors 1447, entidad histórica de la ciudad que en 2022 celebró su 575 aniversario -pronto está dicho-, y que este año se ha planteado, "como entidad arraigada en la ciudad de Barcelona y comprometida con ella desde hace más de cinco siglos" el reto de plantear como será la Barcelona dentro de 25 años, en 2048, justo un año después de que esta entidad llegue a los seis siglos de existencia. Para hacerlo no se han limitado a pedir a algún 'barcelonólogo' que reflexionara sobre la cuestión, sino que han invitado a un centenar de vecinos y vecinas de la ciudad para que cada uno aportara su visión.
Atención, sin embargo, aunque en algún momento puntual lo pueda parecer, no se trata de una obra de ciencia ficción -para eso recomendamos el libro Barcelona 2059. Ciutat de posthumans'- si no que, como refleja la introducción del volumen, firmada por Francesc Sendil, presidente de la Associació Antic Gremi Revendedors 1447, es un libro donde se encuentran "cien historias de compromiso personal con una idea de futuro y una ciudad". Se trata, pues, de relatos escritos por vecinos y vecinas que, cada uno desde su experiencia vital, expresa de alguna manera sus sueños y esperanzas de la ciudad del futuro.
Por eso en esta obra encontramos políticos como el mismo alcalde Collboni, que firma un relato que no difiere mucho de una recopilación de promesas electorales de la pasada campaña, o la lingüista Junyent, con un texto escrito poco antes de morir que toma forma de mensaje de la nieta donde se explica que el uso habitual del catalán ha felizmente superado el 40%, pero también encontramos relatos como el de la antropóloga Dàmaris López, el bombero Pere Heras Quílez, el cura Enric Canet, el economista Muntsa Vilalta, el estibador David Roig, la carpintera Iraia Mir Santos, el imán Mohamed ElGhaidouni, la pescadera Montse Collado, la rabina Irene Muzás Calpes y la firma colectiva Las Kellys.
Todo ello forma un relato coral distribuido por oficios -también hay estudiantes y jubilados-, algunos con redactado 'amateur' y otros mejor estructurados, donde cada uno de los autores escribe y describe su visión de la Barcelona del futuro en una obra que es complementada con ilustraciones, también futuristas, a cargo de los dibujantes Takayuki Maejima y Xevidom para dar forma a un libro que compone "una confluencia lo más fiel posible de la Barcelona de hoy, la de los vecinos que hace años que viven allí, trabajan y han quedado pasmados con lo que nos ha llovido, a pesar de ser una ciudad tradicionalmente de acogida". Por eso mismo, el libro no cuenta con "expats ni otras faunas". Tampoco es probable que lean este libro.