La implementación de las nuevas señales de tráfico que marcan la obligación de bajar de bicicletas y patinetes en veinticinco calles del distrito de Ciutat Vella ha originado una nueva grieta entre comunes y socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona en un momento en que continúa sobre la mesa la posibilidad de llegar a un acuerdo para formar un gobierno municipal de coalición. Después de que el jueves el consistorio colocase las nuevas señales y detallara las calles donde hace falta que ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal bajen de sus vehículos, la portavoz del grupo municipal de Barcelona en Comú, Janet Sanz, ha mostrado este viernes su disconformidad con la medida.
En concreto, los comunes han considerado que las nuevas restricciones en bicicletas y patinetes en Ciutat Vella eran "incoherentes" si al mismo tiempo se permitía seguir circulando por las mismas vías a los vehículos a motor -aunque en la mayoría de casos, también tienen el acceso restringido-. Sanz ha afirmado que "el PSC no va solo contra la bicicleta: va contra el clima, contra la salud y, especialmente, contra las vecinas" y ha denunciado que esta es "otra medida en solo seis meses para privilegiar la masificación turística a costa de los vecinos y vecinas", por ello ha pedido el restablecimiento de la circulación en bicicleta.
Asimismo, Sanz ha querido recordar que esta medida no se aplica de forma aislada, sino que se suma a otras medidas anunciadas por Ciutat Vella como la supresión de las Zonas acústicamente tensionadas en horario nocturno (ZATHN), la apertura de nuevos hoteles o la permisividad con las terrazas que dejan claro que, para el PSC, "Ciutat Vella no es un distrito para vivir, es un parque temático con privilegios para la masificación turística y para los negocios privados". "En medio año solo han anunciado medidas para expulsar vecinos: nuevos hoteles que les quitan el hogar, terrazas que les quitan el sueño, coches que les quitan el espacio público", ha añadido.
Por estos motivos, los comunes han denunciado la falta de debate con el vecindario y el comercio local en el Barri Gòtic, además de pedir la retirada de las señales y el restablecimiento inmediato del tráfico para bicicletas en estas 25 vías. Finalmente, Sanz ha insistido que todavía están pendientes de resolver otras medidas para la movilidad en bicicleta, como el futuro del carril bici en la Vía Augusta o la nueva ordenanza de circulación, que, como el resto de ordenanzas, "el gobierno en minoría de Collboni no está siendo capaz de consensuar con el resto de grupos municipales".