El toma y daca que este miércoles han mantenido Barcelona en Comú y el PSC con respecto a la aprobación de las ordenanzas fiscales para 2025 ha comportado que en la Comisión de Economía extraordinaria de este 18 de diciembre ni los comunes ni tampoco ERC hayan querido fijar una posición clara y hayan optado por hacer reserva de voto y trasladar el debate final al plenario de diciembre, que tendrá lugar este mismo viernes, 20 de diciembre, jugando un comodín que da tiempo a estos dos partidos y da aire también al PSC para seguir negociando durante las próximas horas antes de llegar a la votación trascendental del plenario municipal.

De hecho, esta era la salida más plausible después de que este mismo miércoles por la mañana la presidenta del grupo municipal de BComú en el Ayuntamiento, Janet Sanz, lanzara un ultimátum a Collboni exigiéndole renunciar a una posible terminal de cruceros de lujo si quería asegurarse el apoyo a las ordenanzas fiscales y, seguidamente, el teniente de alcaldía de economía, Jordi Valls, acusara a los comunes de crear una "terminal fantasma" para justificar un voto contrario a la propuesta de ordenanzas. La Comisión, en todo caso, no ha servido para aclarar posicionamientos, sino para reiterarlos, y ha arrastrado a Esquerra, que también ha optado por chutar hacia adelante con una reserva de voto que se tendrá que aclarar el viernes.

En este contexto, la Comisión extraordinaria solo ha servido para consolidar el posicionamiento contrario, por otra parte, ya previsto, de Junts per Catalunya - Trias per Barcelona, Partido Popular y Vox y, obviamente, el voto favorable del PSC. Todavía más, si la comisión ha empezado con la incógnita de voto de los comunes, ha acabado con una segunda incógnita, la del sentido del voto de ERC. Eso sí, aunque las partes se han instado a seguir negociando hasta el viernes, no ha habido ningún avance con respecto a la desavenencia principal, la eventual terminal de cruceros de lujo en el Port de Barcelona, una posibilidad que ha hecho romper el acuerdo.

El fondo de la desavenencia: la terminal de cruceros de lujo

Hay que tener presente que el fondo de la desavenencia entre PSC y Barcelona en Comú es una posible terminal de cruceros de lujo, una novedad señalada desde el Port de Barcelona para afrontar las nuevas tendencias del sector en el marco de las reuniones multilaterales en torno a la reducción de terminales. Aunque tanto para PSC como para BComú existe una posición conjunta de reducir las terminales de siete a cinco, los comunes reclaman que Collboni se desmarque explícitamente de esa terminal, mientras que desde el PSC se señala a la administración Colau como a responsable de la actual situación, ya que fue en 2018, con Ada Colau gobernando en solitario, cuando los comunes aceptaron que hubiera siete terminales de cruceros en el puerto de Barcelona

En este contexto, el intercambio de reproches que ha tenido lugar durante este miércoles, que no ha aflojado durante la Comisión de Economía extraordinaria y que podría seguir en el plenario municipal del viernes, tiene como origen la contradicción que Barcelona en Comú aceptó, hace siete años y en solitario, el crecimiento de las terminales de cruceros hasta siete y ahora exija su reducción hasta cinco. Por parte del PSC, en todo caso, no se cierra la puerta a que haya una futura terminal de cruceros de lujo si es en el marco de las cinco terminales que se prevé que queden después del recorte, sin añadir una de nueva.

"Las ordenanzas que necesita Barcelona"

Durante el debate, Valls ha defendido la propuesta de ordenanzas definiéndolas como "las que la ciudad necesita en este momento" e insistiendo en que la voluntad del gobierno municipal es trabajar en "la reducción de terminales de cruceros de siete a cinco", apuntando que no hay intención de crear una nueva: "Si viene el Port a pedir una terminal, las matemáticas son claras: si reducimos de siete a cinco y nos piden una más, serán seis y el compromiso es pasar de siete a cinco". Por su parte, Sanz ha reclamado a Valls que "retire" la concreción según la cual el gobierno municipal valora positivamente la propuesta de una terminal para cruceros de lujo y que "se posicione claramente en contra de cualquier propuesta del puerto de crear esta nueva terminal y haga lo único que hemos acordado, pasar de siete a cinco terminales".

Paradójicamente, aunque las dos formaciones afirman estar a favor de la reducción de terminales, de momento no hay acuerdo. Por su parte, el portavoz de ERC, Jordi Castellana ha defendido el papel de su partido en la concreción de las ordenanzas fiscales, pero también ha optado por la reserva de voto hasta el plenario del viernes a la espera de ver "cómo se configuran las mayorías". Por lo tanto, todo queda pendiente para el pleno municipal, con unas horas más de margen para todos para buscar un acuerdo.