Lluís Rabell, concejal del gobierno municipal del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, ha anunciado este martes que deja temporalmente el cargo por motivos de salud. Ha sido el mismo concejal quien lo ha comunicado a través de la red social X, donde ha anunciado que "una visita médica rutinaria ha detectado una presencia no deseada en mi organismo", para añadir que ahora "toca pasar por quirófano sin dilación y seguir un tratamiento reglado". Por eso, además de asegurar que estará "en las mejores manos posibles, en la sanidad pública y el fantástico equipo del Hospital Clínic", ha añadido que tendrá que dejar sus responsabilidades "durante algunas semanas".
(2/2) y con el fantástico equipo del Hospital Clínico. Y mis responsabilidades, que tendré que dejar durante algunas semanas, también, gracias a las compañeras y compañeros del gobierno, gerencias y equipos de colaboradores que se harán cargo.
— Lluís Rabell (@RabellLluis) November 21, 2023
¡Hasta pronto, pues!
Rabell formó parte de la lista del PSC en las pasadas elecciones municipales como número 7 y en calidad de independiente, en una maniobra que se interpretó como una estrategia para atraer votantes de los comunes, y actualmente ejercía en el gobierno municipal como concejal de Plan de Barrios, Educación, Personas Mayores y responsable del distrito de Horta-Guinardó. Como la baja es temporal, no supondrá la entrada de un nuevo concejal en el pleno municipal, pero sí que requerirá una reestructuración de las responsabilidades que hasta ahora ejercía Rabell. El concejal, de 69 años, fue diputado en el Parlament de Catalunya en el periodo 2015-2017, cuando encabezó la candidatura Catalunya Sí que Es Pot, confluencia de Iniciativa per Catalunya Verds, Esquerra Unida i Alternativa, Podem y Equo, con los que consiguió 11 diputados. Anteriormente, había sido presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB).
Como concejal de Horta-Guinardó -cargo que anteriormente ocupó Rosa Alarcón, que también ha dejado la política por motivos de salud-, Rabell ha tenido que afrontar situaciones conflictivas como la de la zona de la batería antiaérea de la cima del Turó de la Rovira, conocida popularmente como búnkeres del Carmel, que desde el mes de mayo cuenta con un cierre perimetral, pero que no evita que haya bastante gente que salte la valla. En junio, un vecino resultó agredido. De momento, el ayuntamiento ha descartado cobrar entrada para acceder a la zona.