La exconcejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona Marilén Barceló quedará como concejal no adscrita en el Ayuntamiento y no podrá incorporarse al grupo de BCN Canvi que lidera Manuel Valls, según un informe emitido por el secretario general del consistorio.
En el escrito, el secretario recoge que el Tribunal Constitucional dicta la "prohibición legal" de que los concejales que abandonan un grupo puedan incorporarse a otro. Barceló abandonó el grupo municipal y se dio de baja del partido naranja el pasado 31 de mayo por "discrepancias con el liderazgo y la coordinación" en el consistorio, que recae en Luz Guilarte.
Así pues, Ciutadans se quedará con tres concejales: Guilarte, Paco Sierra y Celestino Corbacho; BCN Canvi seguirá con Manuel Valls y Eva Parera, y Barceló se quedará como concejal independiente de cualquier grupo.
Dicho informe recuerda que Cs y BCN Canvi se presentaron juntos a las elecciones en 2019, pero que antes de constituirse como grupo municipal ya se separaron.
Barceló ya explicó hace unos días que los motivos de su decisión eran "cuestiones internas que los responsables del partido conocen desde hace más de un año y no habiéndose solucionado hacen que tome esta decisión". "Cuando existe un problema siempre intento arreglarlo, por difícil que sea, pero esta vez ha sido imposible", aseguró y agradeció el trabajo de los asesores del grupo municipal, del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y de los consejeros de dicho grupo.
El barco se hunde
Todo esto sucede poco después que el mismo Valls haya anunciado que pronto abandonará Barcelona y la política municipal. De hecho, Valls se animó y reveló que vino a Barcelona porque "quería cambiar de vida".
"Con el hundimiento del Partido Socialista, es toda mi vida política la que se hunde. 40 años. También me estaba separando de mi mujer de entonces. Para los restos del socialismo me convierto en un traidor, porque voto a Macron. Y muchos de los amigos de Macron me desprecian. Y me siento una diana del antisemitismo y del islamismo radical: Edwy Plenel [presidente de Mediapart] me acusa de hacer la guerra a los musulmanes. Consigo mantener mi escaño de diputado, pero después de una campaña que me deja exhausto y con heridas. Y de repente empiezo a sentir inputs españoles", se sinceró.