Después de la muerte de Muriel Casals este fin de semana, varias personas han pedido al Ayuntamiento de Barcelona que se le otorgue el nombre de una calle para rendirle homenaje. Para poder renombrar la calle, sin embargo, el personaje se tiene que ceñir a la normativa municipal.

Tanto el Ayuntamiento como cualquier persona, asociación o entidad puede proponer un cambio de nombre al consistorio. Una vez recibidas las propuestas, hay una comisión, presidida por el concejal de Cultura, que estudia la idoneidad de la propuesta y consulta los distritos municipales sobre los posibles emplazamientos. Cuando se llega a un acuerdo, se eleva la propuesta al alcalde que es quien, si lo considera oportuno, firma la aprobación de la nueva denominación.

Casals todavía no reúne las condiciones

A pesar de la iniciativa ciudadana, a Muriel Casals todavía no se le podría otorgar el nombre de ninguna calle de Barcelona. El motivo es que una de las normas más importantes de la nomenclatura es que tienen que haber pasado cinco años, como mínimo, desde la muerte del personaje. La única excepción a esta norma es que en vida se le hubiera otorgado la Medalla de Oro de la Ciudad, hecho que no se da en el caso de Casals.

 

Casals había recogido una Medalla de Oro del consistorio el año 2014, pero esta iba dedicada al colectivo Som Escola, y no a ella a título personal.

Los nombres de las calles son competencia de los ayuntamientos de cada municipio, y cada uno de ellos se rige por una normativa propia. Es por eso que, aunque en el caso de Barcelona Casals todavía no reuniría las condiciones, sí que podría cumplir la normativa de algún otro municipio catalán.