La culminación, este mismo martes, de la torre de san Marcos de la Sagrada Família ha comportado que se haya alcanzado el reto de concluir dos de las cuatro torres dedicadas a los evangelistas antes de finalizar el año, un paso adelante en la recta final de una basílica que todavía no tiene fijada fecha de finalización definitiva, sobre todo si se tiene en cuenta que, más allá de las torres, todavía quedan muchas partes por hacer. En todo caso, el hito ha comportado el desplazamiento de un equipo de TV3 que ha aprovechado para preguntar a la ciudadanía qué piensa de las nuevas torres, y entre las respuestas ha habido algunas sorpresas inesperadas.
Según los ciudadanos que han sido preguntados, hay varias quejas, sobre todo por la blancura virginal de la cúspide de las torres, rematadas con un libro, el símbolo del tetramorfo correspondiente a cada evangelista y unas alas de nueve metros de altura, todo en mármol de Thassos, un material ya utilizado por los clásicos griegos y romanos y que destaca por su blancura. "Es demasiado blanco, sobresalta mucho", ha opinado una entrevistada, mientras que otra lo ha considerado "estridente", mientras un tercero entrevistado ha comentado con cierto pesar que no estaba "acostumbrado a ver cuernos encima de una basílica". Ahora bien, a quien ha sorprendido más ha sido la cuarta interviniente, que ha confundido completamente el simbolismo.
Según el tetramorfo, la representación simbólica de los cuatro evangelistas, a Marcos se le atribuye la figura del león, a Juan el águila, a Mateo un hombre -o un ángel- y finalmente, a Lucas un buey, una figura que simbólicamente relaciona al evangelista con la capacidad de sacrificio, y se tiene que ver con la historia de Zacarias, padre de Juan Bautista. Ahora bien, confundir un buey con un toro no es nada difícil, y menos si la cabeza del animal está situada a 135 metros sobre el nivel de calle. Otra cosa es creer que la cabeza, sea de buey o de toro, está colocada en una torre de la Sagrada Familia como símbolo de España.
Interpretación taurina
Entre una cosa y otra, esta es la interpretación que ha hecho una de las entrevistadas: "Me gusta, me gusta, me parece que siempre en España el toro va a ser la cara de España", ha respondido en una inesperada reacción taurina a la escultura. Con esta interpretación sui géneris habrá que esperar si alguien concluye que el león es algún tipo de reconocimiento de la Serenísima República de Venecia o, todavía peor, si el águila de san Juan se convertirá en un referente de los nostálgicos del franquismo, ya que se utilizaba en el escudo y la bandera espanoles de aquella época. Del hombre o ángel que representa a Mateo, de momento, no imaginamos ninguna doble intención.