Después de casi 143 años en obras, la construcción del templo de la Sagrada Familia de Barcelona está en su tramo final, espoleada por las cifras récord de visitantes, con 4,8 millones en 2024 y el aumento de ingresos, que garantiza poder finalizar este 2025 la Torre de Jesús —para inaugurarla en 2026—, y la Capilla de la Asunción —que cerrará el templo por la calle Provença—, manteniendo la voluntad de terminar el templo en una década; con todo, ya prefigura la fecha del 2035 cuando, hasta ahora, se preveía la de 2033. Ahora bien, el próximo gran reto constructivo, de hecho, la gran parte todavía pendiente, será también la más complicada: se trata de la fachada de la Gloria, la que dará a la calle Mallorca y que incluirá, probablemente a posteriori, la polémica escalinata de acceso que puede comportar expropiaciones de vecinos.

🧳 La Sagrada Familia cierra 2024 con récord histórico de visitantes: 4,8 millones

Tal como estaba previsto, las obras en esta fachada ya han empezado y, según ha indicado el consejero delegado de la Junta Constructora, Esteve Camps, en la presentación de la Memoria 2024, ya se han realizado los cimientos de las cuatro torres de esta fachada, que serán similares a las torres históricas de las fachadas del Nacimiento y la Pasión, pero más altas, y los cimientos del Baptisterio, el cual se situará a la izquierda de esta fachada. El adelanto de las obras, además, comportará que en los próximos meses se empiece a levantar un andamio que permita trabajar en la fachada, de la cual el 23 de enero se pidieron los permisos necesarios al Ayuntamiento, con la previsión de tenerlos aprobados en las próximas semanas. No se prevé que este andamio comporte afectaciones al tráfico, ya que se situará íntegramente sobre la acera, con un paso por debajo para peatones.

Ahora bien, esta fachada tiene al menos dos complicaciones añadidas respecto de las otras: la primera, suficientemente conocida, es que a causa de la diferencia de cota entre la calle Provença y la calle Mallorca, la puerta principal queda unos cuatro metros por encima del nivel de esta segunda calle y, para acceder a la iglesia hay prevista una escalinata que, además, dotaría al templo de una entrada monumental. La segunda complicación es que el diseño de la fachada incluye una serie de hiperboloides en voladizo, es decir, que salen del solar donde se sitúa el templo y, por lo tanto, requieren permisos especiales.

¿Qué se podrá construir?

Todo ello hace que, de manera reiterada, desde la Junta Constructora, se insista en que disponen de los permisos para levantar la obra "en su verticalidad", un concepto que deja fuera, y en el mejor de los casos, para más adelante, toda la cuestión de la escalinata, pero también una parte de lo que es la misma fachada. Así lo mostró este jueves el mismo Camps con la ayuda de dos maquetas que muestran exactamente qué se podrá construir y qué no de acuerdo con los permisos actuales otorgados por el Ayuntamiento, a la espera de que se consigan nuevos permisos para, por una parte, finalizar toda la fachada, y de otra, construir la escalinata de acceso.

El consejero delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, muestra dos maquetas de la fachada de la Gloria. A la izquierda, maqueta con todo el proyecto constructivo, y la derecha, maqueta que solo incluye aquello que se tiene permiso para construir / Foto: Carlos Baglietto

En concreto, y teniendo en cuenta que la maqueta de la izquierda —según las imágenes— presenta el proyecto completo y, la de la derecha, lo que hay autorización para hacer en la actualidad, la Sagrada Familia tiene permiso para construir toda la estructura de la fachada y sus cuatro torres, más las ocho columnas que soportarán el inicio del pórtico de hiperboloides previsto, una construcción que supone acabar la fachada en altura y anchura, pero no en profundidad, ya que toda la obra se circunscribe a la finca que ocupa la Sagrada Familia, es decir, la manzana de l'Eixample entre las calles Mallorca, Sardenya, Provença y Marina.

¿Qué no se podrá hacer (de momento)?

Por el contrario, de momento no se podrá trabajar en un renglón exterior de seis columnas que sustenta una serie de hiperboloides en voladizo que sobresalen unos cinco metros de la finca, que tampoco se podrán construir. De hecho, este voladizo se situará a unos veinte metros de altura y, por lo tanto, a pesar de estar fuera del solar, no interfiere el paso de los vehículos, pero, en todo caso, necesita un permiso constructivo por parte del Ayuntamiento de Barcelona que de momento no está sobre la mesa, porque tampoco se tiene el permiso, ya que todavía no hay solución consensuada para construir la escalinata. Según Camps, en el anterior mandato del Ayuntamiento, con Ada Colau de alcaldesa, "se autorizaron las obras con la condición de hacer la verticalidad de la fachada", que es el ámbito donde ya se está trabajando.

Maqueta completa del proyecto de fachada de la Gloria, donde se aprecia el puente que atraviesa la calle Mallorca —con el tráfico pasando por debajo— y la escalinata que ocuparía parte de la manzana de casas situada justo en frente y ocupada actualmente por edificios de viviendas / Foto: Carlos Baglietto

Por lo tanto, cuando desde la Junta Constructora se prevé acabar la Sagrada Familia en un plazo de una década, en realidad se hace referencia a finalizar la fachada de la Gloria dentro de la finca, sin los voladizos, y tampoco sin la decoración escultórica, que comprenderá más de cien figuras que todavía se tienen que asignar a escultores, entre los cuales se ha ofrecido Miquel Barceló. Dicho de otra manera, una vez acabada esta construcción parcial de la fachada, aunque casi completa, todavía quedarán partes para hacer que se podrían alargar durante unos años más. Todo ello depende de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento "para construir su totalidad", una negociación que, en todo caso, "está iniciada", pero a la cual no pueden poner fecha de finalización.

¿Y qué pasa con la escalinata?

Hay que tener presente, asimismo, que la escalinata de acceso por la calle Mallorca continúa como parte irrenunciable de los planes de la Junta Constructora: "La Sagrada Familia no renunciará nunca a la escalinata porque es el proyecto de Gaudí y nosotros somos sus herederos y tenemos que velar por hacer el proyecto entero", afirmó este jueves contundentemente en presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia. Una afirmación que, además, ya había hecho en anteriores ocasiones. Ahora bien, Camps también indicó que en los trece años que lleva en el cargo, "el primer alcalde que ha venido a ver la obra ha sido Jaume Collboni", con quien se han iniciado las negociaciones actuales.

Maqueta completa del proyecto de la Sagrada Familia, que podría estar finalizada en diez años a excepción del puente y la escalinata de la calle Mallorca, así como los voladizos y el centenar de esculturas previstas en la fachada de la Gloria / Foto: Carlos Baglietto

De hecho, el gobierno Collboni se fijó el reto de encontrar una solución consensuada para el conflicto de la escalinata este mismo mandato, aunque la ejecución de la misma se pueda postergar. Por eso mismo, Camps prefiere "no hablar de expropiación de vecinos hasta que no sepamos qué nos autorizan a hacer", ya que, como ejemplo, "si la anchura de la escalera es una u otra, afectará a más o menos vecinos". Por lo tanto, manteniendo la intención de hacer la escalinata, desde la Sagrada Familia quedan a la espera "de lo que el Ayuntamiento nos legalice a hacer", apuntando, eso sí, "que la negociación puede ser larga, pero hay un camino iniciado". En todo caso, hay varios proyectos sobre la mesa que podrían ser la base de una solución final que podría incluir el traslado de los vecinos afectados en nuevos edificios a construir en un solar próximo que es propiedad de la misma Sagrada Familia.