Este sábado por la noche se vivió una brutal agresión en el Metro de Barcelona, cuando un joven de 19 años dio un puñetazo en la cara con un objeto punzante a un agente de seguridad de la empresa Securitas, que le ha hecho perder la visión del ojo izquierdo. En solidaridad con su compañero, y para denunciar las condiciones de "precariedad e inseguridad" que dicen que tienen que prestar su servicio al metro, el sindicato de CCOO de la empresa de seguridad ha convocado en huelga indefinida a los trabajadores a partir de las 12 de la noche del domingo 26 de enero.

Aseguran que esta última agresión se produce en un contexto de falta de medidas de prevención de riesgos laborales, y es un ejemplo de un hecho que se hubiera podido evitar "con una correcta dotación de personal, equipos adecuados y un dimensionado adecuado del servicio". Por eso, en su escrito, se han dirigido a la presidenta de TMB, Laia Bonet, denunciando "la falta de formación específica de los trabajadores", que dicen no recibir la preparación adecuada para afrontar situaciones críticas al Metro, una infraestructura pública que consideran "compleja y de alta concurrencia". Ponen un especial foco en la infradotación de personal, ya que consideran que "los equipos son insuficientes", un hecho que "dificulta el correcto desarrollo de la tarea y aumenta el riesgo tanto para los vigilantes como para los usuarios".

Con todo, reclaman que este personal no tiene bastantes descansos, una situación que deriva en un incremento del estrés laboral, y por lo tanto, aseguran, "en un riesgo más alto de accidentes y errores en el servicio". Además, añaden que los salarios actuales a la seguridad privada son claramente precarios y no se ajustan a la responsabilidad ni a la complejidad del servicio prestado al metro, que dicen "tiene un claro componente público". Justamente hace un mes, algunos trabajadores ya se concentraron "para denunciar l'enrocament de la empresa en la revisión del complemento salarial".

Desde el Comité de Empresa de Securitas instan a las instituciones implicadas a "actuar inmediatamente y de forma responsable para solucionar este conflicto", y mantienen que la agresión del sábado "no puede quedar como un hecho aislado a solucionar", sino que creen que "la solución es global y requiere la participación activa de TMB".

Sobre la agresión, la primera teniente de alcalde de Barcelona y presidenta de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Laia Bonet, ha lamentado que el vigilante perdiera su ojo izquierdo y ha afirmado que la actuación del personal de seguridad fue "proporcionada". La concejala ha agradecido el trabajo de los 6 vigilantes que intervinieron y que consiguieron "retener a los agresores", y en la relación a la huelga indefinida que ha anunciado la plantilla de Securitas, Bonet ha dicho que TMB ha firmado el documento en el cual se establecen "todos los parámetros en torno a la solicitud de huelga".

Una agresión con un puño americano

Los hechos se registraron de madrugada en l'L4, la línea amarilla del Metro de Barcelona, cuando los vigilantes de seguridad hicieron bajar del tren a un grupo de personas que habían generado incidentes y una pelea en uno de los convoys. A la estación de Poblenou, uno de los responsables de la reyerta agredió con violencia a uno de los vigilantes, dándole un golpe a la cara con un puño americano. El vigilante tuvo que ser atendido y trasladado de urgencia al hospital, donde aunque fue intervenido, no se pudo hacer nada para salvarle el ojo.

Los agresores escaparon, pero un equipo de apoyo de los vigilantes de seguridad del Metro, que se desplaza en vehículo para dar apoyo en incidentes más graves, se encontró con el grupo, reconoció a uno de los agresores y lo detuvo, entregándolo después a los Mossos d'Esquadra. Después de ser arrestado el domingo de madrugada, este lunes pasó a disposición judicial acusado de un delito de lesiones y ha quedado en libertad con cargos, a la espera de que avance la investigación y también la instrucción de la causa.