En el año 1986, la designación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992 supuso el pistoletazo de salida de una gran transformación urbana que tuvo, entre sus principales ejes, la apertura de la ciudad al mar. Hasta aquel momento, excepto la zona portuaria y el barrio marinero de la Barceloneta, la capital de Catalunya vivía de espalda al mar. Todo el frente marítimo del distrito de Sant Martí era un continuum de polígonos industriales y barrios de chabolas atravesado por las vías del tren. Si el proyecto olímpico hizo posible que Barcelona mirara al mar, ahora, otro acontecimiento deportivo de primer orden, la Copa América de Vela, lo volverá a hacer, Barcelona se volverá a abrir al mar y, en cierta manera, recuperará aquel espíritu olímpico.

Esta es la voluntad de America's Cup Event Limited (ACE), organizadora de la 37ª edición de la Copa América de Vela que, cuando ya ha pasado un año desde que se dio a conocer que Barcelona sería la sede de esta competición deportiva, trabaja para dar a conocer a los barceloneses la implicación que tendrá para la ciudad el hecho de ser sede del considerado como tercer acontecimiento deportivo con más audiencia televisiva internacional después de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol -dos asignaturas ya aprobadas, con muy buena nota, por Barcelona-. Y los primeros detalles revelados por la organización son bastante prometedores.

De entrada, hay que tener presente que la candidatura de Barcelona contó con el consenso del Govern, el Ayuntamiento, la Diputación y el Port de Barcelona, así como el gobierno español, todos unidos en el patronato de la Fundación Barcelona Capital Náutica. Un acuerdo de base amplia y con objetivos comunes que no se ha producido en otras situaciones, como la ampliación del aeropuerto del Prat. El consenso conseguido ya es un síntoma de las buenas vibraciones entre las administraciones catalanas y Grant Dalton, director ejecutivo de ACE y director del equipo de regatas Team New Zealand, ganador de la anterior edición y, precisamente por eso, organizador de esta. "Ha sido un honor trabajar con todos los organismos de Barcelona, Catalunya y España para retornar la 37ª edición de la Copa América a una sede europea tan vibrante", aseguró Dalton el martes pasado, con ocasión del primer aniversario de la designación de la ciudad.

¿Qué impacto tendrá la Copa América en Barcelona?

La Copa América de Vela busca ilusionar a los barceloneses y barcelonesas, y lo hará de manera directa durante la celebración del acontecimiento deportivo, que se alargará entre agosto y octubre de 2024, con un espectáculo náutico que será totalmente gratuito. "Queremos que el público conozca la America's Cup, que se implique y que venga al frente marítimo," anunció Dalton, que añadió que se pondría en marcha "un proceso pedagógico para que conozcan la competición y lo que supone para la ciudad". A corto plazo, eso supondrá durante el próximo verano la llegada de los equipos, que ya tendrán un primer reto con la regata preliminar que tendrá lugar en Vilanova i la Geltrú del 14 al 17 de septiembre.

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Embarcaciones participantes en la Copa América / Foto: ACE

Los seis equipos participantes instalarán sus respectivas bases en diferentes localizaciones del Port Vell de Barcelona, mientras que los participantes de las competiciones femenina y juvenil se instalarán en el Port Olímpic, y eso ha supuesto una aceleración de las obras de remodelación, ya previstas, pero a más largo plazo, de estas dos instalaciones portuarias. Al mismo tiempo, supondrá un impulso en una línea estratégica defendida por el actual gobierno municipal, el de la economía azul, y también una coincidencia en la difusión de los mismos valores. De hecho, con motivo del primer aniversario del nombramiento, Aurora Catà, vicepresidenta ejecutiva de ACE Barcelona -la filial local que se encarga de la organización del acontecimiento deportivo sobre el terreno-, destacó la voluntad de "recuperar el espíritu olímpico", y señaló que "los valores de la Copa América son los mismos que los de Barcelona: sostenibilidad, diversidad, inclusión e innovación".

Por su parte, el conseller de Empresa y Trabajo y al mismo tiempo presidente del patronato de la Fundació Barcelona Ciutat Náutica, Roger Torrent, cuantificó esta misma semana la importancia del acontecimiento deportivo, señalando que tendrá un "impacto enorme", de "12.000 millones de euros, y un valor añadido de un 0,5 por ciento del PIB en impacto neto", señalando que se trata de actividad económica que "no se haría si no fuera por la competición y que creará 19.000 puestos de trabajo". Asimismo, lanzó el deseo de que la de Barcelona "sea la mejor Copa América de la historia y que tenga un recorrido a posteriori para la historia de nuestro país".

La remodelación del Port Vell

La instalación de los seis equipos participantes en el Port Vell de Barcelona a partir de julio -cada uno de ellos formado por ocho tripulantes pero que mueve a más de cien personas- comportará la transformación exprés de las zonas donde se ubicarán. El equipo ganador y defensor de la copa, el Emirates Team New Zealand se instalará en el Moll de Barcelona -el muelle donde hay el World Trade Center y la torre de Jaume I del Aeri-, concretamente donde ahora está la base de operaciones de Baleària. En el Moll d'Espanya -donde está el complejo Maremágnum- se instalarán dos equipos, lo suizo Alinghi Red Bull Racing donde se han demolido los antiguos cines Cinesa, y el británico Ineos Britannia, en un espacio próximo al antiguo cine Imax.

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Los equipos se distribuirán en varios espacios del Port Vell / Foto: Port Barcelona

Los otros tres equipos participantes se distribuirán de la siguiente manera, los norteamericanos NYYC American Magic se instalarán en el Moll de Llevant, en la zona de Marina Barcelona 92, a la parte del Port Vell tocando a la Barceloneta, mientras que los italianos del Luna Rossa Prada Pirella se situarán en el mismo muelle, pero al final del paseo de Joan de Borbó. Finalmente, el Orient Express Racing Team, el equipo francés, es el que estará más alejado, en el Moll de Ponent, en concreto en la base del puente colgante que une Barcelona con el muelle adosado y el nuevo rompeolas. Todas estas bases náuticas comportarán la transformación del lugar donde se ubiquen.

De hecho, el pasado 17 de marzo, Port de Barcelona anunció un programa de gran alcance de transformación de todo el ámbito del Port Vell que, a pesar de estar planeado anteriormente, se acelerará para poder acoger con todas las garantías la Copa América de Vela. Este plan de transformación, que en algunos casos se alargará más allá de la Copa América, comprende diecisiete actuaciones: Rehabilitación del respaldo de la bocana Norte; construcción de la rambla Nueva Bocana; nuevo edificio Mirador; urbanización de las explanadas de la nueva bocana; servicio de bus náutico; rehabilitación de los tinglados del Moll de Llevant; espigón de San Sebastián; remodelación del área pesquera – Llotja; nuevos espacios para el Instituto de Náutica; America's Cup House – IMAX Building; Demolición de los cines Cinesa; remodelación del Maremágnum; rehabilitación de Portal de la Pau; urbanización del muelle de Drassanes; traslado de la operativa de cruceros Barcelona Nord en el Moll Adossat; saneamiento de la Torre de Jaume I, y remodelación del World Trade Center Barcelona.

Con respecto al Port Olímpic, que será donde se situarán las bases de los equipos participantes en las copas juvenil y femenina, las obras ya iniciadas de total renovación han recibido un impulso importante con el objetivo de estar terminadas para agosto del 2024, con una inversión exprés de 15,9 millones de euros para remodelar el Moll de Gregal, donde hasta el pasado mes de enero estaba la zona de restaurantes. De hecho, los planes de restauración se alargaban inicialmente hasta 2026, pero la competición deportiva ha forzado un adelanto de los plazos.

Un nuevo espíritu olímpico

Al fin y al cabo, el nombramiento de Barcelona como sede de la Copa América de Vela para el próximo año busca recuperar el espíritu olímpico que hizo vibrar la ciudad el año 1992. De hecho, la misma competición deportiva se podrá ver gratuitamente desde las playas de la Barceloneta, ya que la zona de regatas se situará unos 200 metros mar adentro, de manera que se podrá seguir a simple vista. Además, se prevé también la ocupación del Moll de la Fusta durante la celebración de la Copa América, con espacios de acceso libre a la ciudadanía, aunque eso comportará con toda probabilidad el traslado de otros acontecimientos que se suelen hacer en el mismo espacio en las mismas fechas, como la Setmana del Llibre en Català o el Salón Náutico.

 

Con respecto al legado a largo plazo, y más allá de los valores de sostenibilidad, diversidad, inclusión e innovación que promueve la misma Copa América de Vela, Barcelona ganará nuevas instalaciones para la ciudadanía en el Port Vell y el Port Olímpic y volverá a hacerse suyo el mar, como pasó con las grandes transformaciones de finales del siglo XX. Con la Copa Amèrica Barcelona tiene la oportunidad de recuperar el espíritu olímpico.