El Ayuntamiento de Barcelona no descarta dar marcha atrás con la apertura de las playas después de que este miércoles unas 2.000 personas pasearan e hicieran deporte por estos espacios de la ciudad, hecho que dificultó en algunos momentos el mantenimiento de las distancias de seguridad.
El concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, ha asegurado que en caso de que no se sigan las normas de distanciamiento se podría restringir el acceso: "Si llegamos a la conclusión de que las ganas de disfrutar de la playa son más fuertes que la restricción, tendremos que dar marcha atrás".
Por su parte, el jefe de epidemiología del Hospital Clínic, Antoni Trilla, se ha manifestado en el mismo sentido: "Eso no puede ser así de ninguna de las maneras".
Trilla ha alertado de que se vieron "aglomeraciones" y gente "que no respetaba las normas" y ha respondido afirmativamente al ser preguntado si situaciones así podían producir un contagio comunitario.