La presencia de la Jefatura de la policía española en la Via Laietana, en el centro de Barcelona, reconocida por las autoridades del Estado como escenario de torturas durante el franquismo y donde también las ha habido después, es cada vez más cuestionada por la sociedad civil catalana, que ve la presencia actual del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) como una muestra de las carencias democráticas del régimen del 78 y de los errores de la mal llamada transición democrática.
Por eso, este viernes por la noche, justo delante del edificio de infausta memoria coronado con una triste bandera española, Òmnium Cultural, junto con entidades memorialistas, han organizado el acto Memoria contra la impunidad, para volver a exigir el cambio de usos de la comisaría de Via Laietana, 43, para que se convierta en un espacio de memoria democrática. Antes de empezar el acto, un espontáneo ha proferido un sonoro grito de 'Viva España', que sólo ha sido secundado por la persona que lo acompañaba.
El acto ha empezado con la interpretación de 'El cant dels ocells' y el recordatorio del célebre discurso de Pau Casals delante la Asamblea General de la ONU. Mientras se proyectaban imágenes sobre la fachada de la instalación policial, Pilar Rebequer, miembro de la Comisión de la Dignidad, ha recordado su paso por la Jefatura, donde fue torturada en 1970 y ha hecho mención del "sesgo de género, sexual y obsceno" que sufrían las mujeres a manos de la policía franquista. Seguidamente, Blanca Serna, represaliada durante el franquismo "y cuando ya mandaba al PSOE" ha rememorado las cuatro veces que fue trasladada a la Jefatura, dónde también fue sometida a tortura.
También han tomado la palabra Norma Pedemonte, abogada de Alerta Solidaria, que entre otros lleva el caso del chico de la sudadera naranja, que ha recordado que las torturas se siguen practicando en la actualidad y Carles Vallejo, ex-preso político torturado por el franquismo que ha definido el edificio de la Jefatura como un "espacio inmenso del terror, símbolo de la tortura, las vejaciones y violaciones de los derechos humanos".
Cuixart: "Símbolo de este franquismo que no se marcha"
La intervención final ha sido la del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que ha aprovechado su parlamento para recordar que la sede de la Jefatura de la policía española es la "sede de torturas y vejaciones" y una muestra "de este franquismo que no se marcha", pero también "un símbolo del hecho de que nuestra lucha no desfallece".
Asimismo, el presidente de Òmnium ha recordado que las personas que "desafiaron las torturas más salvajes", lo hicieron para "legarnos un futuro mejor a todos nosotros", y por eso ha reclamado que "este horror se convierta en un centro de memoria".
"Cuarenta y seis años después de la muerte de Franco, la comandancia de la Via Laietana es una grave anomalía internacional", y por eso ha reprochado directamente la "ignominiosa complicidad del Estado español", que prevé en los presupuestos generales del Estado una partida de 8 millones de euros para renovar las instalaciones y perpetuar su uso policial.
"Para que Via Laietana sea un espacio de memoria tiene que dejar de ser un espacio para la represión, ni un solo euro público a la comisaría si no está para convertirla en un espacio de memoria y dignidad colectiva", ha remachado Cuixart.