Custodia Moreno Rivero (Granada, 1943) ha conseguido lo que pocos pregoneros de la Mercè han alcanzado los últimos años, obtener el visto bueno del gobierno municipal y de la oposición. Activista vecinal, antigua chabolista y luchadora feminista, será la encargada, este jueves 23 de septiembre, de dar el pistoletazo de salida de la Fiesta Mayor de Barcelona con un pregón que ya adelanta que servirá "para dar un toque a alguien".
Con cuatro años llegó a Barcelona a bordo del tren 'sevillano' y la primera sorpresa que se encontró con su familia es que en el piso que habían alquilado ya vivían tres familias más, de manera que fueron a vivir en una barraca del barrio de Can Baró, sin alcantarillado ni electricidad. De joven tuvo que combinar el trabajo con los estudios y consiguió licenciarse en Enfermería. Al trabajo y los estudios sumó la lucha social y se implicó en las lucha vecinales y también con las de signo feminista, promoviendo la educación sexual y la información sobre los métodos anticonceptivos entre las mujeres del Carmel en los años 70.
Una vez casada, en el año 1972, Custodia cambió la chabola por una casa de autoconstrucción que sus padres habían ido edificando en el Carmelo durante los fines de semana. Más tarde presidió la Asociación de Vecinos del Carmelo, cuando se consiguió que llegara al barrio el alcantarillado y el agua corriente.
En su larga trayectoria social tuvo tiempo también para hacer una incursión al ayuntamiento, donde fue consejera independiente del Distrito de Horta-Guinardó bajo el mandato del alcalde socialista Pasqual Maragall entre 1990 y en 1995. En el año 2009 le entregaron la Medalla de Honor de la Ciudad.
Ya jubilada, Moreno destaca por su compromiso vecinal, social y político que ha propugnado siempre, y sin tener pelos en la lengua. Por eso mismo afirma que actualmente, la alcaldesa Ada Colau "es poco popular en los barrios".
¿Cuándo le llegó la propuesta de dar el pregón de la Mercè 2021, que es el primero que pensó?
Cuando la alcaldesa me dijo que habían pensado en mí para que fuera la pregonera, me quedé muy sorprendida. Nunca me lo había imaginado, yo que he hecho muchas cosas a la vida. Fue una sorpresa, una agradable sorpresa, pero me quedé parada. Agradecí la atención, porque no deja de ser un honor, pero enseguida noté como si todo el peso del mundo cayera sobre mí y dije que no me veía con ánimos. Estoy cansada, tengo a mi cargo una persona de 101 años y dije que no, pero amablemente dijo que me lo pensara y que ya le diría el que. Y cuando lo pensé entonces me di cuenta de que por diferentes motivos, por todas las das del mundo que no tienen voz ni derecho, mi gente del barrio, las mujeres que en silencio colaboran para que esta ciudad sea lo que es, este techo de cristal que tenemos que estar rompiendo continuamente las mujeres y después pensé que no podía ser un obstáculo para que la voz de una vecina se sientas en el Saló de Cent cuando tantas veces me han oído en la plaza de Sant Jaume, es como un cambio de escenario.
¿Ya tiene pensado cuáles serán los ejes del pregón?
Será un poco diferente de lo que se espera. Yo soy poco políticamente correcta y pienso que como este año todo es diferente, mi pregón también. Pero será de estima a esta tierra, un poco reivindicativo y de der el toque a alguien, por aquí irá la cosa.
Yo soy poco políticamente correcta y pienso que como este año todo es diferente, mi pregón también, un poco reivindicativo y de dar el toque a alguien
¿Es consciente que usted es la primera pregonera de los últimos años que ha generado un cierto consenso entre gobierno municipal y oposición?
Sí, y estoy contenta. Supongo que también habrá críticas a posteriori, pero es una de las alegrías que estoy teniendo y me anima. Estoy un poco emocionada de las muestras de afecto que recibo de todas partes, de gente de la oposición, de gente con quien he tenido enfrentamientos y es una alegría. Para alguna cosa estoy sirviendo, para que haya un poco de consenso cuando la pregonera siempre suscita críticas.
¿Lo mismo ha pasado con el cartel, verdad?
El cartel es precioso, es un acierto. La corona es la sardana, que cuesta verla de entrada. A los que somos republicanos nos cuesta un poco, pero es una sardana. Francamente, me ha gustado mucho.
¿Que puede aportar usted como pregonera?
Me gustaría mantener este consenso que decíamos. Que cuando acabe el pregón que algún mensaje de los que dé, quede. Me gustaría que se interiorizara alguna cosa de lo que digo, no aspiro a más. Pero sin tomates y que las pitadas sean mínimas, que sé que por algún motivo las habrá.
Pero en todo caso, no serán para usted.
Espero que para mí no sean, y si viene alguna, pues mira, que le haremos, bienvenida sea. Cuando sales al ruedo ya sabes en qué te expones.
Pero no se descarta que la alcaldesa sea silbada.
Es que se mezclan cosas y no sabemos distinguir cuando se tiene que gritar y cuando hacer una oposición seria y firme. Las cosas se desvirtúan porque seguro que habrá motivos para silbar, si no los hubiera no seríamos una sociedad normal, pero sabe mal, porque ahora es motivo de fiesta, el pregón, el balcón, los gigantes, la gente con ganas de fiesta y más todavía ahora con toda la crisis, la gente tiene ganas de salir y pasarlo bien.
Seguro que habrá motivos para silbar, si no los hubiera no seríamos una sociedad normal, pero sabe mal, porque ahora es motivo de fiesta
Usted vivió bastantes años en el barrio de chabolas de Can Baró. ¿De toda aquella época, como tiene que reaccionar la ciudad? ¿Se tiene que olvidar? ¿Lo tiene que rememorar? ¿Se ha olvidado demasiado?
Se olvidó demasiado. Después de conseguir en los 90 acabar prácticamente con todas las barracas horizontales, porque barraquismo vertical sigue habiendolo, pues hubo un silencio, que aquello había pasado y se había acabado, pero un grupo de gente montamos una plataforma ciudadana para reivindicar que este olvido no fuera así, llegamos al acuerdo con el ayuntamiento de poner placas allí donde había habido chabolas para recordarlo y como homenaje a la gente que había vivido allí. Ha habido un interés por toda la lucha que hicimos la gente de los barrios, porque no sólo nos preocupamos de conseguir mejoras en nuestros barrios, también luchamos mucho para que a este país viniera la democracia.
¿Barcelona ha hecho las paces con los chabolistas?
Sí, porque con mucha lucha conseguimos una vivienda, pero después de cincuenta años todavía tenemos este problema de la vivienda, y esta es una de las cosas del pregón y del toque. Que todavía no se hayan tomado medidas serias para intentar solucionar el problema de la vivienda, es de vergüenza. Si no se hace vivienda pública, esto no se soluciona.
¿Y de su paso por el ayuntamiento, qué recuerdo tiene?
Tengo muchos buenos recuerdos, me tuvieron una estima, me respetaron mucho. En todo momento, de verdad fui independiente, yo siempre daba mi opinión. Pero de la misma manera fue difícil que la gente de mi barrio aceptaran que yo pasara a formar parte del ayuntamiento, que es la contradicción de la izquierda, que queremos tener el poder y cuando tienes una parcela de poder ya eres un vendido y un renegado. Me moriré sin saber porque esta contradicción, pero he tenido muchos buenos recuerdos del ayuntamiento. Claro que yo era la vecina del ayuntamiento y nunca estaba en el despacho, siempre estaba en la calle.
¿Y cree que ha aportado en la ciudad?
Eso ya son palabras mayores. Llegar a Barcelona fue llegar a un pequeño oasis de oportunidades en medio del desierto tan espantoso del que veníamos. No sé, mi granito de arena, dar lo mejor de mí.
Llegar a Barcelona fue llegar a un pequeño oasis de oportunidades en medio del desierto tan espantoso del que veníamos
¿De aquella Barcelona que conoció de joven, qué ha desaparecido que se tendría que haber conservado?
No, la historia es la historia y unos hacen una cosa y después otros hacen otra encima. Ahora, quizás hemos perdido un poco de chispa como ciudad, de alegría. Antes había más discusión, que si 'piruli' sí, 'pirulí', no. Encuentro que eso está un poco aguado.
¿Porque falta esta chispa?
Nos hemos vuelto muy conservadores la mayoría. Es la contradicción que tenemos la izquierda, que luchamos por las cosas y cuando ya las tenemos y vienen los otros nos molesta perder lo que ya tenemos. Nos hemos vuelto muy conservadores. Y en cuanto a la ciudad se ha perdido el 'glamour', siempre estábamos al frente de cualquier novedad. En los barrios la cosa está muy atomizada, y no porque que no haya problemas, que los hay.
¿Eso que dice es una crítica al actual gobierno municipal? ¿Como ve la gestión de Ada Colau?
Está siendo muy poco popular en los barrios, cosa que es contradictoria, porque siguen haciéndose mejoras, pero cuestan mucho los cambios. Pero posiblemente cuesta mucho entender todos los cambios, a nivel de transporte no habíamos solucionado el tema de los coches que tenemos el de las motos, y ahora los patinetes, y todo lo queremos para pasado mañana. Y no es que esté completamente de acuerdo con la gestión, en absoluto, tengo mis críticas, pero tampoco entiendo esta critica tan exagerada. No creo que nuestra ciudad esté tan mal. ¿Las obras? ¡Siempre ha habido obras! Creo que estamos siendo un poco injustos, no dejamos que este gobierno acabe de desarrollarse. Hemos tenido la mala suerte de la pandemia, eso ha alterado y paralizado durante un tiempo la gestión.
[Colau] está siendo muy poco popular en los barrios, cosa que es contradictoria, porque siguen haciéndose mejoras, pero cuestan mucho los cambios
Pero por ejemplo, hay la sensación de que la ciudad está más sucia que nunca...
¡Porque somos muy 'guarros'! Yo meto bronca a los políticos pero hay una cosa que me preocupa, el incivismo, pedimos papeleras pero seguimos tirando la lata fuera, y no sacamos la basura a la hora. Si la ciudadanía no colabora, nadie lo arregla eso. No hay suficiente dinero público para tener una ciudad a prueba de revista. Todos se tiene que mejorar, pero si todos fuéramos más limpios, Barcelona no estaría tan sucia.
¿Para acabar, nunca ha pensado en ser alcaldesa?
No lo había pensado nunca, pero en algún tiempo habría podido. Ser alcaldesa era y sigue siendo fuerte, pero estar en la línea, si me hubiera dedicado a la política, estar dentro del gobierno municipal, con algún cargo...