La implementación de grandes cambios en la movilidad en la ciudad de Barcelona, sustanciadas en nuevas realidades como los carriles de urbanismo táctico, las supermanzanas, los ejes verdes, las calles de plataforma única y las calles con limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora, en resumen, las calles pacificadas, no han servido para su propósito y no han conseguido mejorar la convivencia entre los diferentes modos de transporte ni mejorar la sensación de seguridad a la hora de desplazarse. Esta es uno de los datos que aparecen en el demoledor 'Estudio sobre la convivencia de la movilidad en Barcelona' que ha presentado este martes el RACC.
El informe, que revela que seis de cada diez ciudadanos creen que moverse por Barcelona es cada vez más complicado y destaca que los usuarios de los diferentes modos de transporte analizados -peatones, ciclistas, VMP (vehículos de movilidad personal, principalmente patinetes eléctricos), motocicletas y coches- consideran en gran manera peligrosos los usuarios de los otros modos, se centra también en la valoración de las infraestructuras para mostrar las calles pacificadas no mejoran la convivencia entre sistemas de movilidad. Así lo afirma un 51% de los encuestados, mientras que otro 48% también opina que estos tipos de calles tampoco mejoran la seguridad vial.
De hecho, es lo bastante conocida la oposición del RACC al Modelo Superilla implementado por el Ayuntamiento de Barcelona, y en este sentido, el presidente de esta institución, Josep Mateu, ha lanzado una dura crítica sobre el modelo urbanístico del gobierno Colau, en especial el llamado urbanismo táctico que ha creado dificultades a los ciudadanos: "No sabemos si el color azul quiere decir peatones o si el amarillo quiere decir bicicletas, ha habido poca planificación y una sensación de precariedad y ha hecho que la gente no supiera por dónde tenía que circular" y ha lamentado que el gobierno municipal no haya sabido "acompañar y enseñar a la gente por donde tenía que ir".
Críticas al Eix Verd de Consell de Cent
De hecho, también ha señalado un ejemplo concreto y actual, el de la conversión de la calle Consell de Cent en un Eix Verd donde ya no se puede atravesar de punta a punta en coche o motocicleta: "Es una decisión que se ha tomado de una forma un poco impuesta", y ha criticado la aparición de informes que "dicen que el tráfico se ha evaporado". "Lo cierto es que no ha habido ninguna medida de transporte público para entrar o salir de Barcelona que se haya modificado, y en un 70 o 80% los coches del Eixample son de fuera de Barcelona", ha insistido para añadir que hay que ver el efecto del corte en Consell de Cent "en las calles de los alrededores, porque aquellos usuarios que se ven obligados a venir a la ciudad en vehículo privado se ven obligados a circular por otras calles cercanas".
Todavía más, según ha sostenido el director del Área de Movilidad del RACC, Cristian Bardagí, el Ayuntamiento de Barcelona no ha puesto las nuevas infraestructuras al servicio del usuario. De hecho, lo ha explicitado con dos ejemplos, el paseo de Sant Joan y la calle Indústria. En el primero de ellos, a pesar de tratarse de una vía regulada a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, "el mismo espacio invita a ir a otra velocidad", empezando por la anchura de los carriles. Con respecto a la calle Indústria, "donde se presentó el primer radar escolar", ha recordado que en Bailén está regulado a 30 km/h, más tarde a 50 y en el tramo final, donde está el entorno escolar, otra vez a 30, a pesar de que "es un tipo de calle que en el resto de la ciudad es de 50 km/h.
Nadie respeta la velocidad en la supermanzana
Otros datos del informe se centran en el respeto de las velocidades marcadas en cada espacio y delatan que en la supermanzana del Poblenou, que tiene una velocidad limitada a 20 kilómetros por hora, el 94% de coches y motos superan este límite tanto en horario diurno como nocturno. En este sentido, la jefa de estudios de movilidad del RACC, Alba Rey, ha sido contundente: "La supermanzana no está funcionando con respecto al límite de velocidad, ni de día ni de noche". A este dato hay que añadir que otro ámbito pacificado estudiado, el paseo de Sant Joan, revela que durante la noche, el 100 por ciento de coches y motos supera el límite de velocidad, mientras que durante el día lo hacen el 81% de los coches y el 48% de las motos.
Asimismo, el RACC destaca en este estudio, realizado a partir de 2.000 encuestas y más de 25.000 observaciones, que 4 de cada 10 ciudadanos no se sienten seguros cuando se desplazan por Barcelona y con respecto a 2017, cuando se hizo un anterior estudio similar, la percepción general de inseguridad ha subido 6 puntos. Además, 8 de cada 10 ciudadanos consideran que no existe respeto entre los usuarios de diferentes modos de transporte y el 82% de ciudadanos piensa que existe una falta de civismo general en la ciudad de Barcelona. Además, los usuarios que reciben más críticas son los de patinetes eléctricos.