Coincidiendo con la noche de Reyes, el movimiento okupa de Barcelona ha organizado un desfile por las calles del barrio de Gràcia de la capital Catalana. Saliendo desde la plaza del Norte, unas doscientas personas se han dirigido, gritando y mostrando proclamas prookupació, cabe en el espacio joven Fontana, justo en medio de la calle Gran de Gràcia, donde han organizado un concierto en el terrado de una vivienda.
El concierto ha provocado que la gran mayoría de los jóvenes que participaban acabaran sin mascarilla y que uno de los miembros del grupo que cantaba haya tirado varios mocos a los asistentes mientras llamaba proclamas negacionistas de la pandemia.
La pancarta que ha encabezado la marcha reclama a los vecinos de Barcelona que apaguen la tele y okupen también. Justo esta es la pancarta que los manifestantes han colocado en el cruce entre las calles Gran de Gràcia y Santa Rosa, como reclamo para el concierto que se estaba celebrando, al mismo tiempo ha provocado que varios vecinos se hayan acercado a mirar que estaba sucediendo allí, la mayoría, sin embargo, no se hay lado.
Provocando el caos
Una vez ha acabado el concierto en la calle Santa Rosa, todos los manifestantes han empezado a bajar por Gran de Gràcia contra dirección hasta la calle Astúries, donde hay una vivienda okupada. Durante el pequeño trayecto contra dirección, parte de los manifestantes han bajado a la calzada, provocando que un gran atasco en la calle y un auténtico caos de tráfico.
Una vez han llegado a la calle Astúries, los manifestantes han sacado dos cabezones, uno de los cuales estaba caracterizado como un mosso d'Escuadra con cara de cerdo y han seguido escuchando música y gritando en medio de la calle.
Al final, la rua del movimiento okupa ha acabado con varias pintadas por todo el barrio a favor del movimiento y algunas en contra de la policía.
Al final, la rua ha terminado con una barricada encendida en la calle Quevedo.