El llamado pleno de la lágrima del Ayuntamiento de Barcelona, el que cierra el mandato con la despedida de los concejales que no repetirán, no ha hecho mucho honor a su nombre, ya que solo una de las concejalas salientes, Julia Barea, de Ciutadans, ha soltado unas lagrimitas, en un plenario que ha tenido también varias alusiones al nuevo mandato, a quien será el nuevo alcalde, consejos para la votación de investidura, advertencias sobre la entrada de la extrema derecha de Vox y, al final de todo, un despido parcial de Ada Colau, que ha asegurado que ya no ejercerá más el cargo de presidenta del pleno municipal.
Efectivamente, Colau se ha despedido como presidenta del plenario, asegurando que "está para ver el alcalde que saldrá el sábado o los próximos meses, pero en cualquier caso no volveré a presidir el pleno los próximos cuatro años". Hay que decir, sin embargo, que anunciar que no presidirá el pleno no implica una admisión fehaciente de que no será alcaldesa —hace veinticuatro horas todavía proponía repartirse la alcaldía—, porque aunque tradicionalmente el alcalde ejerce de presidente del pleno municipal, es el mismo alcalde quien decide que será el presidente. El alcalde Trias, por ejemplo, delegó esta función a Joan Puigdollers. En todo caso, todavía hay incertidumbre sobre el día que se celebrará el plenario de investidura y quién será finalmente alcalde de Barcelona y el despido parcial de Colau no supone una renuncia explícita a ser alcaldesa.
Con respecto a las despedidas, aunque el primer recuento era de veintitrés concejales que se marchaban, el nombramiento de Ester Capella como consellera ha salvado in extremis a Jordi Coronas, que se queda en el pleno. Al final se marchan veintidós concejales, de los cuales han tomado la palabra diecisiete, en un plenario emocional, pero sin llegar a volverse lacrimógeno y donde no han faltado los agradecimientos a la institución y su personal y los consejos para los futuros concejales. Ya se ha dicho que Julia Barea ha sido la única que ha llorado abiertamente, pero todo el mundo que ha podido ha hecho referencia a esta etapa vital de su vida. Ferran Mascarell, lo único de Junts que termina, ha anunciado que ahora escribirá "las memorias" y Eloi Badia, de BComú, ha fabulado sobre la Barcelona que se encontrará a su hijo a punto de nacer cuando tenga dieciocho años.
Eva Parera, de Valents, ha anunciado que su partido "continúa vivo", mientras que Òscar Ramírez, concejal saliente del PP ha lanzado un ruego a Daniel Sirera, para que no entregue la ciudad ni a populismos ni a separatistas", una petición implícita de favorecer la alcaldía en Jaume Collboni. Después de los parlamentos, con más sonrisas que lágrimas, los concejales que no repetirán han compartido una foto de familia y una copa de cava, mientras que las incógnitas sobre las cuales pasará el sábado o el siete de julio, siguen abiertas.