Aunque la implementación de superila es uno de los temas que genera más debate en Barcelona, el ayuntamiento mantiene su discurso triunfalista y defiende que este tipo de actuaciones se esparza por toda la ciudad: "La superilla mejora la salud y mejora el comercio y queremos que todas las calles de Barcelona tengan estas mejoras", ha afirmado este miércoles por la mañana la segunda teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz, que ha señalado que en los próximos dos años, L'Eixample contará "145 hectáreas de espacio verde y paseable en las calles Consell de Cent, Rocafort, Girona, además de la transformación definitiva de la calle Parlament", es decir, aquellas calles más afectadas por la implementación del llamado urbanismo táctico.
En plena superilla de Sant Antoni, en el cruce de las calles Parlamento y Borrell, "allí donde empezó todo", Sanz ha señalado que "Poblenou y Sant Antoni son los espacios que demuestran porque necesitamos este proyecto de superilla en toda la ciudad".
Con motivo de la presentación de un estudio según el cual el comercio de Sant Antoni ha recuperado el nivel de ventas de antes de la pandemia, la teniente de alcaldía ha señalado que la implementación de las superilles persigue cuatro objetivos: "desarrollar una propuesta que mejore el espacio público", "reducir la contaminación", "proteger y dinamizar el comercio de proximidad" y "potenciar la vida de barrio", razones por las cuales ha defendido la necesidad de sacar adelante los nuevos proyectos previstos.
Admite la necesidad de mejoras
Con todo, Sanz ha admitido la necesidad de mejorar algunos de los aspectos que han sido más cuestionados los últimos meses, como la limpieza, los espacios verdes, el mobiliario y la pintura. "Es indispensable mejorarlo y lo vamos trabajando", ha afirmado.
Con respecto al informe, presentado conjuntamente con el concejal del Eixample, Pau González, y el presidente de Sant Antoni Comerç, Jordi Arias, este revela que la evolución comercial desde la apertura del mercado en mayo del 2018 y la implementación de la superilla "ha ido al alza", aunque contrasta con un informe presentado el pasado julio por Barcelona Oberta, según el cual un 45,3% de los comerciantes había disminuido las ventas, delante del 47,2% que las había mantenido, y un 7,5% que las había aumentado.
El informe presentado este miércoles por Sant Antoni Comerç cifra el número de visitantes en este eje comercial de los 55 millones del año 2018 a los 64 millones actuales y que la situación del tejido comercial está recuperando los datos y niveles del 2019, es decir, de la situación previa a la pandemia. Este estudio se suma al presentado hace unos días por el ayuntamiento que afirmaba que en Sant Antoni se había reducido la contaminación en un 25% desde la existencia de la supermanzana.