En las ciudades hace más calor que en su entorno: es el llamado efecto isla de calor. Ahora, un estudio de la Universidad de Barcelona lo ha analizado en detalle en todo el área metropolitana y ha certificado que hay una diferencia de más 7º entre el centro de la ciudad y su periferia. El centro de esta isla de calor se situaría en la plaza Universitat. El efecto mayor se produce en los meses de otoño e invierno y en condiciones de estabilidad atmosférica. Este estudio, Efectes del canvi climàtic a l'Àrea Metropolitana de Barcelona. Quan l'amplada del carrer, l'alçada dels edificis i la impermeabilització del sòl afecten la temperatura a la ciutat, ha sido dirigido por Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física y director del Instituto de Investigación del Agua de la UB y han colaborado en él Víctor M. Artola, M. José Cordobilla, M. Carmen Moreno y Marc Montlleó. Ha sido financiado por el Área Metropolitana de Barcelona.
Islas secundarias
Aunque la gran isla de calor se sitúa en el centro de Barcelona, también se han localizado islotes de calor menores en todos los núcleos urbanos de los otros municipios estudiados: L'Hospitalet, Badalona, Sant Boi de Llobregat, Castelldefels... Martín Vide ha afirmado que este fenómeno no es una simple curiosidad, sino que se empieza a percibir "como un riesgo para la salud y con una repercusión directa en el gasto energético".
Parques y ríos contra isla de calor
Martín Vide explica que las zonas verdes y los parques urbanos aligeran el efecto isla de calor y disminuyen la temperatura hasta 2º en un radio de algunos centenares de metros. Este efecto refrescante de los prados y las zonas verdes interactua con el de los cursos fluviales. En el Prat de Llobregat hay una diferencia de 5º entre el núcleo urbanizado y los campos de cultivo situados a poca distancia. En Santa Coloma de Gramanet el parque fluvial del río Besòs es un espacio que reduce el efecto isla de calor.
El origen de la isla de calor
El efecto isla de calor se produce por una suma de factores: los materiales urbanos utilizados en edificios y pavimentaciones retienen el calor solar más eficazmente que la vegetación natural. Las actividades humanas (industrias, vehículos, calefacciones...), además, generan calor. Finalmente, una parte de la energía utilizada en los espacios naturales para evaporar la humedad queda disponible en el medio urbano, ya que mucha agua de lluvia se va rápidamente por las alcantarillas.
Múltiples causas
La lista de factores que producen la isla de calor, según los autores del estudio, son:
* Un incremento en el almacenamiento de calor durante el día por la alta capacidad calorífica de los materiales de construcción.
* La producción de calor antropogénico.
* La disminución de la evapotranspiración por la pavimentación y la eficacia de los sistemas de drenaje.
* Una pérdida del calor sensible más pequeño, por la reducción de la velocidad del viento.
* El aumento de la absorción de radiación solar por su "captura" por causa de la geometría urbana.
* El efecto invernadero.
Sin ver el horizonte
El estudio también ha mostrado que tiene una gran importancia el factor de visión del cielo (SVF). El SVF es el porcentaje de cielo que se puede ver desde un punto de observación mirando hacia el cenit. En general, la topografía urbana reduce el SVF de las calles y las vías urbanas. El resultado es que en las zonas con un SVF bajo la radiación de onda larga queda obstaculizada por las fachadas, de manera que el enfriamiento nocturno de las calles disminuye. Las noches, pues, son más calurosas, porque el viento no "barre" el calor. Es, pues, un elemento de gran importancia en el factor isla de calor.