La sospecha de que el Ajuntament de Barcelona querría alterar el Born Centre Cultural, de tal forma que dejara de ser el centro de referencia de la memoria del 1714, ha levantado las sospechas del nacionalismo catalán, que ha reaccionado con celeridad.

La propuesta inicial partió d'Ada Colau, y no aportaba muchas concreciones. Como respuesta, Esquerra Republicana de Catalunya presentó, el martes 19, una propuesta en la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes del Ajuntament, con el fin de mantener la línea museística del Born, alegando, principalmente, que el proyecto oficial funciona y que garantiza un elevado número de visitantes. Pero la iniciativa fue derrotada por los votos unidos de Barcelona en Comú, PSC, Ciutadans y PP. El PSC incluso propuso el cierre del Centro Cultural. En cambio, CiU y la CUP apoyaron la propuesta de ERC.

Reacciones

Si las declaraciones de Colau habían despertado suspicacias, la votación en el Ajuntament ha desatado las alertas. La ANC se ha involucrado en la polémica, y mediante la sectorial d'Arquitectura, Edificació i Territori per la Independència, ha mostrado su oposición a cualquier alteración del proyecto del Born y ha iniciado la campaña #?ElBornNoEsToca?: ¡?#?SalvemElBorn?!

El manifiesto de la sectorial de la ANC, hecho público en el curso de una manifestación que agrupó a 400 personas, el pasado jueves, se centraba en tres puntos: el mantenimiento del nombre y del proyecto museístico del Centro, el respeto al espacio arquitectónico, sin incorporación de nuevos usos, y la paralización de las nuevas excavaciones arqueológicas previstas en este espacio, ya que consideran que pondrían en peligro los restos de la ciudad.

Joan de Torres i Calsapeu, coordinador de la sectorial de Arquitectura de la ANC, se ha mostrado preocupado por una eventual reforma del Born que "desvirtúe el potencial y simbolismo que tiene el lugar". Argumenta que hasta ahora el proyecto del Born CC ha resultado un éxito, y se ha mostrado atractivo, tanto para los catalanes como para los turistas. "Una cosa que funciona, mejor no la tocamos", concluye. Pide que en el Born CC se realicen exposiciones temporales vinculadas temáticamente a las ruinas y a la historia del espacio.

Una de las instituciones que ha dado apoyo a la petición de la ANC es la Coronela, la organización sin ánimo de lucro que quiere mantener el legado de las unidades militares ciudadanas que defendieron la ciudad en 1714, frente las tropas borbónicas. La Coronela ha lanzado una petición, en Change.org, que ya ha sido firmada por casi 5.000 personas. Su tono todavía es más radical que el de la ANC:

La ANC vigila: 'No permitamos que Barcelona repita, por segunda vez, la destrucción del Born'

Desde el Ajuntament se ha tendido a relativizar la situación. La misma Ada Colau ha asegurado que no se pretendía cubrir las ruinas y se ha comprometido a que el centro se mantendría como "referente del 1714". Sin embargo, se ha ratificado en que hay que abrir el Born CC a otros usos, más allá de la conmemoración del tricentenario.

El responsable de intervenciones arqueológicas en el Born, Toni Fernández, ante de las críticas de la sectorial de la ANC, ha indicado que todas las intervenciones previstas son absolutamente respetuosas con los restos del 1714. Dice que quieren levantar el pavimento del 1700 para analizar los restos situados por debajo, para poder conocer el pasado remoto de la ciudad, pero que posteriormente volverán a colocarlos en su emplazamiento actual.

Los argumentos del equipo municipal no han conseguido tranquilizar las filas nacionalistas, ante la falta de un proyecto museístico claro, y la oposición de algunos grupos municipales al mantenimiento del Born CC como espacio conmemorativo de la derrota del 1714.

¿De quién es el Born?

La clave de esta polémica se encuentra en el nivel simbólico. Sin duda, el Born es un lugar de memoria, donde se concentran elementos simbólicos clave de la historia de Catalunya. "El Born es la zona cero de la historia de Catalunya", dijo Quim Torra, cuando era director de este equipamiento cultural.

Uno de los puntos más polémicos del comunicado de la sectorial de Arquitectura de la ANC, es que pide que, si el Ajuntament de Barcelona no está dispuesto a asumir sus demandas con respecto al Born, tendría que transferir la gestión y titularidad en el Govern de Catalunya. La sectorial de la ANC alega que el Born forma parte del patrimonio colectivo de todos los catalanes, y no sólo de los barceloneses.

El Ajuntament de Barcelona, a través del comisionado de Programas de la Memoria, Ricard Vinyes, ha puntualizado que no hay motivos para que el Born funcione como una infraestructura cultural excepcional. De hecho, durante muchos años, la polémica fue si el Born era de los vecinos o de la ciudad: las asociaciones vecinales reclamaron insistentemente que el Born se convirtiera en un espacio al servicio del barrio; las excavaciones arqueológicas de las ruinas del 1714 no fueron muy bien acogidas por el vecindario, ya que consideraban que privaban en el barrio de un equipamiento colectivo.

Sin rumbo claro, pero adelante

La falta de un proyecto sólido se hace sentir en el Born CC. Desde julio del 2015, cuando Quim Torra dejó el cargo al ser nombrado presidente de Òmnium Cultural, la dirección del centro cultural está vacante. Además, se ha suspendido la segunda exposición temporal prevista a la espera de la modificación de la línea museística.

A pesar de todo, el Born CC es una estructura cultural en pleno funcionamiento. Básicamente, se beneficia de su espectacularidad y ubicación privilegiadas. Se pueden encontrar pocos yacimientos arqueológicos tan completos y vistosos en pleno centro urbano. Por eso ha sido escenario de algunas actividades bien alejadas de la temática del 1714, como el desfile 080 Barcelona Fashion o una conferencia del mediático exministro de finanzas griego Yanis Varoufakis.

La afluencia continúa de turistas y visitantes a Santa Maria del Mar y a las terrazas del Born acaba por beneficiar a la infraestructura cultural. Y, en realidad, se ve mucha más gente dentro del bar del recinto que en las salas de exposiciones. Entre los visitantes, los catalanes motivados por su historia están claramente en minoría, superados por los extranjeros a la busca de atractivos turísticos. Mientras que la exposición permanente mantiene un tono militante, de denuncia de la destrucción de la ciudad por las tropas borbónicas, en los restos arqueológicos, principal objetivo de los visitantes, el mensaje es mucho más difuminado, casi imperceptible para muchos de ellos. El Born, hoy por hoy, ya es más que el memorial del 1714.