Esta semana ha sido nefasta para el patrimonio de la iglesia de Santa Maria del Pi, en el Barri Gòtic de Barcelona. En contraste con la rehabilitada capilla de Santa Llúcia, que una vez acabadas las obras vuelve a lucir con todo su esplendor -y con la confianza en que no se estropee por obra de grafiteros-, en la iglesia del Pi aparecieron al principio de semana varias pintadas, que no sólo afeaban los muros, sino que, además estropearon un escudo medieval que ahora, parcialmente pintado de negro y rosa, quizás será difícil de recuperar. Con todo, el vandalismo ha subido de nivel y aparte de las pintadas se han robado varios sillares de la fachada. Hay que recordar que la recientemente estrenada bibliocabina de Sant Genís dels Agudells también ha sido vandalizada.

Pintadas aparecidas en la fachada lateral de la basílica de Santa Maria del Pi / J.P.

Según ha adelantado 'betevé', más allá de las pintadas hay que añadir ahora el robo de diversas de las piedras que conforman la fachada lateral, en la plaza de Sant Josep Oriol. En concreto se trata de una decena de sillares pequeños situados junto al suelo, que han sido extraídos recientemente. De hecho, en la zona ya había el agujero de alguno, hecho que ha facilitado la extracción del resto y que ahora tendrán que ser repuestos con material de recambio del que dispone la misma iglesia. El mismo medio también informa que ha sido robada la antigua placa de la plaza que había colocada en uno de los laterales y que los hechos ya han sido denunciados a la Guàrdia Urbana.

Restauración de Santa Llúcia

El vandalismo en la iglesia del Pi contrasta con la restauración de la capilla de Santa Llúcia de la Catedral de Barcelona, que se ha dado por finalizada después de meses de unos trabajos que han permitido, entre otros aspectos, recuperar una pintura oculta en el tímpano. Según ha informado a la Iglesia Archidiocesana de Barcelona también esta semana, la restauración se ha llevado a cabo para revertir el deterioro de las piedras exteriores, que se había acentuado desde el año 2010. La restauración de la cubierta de la capilla el año 2019 marcó el inicio de la intervención. Ahora, los procesos restauradores han detenido el deterioro de la piedra y han permitido limpiar las fisuras del mortero y rellenarlas con mortero de cal y al mismo tiempo, se ha limpiado la suciedad incrustada por la contaminación ambiental y por la polución, con la técnica del enarenado.

Lo que llama más la atención de la restauración de la capilla de Santa Llúcia ha sido que ha permitido recuperar una pintura que hasta ahora estaba oculta bajo una capa de barniz ennegrecida. Se trata de un aceite sobre tela enganchado al muro, obra del pintor Joan Llimona y de principios de siglo XX, que se mantenía medio escondida sin que se pudiera distinguir el contenido y que ahora vuelve a lucir con todos sus colores y esplendor. La restauración ha sido realizada íntegramente por la empresa ECRA, especialista en restauración arqueológica. Las restauradoras Ana Ordóñez y Mariana Kahlo han intervenido la pieza que se ha recuperado en el tímpano de la puerta de la capilla.