Elisenda Alamany (Sabadell, 1983), concejal y portavoz adjunta del grupo municipal de Esquerra Republicana de Catalunya en el Ayuntamiento de Barcelona, afronta la segunda parte del actual mandato con el reto de llegar a las elecciones de mayo del 2023 con suficiente empuje como para que su partido "gane las elecciones de manera más amplia" que en 2019, cuando a pesar de la victoria de Ernest Maragall, Manuel Valls hizo posible la investidura de Ada Colau, lo cual significó "entregar las llaves de la ciudad al liderazgo del partido socialista", que ha comportado que ahora Barcelona sea "una ciudad sin rumbo y sin proyecto".

La concejal, que está preparada para "asumir las responsabilidades que toquen cuando toquen", en referencia a un eventual encabezamiento de la lista electoral, considera que el actual mandato "está prácticamente perdido" y asegura que ahora es el momento de "dibujar y poner las bases de la Barcelona del futuro" afrontando los retos del momento, como los problemas de incivismo, macrobotellones y suciedad.

Foto: Sergi Alcàzar

Estamos a un poco más de la mitad de mandato. ¿Qué valoración rápida puede hacer de la situación de Barcelona?

Para nosotros es la oportunidad perdida. Ha sido un mandato perdido prácticamente. La operación de Valls entregó las llaves de la ciudad al liderazgo del partido socialista y esto es lo que tenemos: una ciudad sin rumbo, sin proyecto, con unos problemas relacionados con la seguridad, con la limpieza, pero también de falta de proyecto. Vemos a dos socios con proyectos diferentes: los comunes con muy buenas intenciones pero pocos resultados y por el otro lado el liderazgo del partido socialista que tira millas y nos ofrece un modelo de ciudad que ya conocemos y es el de la dependencia del Estado y del mercado. Para nosotros el balance de estos dos años es el de un mandato perdido donde el ayuntamiento no ha liderado las transformaciones que ya se están dando en la ciudad.

 

La operación de Valls entregó las llaves de la ciudad al liderazgo del partido socialista y eso es lo que tenemos: una ciudad sin rumbo, sin proyecto

¿Cuál son los retos que debería asumir Barcelona para enderezar el rumbo?

Los hay grandes y los hay más focalizados. Existe un eje de transformación en todo el Besòs que concentra ahora mismo las grandes vulnerabilidades de todo el Área Metropolitana y estamos concentrados en este trabajo de transformación urbana y también económica de todo el eje Besòs, los cambios residenciales -un 30% de los barceloneses y barcelonesas dicen que si pudieran se marcharían de Barcelona-, y también de movilidad. Hace falta que las instituciones vayan juntas para ofrecer una red de Rodalies que esté a la altura de la capital de Catalunya y al servicio del país.

¿Y cuál es la propuesta de ERC para esto?

Dibujar y poner las bases de la Barcelona del futuro. Estamos en un contexto generalizado de cambios, pasando por el urbanismo, la manera de consumir, la manera de trabajar y ahora es el momento de poner las bases de la Barcelona del futuro. El gobierno municipal tiene la agenda política estancada y sin ideas nuevas y nosotros nos queremos focalizar en el eje del Besòs, la recuperación de Ciutat Vella y proteger el estilo de vida de los barceloneses y barcelonesas y todas estas presiones en barrios con 'dark kitchens' y 'dark stores' necesitan una regulación seria. Las ciudades del siglo XXI reciben presiones constantes y necesitan instituciones que protejan a la ciudadanía.

En Barcelona hay graves problemas de incivismo y de macrobotellones. ¿Considera que se trata de problemas enquistados y, si es así, como se solucionan?

Hay un enquistamiento porque durante dos años la agenda de preocupaciones de demandas y de necesidades de la ciudadanía no ha encajado con la respuestas que se dan desde el ayuntamiento y por lo tanto hay temas que necesitan respuesta como estos, los de los disturbios y macrobotellones, pero creo que son respuestas diferentes, la primera a una generación de gente joven que no tiene un ocio nocturno que no pase por el alcohol y por estas macro reuniones que vienen también de la pandemia, de la sensación de incontención y de poder salir con libertad y autonomía, la segunda es el problema de delincuencia y la tercera una falta de anticipación y de gestión por parte del gobierno municipal. Estos tres problemas que se juntan necesitan respuestas diferentes, el primero, una juventud con un 40% de paro juvenil, falta de ocio nocturno alternativo, hay equipamientos en la ciudad vacíos durante la noche que podrían autogestionarse por la gente joven que pueden dar otro modelo de ocio nocturno y aquí lo que vemos en este ámbito como en cualquier otro es que tenemos una institución a la defensiva y reactiva, pero no propositiva, emprendedora, capaz de diseñar alternativas y por lo tanto el tema del incivismo muchas veces bebe de la delincuencia y otros de una incapacidad o generación frustrada que expresa su rabia de esta manera pero para estas dos situaciones hacen falta respuestas diferentes y lo que pedimos es actitud emprendedora, propositiva y anticipadora del ayuntamiento de Barcelona

¿Abrir el ocio nocturno es la solución para volver a la situación prepandemia?

El modelo de ocio que actualmente tiene nuestra gente joven seguirá siendo el mismo aunque ahora se dé en espacios cerrados, creo que la reflexión que tenemos que hacer las instituciones sigue estando en la agenda. Hace falta un modelo de ocio nocturno diferente. Existen las discotecas que tienen un público con un poder adquisitivo que puede adquirir alcohol a unos precios que nuestra gente joven seguramente no tiene acceso a este tipo de ocio y seguirá reuniéndose masivamente, por lo tanto lo que hace falta afrontar es qué modelo de ocio queremos para la gente joven de hoy, pero no sólo su modelo de ocio, sino ¿qué modelo laboral queremos para esta gente joven, es el modelo turístico de Barcelona también un modelo laboral sostenible con sueldos dignos para nuestra gente joven? Creo que tenemos que ir más allá del tema de la seguridad.

Una cosa preocupante en este gobierno municipal es la política de las excusas

Foto: Sergi Alcàzar

En el pleno extraordinario forzado por ERC y JxCat para tratar la problemática de los botellones, el resto de partidos los culparon a ustedes de la situación, porque forman parte del Govern catalán. ¿La Generalitat se equivoca en alguna cosa?

Una cosa preocupante en este gobierno municipal es la política de las excusas. Hemos pasado por parte del gobierno de los comunes a decir que todo era cuestión de voluntad política a decir que ahora todo es culpa del Govern catalán y pienso que este gobierno municipal tiene una gran responsabilidad sobre aquello que puede hacer y no puede hacer sobre Barcelona y el estancamiento y el enquistamiento de temas aquí se ve porque hay un liderazgo del partido socialista que tira millas con un modelo de ciudad y que esta mecido por los partidos que ayudaron a salvar la reprobación de Colau. Aquí vemos unas mayorías que son las que se dieron en la investidura para cerrar el paso a un alcalde independentista como era Ernest Maragall y que han marcado y marcarán el futuro de esta ciudad. Tiene consecuencias haber entregado las llaves de esta ciudad al PSC y es que no cogeremos los grandes retos que tiene de antemano la capital de Catalunya porque el modelo del partido socialista sigue siendo entregar la ciudad a la dependencia del Estado y también al mercado y este no es nuestro modelo.

La única salvación será que ERC tenga una posición muy fuerte en el 2023

¿Si, como dice, el PSC y Jaume Collboni son los que tienen las llaves de la ciudad, en qué papel quedan Barcelona en Comú y Ada Colau? ¿Tienen ahora un papel secundario?

Es que la única opción que la Barcelona del futuro no pase por un modelo viejo y caduco, la única salvación será que ERC tenga una posición muy fuerte en 2023. Lo que hemos visto aquí es una convivencia entre dos socios, con los comunes con muy buenas intenciones pero pocos resultados, pero los grandes debates, las grandes áreas, las cuestiones estratégicas de esta ciudad las decide el partido socialista, y Manuel Valls sabía perfectamente que con su operación acabaría confirmando el liderazgo del partido socialista sobre Barcelona. Nosotros tenemos muy claro que en 2023 los comunes serán decisivos para decidir sólo si gobierna al partido socialista o gobierna ERC, y es lo que hemos visto estos últimos dos años y lo que seguiremos viendo en los años que vendrán.

 

Antes de hablar del horizonte 2023, fijémonos en lo que pasa ahora en Barcelona. ¿Qué problema hay con la suciedad y como se soluciona?

Barcelona vive hoy a muchas velocidades. Yo soy concejal adscrita del distrito de Sant Martí y la impresión que da es que en los barrios de Barcelona que quedan más allá del Eixample hay un abandono y una desidia considerable y eso tiene traducción en la limpieza pero también tiene consecuencias en el estilo de vida de los barceloneses y barcelonesas más allá del Eixample y por eso decimos siempre que Barcelona tendría que mirar al norte y, por lo tanto, al Besòs. ¿Cómo se soluciona? con más recursos pero sobre todo con más proximidad, no puede ser que sean los vecinos y vecinas los que alerten que hay unos distritos y barrios dejados de la mano del gobierno municipal, nosotros presionamos con los vecinos y vecinas sin los cuales no habría sido posible conseguir más recursos para la limpieza de esta ciudad. Ahora bien, una cosa es que el gobierno haya aceptado que eso está pasando en Barcelona y otra si eso tendrá resultado, porque los trabajadores de Parcs i Jardins siguen siendo los mismos. Ya me dirán como quieren solucionar los problemas de limpieza si no se incrementa el personal que trabaja a pie de calle, y eso ahora mismo no esta pasando. La pregunta es como se solucionará el problema de la limpieza de Barcelona si no se ponen más recursos. Sólo diciéndolo de palabra las cosas no desaparecen, pero lo que a nosotros nos preocupa es realmente la desidia que hay en muchos barrios de Barcelona, y podemos hablar del Besòs y el Maresme, que es uno de los que yo tengo la responsabilidad y que ya le puedo decir que la sensación de descontento hacia este gobierno es más que notable.

 

¿Y de este plan que ha presentado el Ayuntamiento, con una inversión extra de 70 millones para destinarlos a limpieza, qué piensa?

Nos alegramos de que finalmente el gobierno asuma la problemática y abandone las excusas. Desde el verano que, con la ayuda de los vecinos y vecinas, veníamos reclamando mejoras. Si nuestro trabajo ha servido para que hoy Barcelona tenga más recursos para mejorar la limpieza y el bienestar de la gente, ya era eso. Estaremos atentos a que estos recursos económicos también tengan una traducción en más recursos humanos. Si no, será difícil que se vea ningún impacto.

Elisenda Alamany en su despacho en el Ayuntamiento de Barcelona / Foto: Sergi Alcàzar

El ayuntamiento ha retrocedido respecto a la recogida de residuos Porta a porta en Sant Andreu, ¿qué valoración hacen?

Nosotros tenemos claro que Barcelona tiene que estar en la liga de las grandes ciudades europeas en la agenda verde. Y por eso es tan importante impulsar políticas punteras como saberlas ejecutar para que haya resultados. Es exactamente lo que no ha sabido hacer el gobierno municipal. Una aplicación nefasta y una oportunidad perdida para demostrar que la agenda verde es más que un discurso. Ahora mismo lo han convertido en un estorbo. En Sant Andreu y en Horta, donde finalmente se han detenido los proyectos. Una mala ejecución que también ha hecho evidentes las diferencias entre dos socios de gobierno a la hora de dibujar un modelo de ciudad de futuro.

Hablemos ahora del horizonte de los próximos años. ¿Ustedes son el socio preferente del gobierno municipal?

Somos el socio preferente de la ciudad, somos la primera fuerza. Somos la fuerza que ganó las elecciones en Barcelona y pienso que la misión principal de la política es ser útil y pienso que hemos sido útiles en la ciudad. En medio de una pandemia pactamos el presupuesto más expansivo que ha tenido esta ciudad, pero somos profundamente críticos con la ejecución y el modelo que nos deja también nuestra contribución y evidentemente que el modelo de ciudad a donde nos quiere llevar al partido socialista no es el nuestro y por lo tanto no iremos allí donde nos quieren llevar con este modelo por qué ofrece preguntas para una ciudad que ya no existe y por lo tanto con nosotros, para construir eso, pues evidentemente que no estaremos ahí.

¿Cuando llegue el momento de aprobar los presupuestos, cuál será la posición de ERC?

Estamos en un proceso de reflexión sobre en que ha contribuido a cambiar la ciudad nuestra aportación estos dos años y el balance es crítico. A pesar de nuestra generosidad y a pesar de nuestra contribución en medio de una pandemia y con unos retos brutales, creemos que nos teníamos que arremangar y así lo hicimos, ahora el resultado es que siguen cerrando lugares emblemáticos en esta ciudad, que no ha habido una aplicación de la taxa a los gigantes del comercio electrónico, que hoy en vivienda seguimos teniendo precios de alquiler previos a la entrada de este gobierno y que las perspectivas de futuro de la ciudadanía siguen más o menos igual y por lo tanto, eso merece una reflexión, el distanciamiento con el gobierno sobre todo después del verano con los problemas de limpieza, de inseguridad, pero también de rumbo a grandes rasgos hace que nuestra posición con respecto al presupuesto sea bastante diferente a la de los últimos años y por lo tanto, con más distanciamiento.

Podemos adelantar que no encaramos los presupuestos en la misma situación que los anteriores

Foto: Sergi Alcàzar

¿Eso quiere decir que no los votarán o que no han tomado ninguna decisión?

Estamos en un proceso de reflexión, pero ya podemos adelantar que no los encaramos en la misma situación que los anteriores, porque después de dos años hay un modelo de ciudad que se confirma con un liderazgo claro del partido socialista en áreas estratégicas que hipotecarán nuestra ciudad en el futuro y nosotros que veniamos a poner las bases de otra Barcelona no vemos que nuestra aportación ahora mismo tenga que ser la misma que la de hace dos años.

¿Es una reserva de voto?

Eso quiere decir que hay un distanciamiento y yo añadiría una decepción, y eso me sabe mal, pero creo que con este liderazgo del partido socialista la ciudad está incomoda, pero el votante de los comunes, también. Y al final también está la sensación que aquí hemos perdido dos años. La sensación de que ha habido una oportunidad perdida, si ERC hubiera gobernado esta ciudad las cosas hoy serían mucho diferentes. Y como nosotros queremos liderar esta ciudad a partir del 2023 pienso que es importante que nos aseguremos que nuestra política a partir de ahora conecte con las inquietudes y preocupaciones de la ciudadanía y este gobierno no lo está haciendo, y por lo tanto, que las demandas, las inquietudes y las preocupaciones de la ciudadanía estén tan desconectadas de lo que el gobierno propone hoy en día.

¿Como ve la capacidad de resistencia de Colau y Collboni en estos dos años con toda la presión social y vecinal que hay actualmente?

Hay una actitud muy sana en política que es preguntarse porque pasan cosas, ¿porqué hay un descontento generalizado en Barcelona?, ¿porqué hay este desencanto o decepción?, y uno mira el estado de opinión y sale a la calle y trabaja con entidades y se que las inquietudes y las preocupaciones de la ciudadanía, que son el paro, la reactivación económica, la seguridad, vivir en una ciudad de la que te sientas orgulloso no conecta con las respuestas que se han dado desde el gobierno. Este gobierno en medio de una pandemia levantó una bandera que era la del urbanismo táctico, con que nosotros evidentemente que estamos de acuerdo que debe haber políticas de espacio público que pongan en el centro la ciudadanía, ¿pero este es el gran proyecto estratégico? ¿El único proyecto estratégico que tiene este gobierno es pacificar un chaflán? Es este el proyecto estratégico para Barcelona y esta desconexión entre las inquietudes y las preocupaciones de la ciudadanía con la agenda de gobierno que hay ahora mismo es lo que causa este descontento. Necesitemos políticos y políticas que pongan la oreja, que entiendan a la gente, se dirijan a la gente con actitud dialogante abierta y que ofrezcan respuestas. A mí la sensación que me hace es que muchas veces se han colocado en una esquina de la izquierda a hacer propuestas que están muy bien en el ámbito de las ideas pero que aterrizan poco en lo que necesita una capital como Barcelona y este es también el reto para el 2023 para todas las fuerzas políticas que se presenten a las elecciones, un proyecto de liderazgo para Barcelona.

 

¿Con respecto a ERC, quien liderará este proyecto en el 2023?

Todavía quedan dos años, lo más importante es que ERC confirme la victoria de manera más amplia de lo que lo hizo hace dos años y que se presente como una fuerza, que, cómo decía, sea referente institucional de las grandes transformaciones que ya están pasando en la ciudad, que salga a conquistar la ciudad, a escuchar los referentes que existen en sectores emergentes y que plantee una propuesta de futuro para Barcelona. Quien lo lidere tendrá que representar eso. Ernest Maragall ya ha manifestado su predisposición y yo estaré dispuesta a asumir la responsabilidad que toque cuando toque.

No contemplo ninguna otro opción que no sea que ERC gane las elecciones de manera más amplia

¿En caso de que no se repitiera la victoria de ERC pero la aritmética hiciera posible una investidura con el apoyo de JxCat, estarían a favor de hacer esta suma?

JxCat hoy tiene cinco concejales... no contemplo ninguna otra opción que no sea que ERC gane las elecciones de manera más amplia y, como decía, los comunes serán decisivos para dar el gobierno al partido socialista o a ERC. Y eso es lo que estará en juego en 2023.

Foto: Sergi Alcàzar

 

Imagen principal: Elisenda Alamany, concejal y portavoz adjunta del grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona / Sergi Alcàzar