El emblemático espacio natural de Sant Miquel del Fai, situado en los Cingles de Bertí, en el municipio de Bigues i Riells (Vallès Oriental), volverá a abrir puertas este sábado, 5 de octubre, una vez se han llevado a cabo las obras necesarias para sanear el riscal que quedó estropeado a causa de un desprendimiento que tuvo lugar el pasado 9 de mayo y que obligó a cerrar puertas de un espacio que reabrió la primavera del 2023 después de siete años de obras de acondicionamiento de todo el entorno y que, además, sufrió cierres puntuales a causa del alto riesgo de incendio durante el verano del año pasado.
La Diputación de Barcelona, propietaria del recinto desde 2017, ha anunciado que este fin de semana el recinto reabrirá después de que hayan acabado las obras de consolidación de taludes encargadas por vía de urgencia a raíz de las lluvias del 9 de marzo que provocaron un desprendimiento de un metro cúbico de piedras del riscal situado entre el Salt del Rossinyol y el Salt del Tenes. Como ya se estableció en la apertura del año pasado, el paraje de Sant Miquel del Fai abrirá los fines de semana y festivos con entrada gratuita previa reserva en la web.
Durante este 2024 la Diputación de Barcelona ha invertido un total de 370.346,61 euros en los taludes, tanto en el mantenimiento ordinario como en las obras de emergencia. También ha invertido 14.687,49 euros por tareas de mantenimiento de los equipos de agua, saneamiento del recinto y la reparación de las barandillas. Así, desde el 2022 la inversión en obras (estudios, consolidación de taludes, mantenimiento y servicios) asciende a unos 430.000 euros. El diputado de Espacios Naturales, Xesco Gomar, ha explicado que "con esta actuación hemos asegurado los taludes y hemos llevado a cabo unos trabajos que seguirán durando los próximos meses para poder tener toda la información de que está pasando diariamente y saber si se tiene que volver a efectuar alguna otra actuación". En este sentido, Gomar ha insistido en que "lo más importante es la seguridad de las personas y, si en cualquier momento eso está en riesgo, la decisión será firme y hará falta el cierre".
Un espacio emblemático y un icono catalanista
Sant Miquel del Fai es un paraje natural situado en los Cingles de Bertí, célebre por ser lugar de excursiones dominicales de generaciones de catalanes durante la segunda mitad del siglo XX, que disfrutaban de su arquitectura, de sus saltos de agua y sus impresionantes acantilados en un entorno que contaba con iglesia y restaurante donde se oficiaban bodas. La popularidad del lugar fue tan importante que incluso un adhesivo con forma de pergamino y con la leyenda 'Mil anys d'història, una llegenda de Catalunya' se llegó a convertir en un icono del catalanismo enganchado en los coches como años más tarde lo fue el adhesivo del burro catalán. El espacio era de propiedad privada hasta que en 2017 fue adquirido por la Diputación de Barcelona.