Los puestos de los antiguos pajareros de la Rambla y, de rebote, la denominación popular de Rambla dels Ocells para el tramo superior de este paseo de Barcelona, también conocido como en Rambla de Canaletes, han pasado ya a la historia una vez ha empezado, este lunes, el derribo de las once casetas, que fueron finalmente cerradas entre agosto y septiembre después de un largo litigio entre el Ayuntamiento de Barcelona, que no prevé su reubicación en el plan de reforma de la Rambla, y los paradistas, que querían conservar los lugares de venta o ser trasladados a otro espacio, cosa que tampoco han conseguido.
Este lunes por la mañana ya se han podido ver a operarios trabajando en el desmontaje, un trabajo que como el resto de la transformación del paseo está coordinada por BIMSA. Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, el derribo de las paradas se alargará unas dos semanas y la previsión es que haya acabado el 26 de febrero. Las tareas se llevarán a cabo con equipos manuales y maquinaria de tamaño pequeño, y se trabajará en varias casetas simultáneamente, según la programación prevista, de dos en dos, hasta haber retirado las once existentes. Los trabajos de desmontaje se han iniciado con el vaciado de los quioscos y la retirada de elementos añadidos como embellecedores y persianas.
Posteriormente, se retirarán los elementos que conforman la estructura de los cubículos –la cubierta y los laterales– y una vez desguazados los quioscos, los técnicos eliminarán la base que los sostenía y repararán el pavimento del paseo a la espera del cual se inicie la urbanización del tronco central de la Rambla, que en todo caso, no llegará hasta que hayan acabado las obras en los laterales, ya bien entrado el año 2026. En todo caso, la acción iniciada este miércoles supone el desmantelamiento definitivo de las antiguas paradas de pajareros, después de que el Ayuntamiento de Barcelona recuperara la titularidad con autorización judicial y consiguiera el cierre en dos intervenciones: la primera, el 21 de agosto, cuando se recuperó la titularidad de seis de estos establecimientos, y la segunda, el 16 de septiembre, cuando personal del Instituto Municipal de Mercados de Barcelona (IMMB) recuperó las llaves de los cinco puestos restantes. Desde entonces, todas las paradas estaban cerradas y ahora se procede a su retirada.
Sin venta de animales desde 2009
Los antiguos pajareros dejaron de vender animales en 2009 y se reconvirtieron, entonces, en puestos de helados, dulces, entradas, recuerdos, etcétera, pero el Plan Especial de Ordenación de la Rambla, aprobado definitivamente en el 2016, ya no contemplaba su continuidad y, el 14 de junio de 2021 se notificó a sus titulares la extinción de las concesiones que se concedieron el año 1971 para un periodo de 50 años. El colectivo de paradistas inició varios procesos judiciales contra esta decisión e incluso presentaron una ILP en el Parlament, que fue rechazada, pero todas las resoluciones han acabado por dar la razón a los planteamientos del Ayuntamiento defendiendo la desaparición de estos establecimientos en respuesta al interés general. La intervención para retirar estas paradas se suma a la que ya se hizo, durante el mes de octubre, para retirar siete paradas de floristas que estaban en desuso por renuncia de los titulares o por amortizaciones acordadas en los últimos años. Los otros ocho puestos de flores continúan en funcionamiento como un activo importante de la Rambla y del Mercado de la Boqueria y provisionalmente se trasladarán a la plaza de Catalunya cuando se empiece a intervenir en el paseo central en este sector.