Esta madrugada ha empezado el despliegue de la nueva contrata de limpieza de Barcelona, que supone la renovación tanto del parque móvil como de los contenedores, con el comienzo de cambio de contenedores en cinco distritos: Ciutat Vella, Sant Martí, Sant Andreu, Gràcia y el Eixample. Se prevé que el despliegue será progresivo y seguirá durante buena parte de este año. En esta primera fase se implementará en los primeros cinco distritos mencionados con la incorporación del nuevo personal y todos los vehículos y servicios. A partir del mes de septiembre la implementación se hará en el resto de la ciudad, en los distritos de Sants-Montjuïc, les Corts, Sarrià – Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Nou Barris.
La adaptación del servicio a este nuevo contrato de limpieza se hará desde diferentes ejes: nueva maquinaria adaptada a las características de cada zona como por ejemplo barredoras más pequeñas para los carriles bici, carros eléctricos autopropulsados para que los operarios y operarias se puedan desplazar más fácilmente a los barrios con pendiente, vehículos más pequeños para llegar a las calles estrechas de los diferentes cascos antiguos o vehículos pensados específicamente para desplazarse por la zona litoral. El nuevo material fue presentado a la ciudadanía el fin de semana del 19 y 20 de febrero en una muestra que tuvo lugar en el paseo de Lluís Companys.
Se garantiza flexibilidad y rapidez
Para paliar uno de los principales problemas de la ciudad, la persistente suciedad, el desarrollo de la nueva contrata incluye la introducción de equipos polivalentes que garantizan flexibilidad y rapidez de actuación ante situaciones sobrevenidas y en la resolución de las incidencias y que pueden barrer, recoger residuos o limpiar con agua según cada necesidad. Además, también habrá más servicios con baldeo (limpieza con agua, que es la que da una mejor calidad de limpieza en las calles) y en más zonas, con un uso más eficiente de agua freática, y se incrementarán los servicios de limpieza de manchas en los pavimentos con maquinaria específica que actuará en las calles y plazas con mayor concentración de usos y de personas.
Con respecto a los cambios en el modelo de contenedor se ha previsto un diseño más flexible y adaptado a las necesidades y a los cambios que vive la ciudad. En primer lugar, serán contenedores más bajos para mejorar la visibilidad de los peatones y, por lo tanto, una ganancia en seguridad. También tendrán diferentes medidas para adaptarse a las necesidades de cada territorio y, por último, tendrán bocas calibradas en el residuo que se tira. Además, los contenedores de orgánica estarán preparados para introducir sistemas de identificación de usuarios y otros mecanismos asociados a la apertura y cierre de las tapas para acompañar el proceso de cambio hacia sistemas individualizados de recogida en Barcelona.