Este martes, 7 de junio, han empezado las obras de transformación de la calle de Pi i Margall, en los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó de Barcelona, con el objetivo de reconvertir la vía en un eje verde que conecte la plaza de Alfons X y el parque de las Aigües con la plaza de Joanic y el paseo de Sant Joan de acuerdo con el Modelo Superilla que el gobierno municipal está aplicando en varios puntos de la ciudad. Según ha informado el ayuntamiento, los trabajos tienen una duración prevista de 17 meses, es decir, tendría que estar terminado el mes de octubre del 2023.
Entre el 7 y el 20 de junio se llevarán a cabo los trabajos previos que consistirán en actuaciones de demolición de aceras, retirada de arbolado y otras tareas necesarias previas a la implantación de las obras. Estos trabajos iniciales se harán ocupante puntualmente tramos de los carriles de servicios o de los carriles de circulación existentes, según conveniencia de la obra. En todo momento se dejará habilitado un carril de circulación por sentido y siempre estarán disponibles los itinerarios de peatones. Además, durante este periodo no habrá afectación en las paradas de bus, que se mantendrán operativas.
A partir del 20 de junio empezarán los trabajos de la primera fase de obras. Estos se harán en el lado Besòs, en el tramo comprendido entre la calle Alegre de Dalt y la Ronda Guinardó; y el lado Llobregat, entre la plaza Joanic (incluida) y la calle Alegre de Dalt. Esta fase durará hasta el mes de diciembre del 2022. Durante este periodo entre la calle Alegre de Dalt y la Ronda Guinardó se ocupará la calzada lado Besòs, dejando un carril de circulación por sentido. Mientras duren estas obras no se anulará ningún paso de peatones y se desplazará una parada de autobús a una ubicación próxima.
En el tramo comprendido entre la plaza Joanic y la calle Alegre de Dalt, se ocupará tanto la plaza Joanic como el lado Llobregat de la calle, manteniendo un carril de circulación en sentido descendente por el lado Besòs. La circulación del sentido ascendente se desviará por las calles Escorial y Sant Lluís. Las obras en este tramo comportarán la afectación de dos paradas de bus que quedarán anuladas y se reubicarán a la calle Escorial. También se anulará el paso de peatones de la calle Joaquim Ruyra. En esta fase las afectaciones en las calles transversales serán mínimas, siempre permitiendo la circulación de vehículos y peatones y con desvíos sencillos.
Segunda fase a partir de diciembre
La segunda fase de obras irá del mes de diciembre de 2022 al mes de mayo del 2023. Durante este periodo se trabajará en los lados de calle opuestos a los tramos realizados. En todo momento se garantizará un carril por sentido, excepto en el tramo comprendido entre la calle Sant Lluís y la plaza Joanic. En este ámbito se habilitará el paso de vehículos en sentido descendente por el trazado definitivo y el sentido ascendente seguirá desviado por la calle Escorial y Sant Lluís. La tercera fase de las obras tendrá lugar el mes de mayo del 2023 y finalizará el mes de octubre del mismo año. En este periodo se completarán los tramos de urbanización que resten pendientes.
Actualmente, 20 de los 30 metros del ancho de la calle son de calzada. La nueva sección cambiará del todo esta situación: se pasará de destinar dos terceras partes de la calle en los vehículos a que el 70% de todo el espacio sea para los peatones y el verde. Se combinarán zonas de verde con otros de estancia, y las aceras serán como mínimo de 5 m pero se ampliarán en determinados puntos hasta los 12 m y crearán espacios con vegetación y zonas de estancia de diferentes dimensiones. Pi i Margall se convertirá en una avenida con el tránsito rodado pacificado que apuesta por la movilidad sostenible, la bicicleta y el vecindario.
Asimismo, se reducirá el ancho de calzada priorizando la circulación de vehículos locales, bicicletas y autobuses. De subida habrá un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado, y de bajada, un carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas. La velocidad estará limitada a los 30 km/h. La transformación incluye un carril de servicios en las dos aceras que queda integrado entre parterres y permite situar zonas de carga y descarga, contenedores, aparcamientos de bici y el resto de servicios de manera repartida a lo largo de toda la vía. Las paradas de bus se reubicarán y se mantendrán todas.
A lo largo de toda la calle –que hace unos 690 metros de longitud y 25.000 m² de superficie–, el verde y la sombra crecerán significativamente y habrá una mejor relación con el suelo y la naturaleza. Para conseguirlo, se plantarán 142 árboles más para llegar a 210, que serán de más de veinte especies diferentes y se colocarán según las zonas de sol y sombra. Y la superficie de parterres y zonas arbustivas casi se multiplicará por diez: pasará de los 370 m² actuales a 3.270. Al mismo tiempo, se crearán cuatro nuevas plazas que ocuparán en conjunto más de 2.800 m². Se situarán en el ámbito de la plaza de Joanic; en el del cruce con las calles de Sant Lluís i de Alegre de Dalt; en el de las calles de la Encarnació y de Pau Alsina, y en el de las calles de Sardenya y de la Providència.
En estas plazas y también a lo largo de toda la calle se colocarán 42 bancos y 121 sillas. Y para mejorar la transversalidad y la comunicación entre barrios, se aumentará de 8 a 14 el número de pasos de peatones. El proyecto cuenta con un presupuesto de 13,6 millones de euros. Según el consistorio, la transformación se ha trabajado con el vecindario, comerciantes y entidades del ámbito a través de un proceso participativo. Esta actuación se enmarca dentro del impulso de que el gobierno municipal ha dado en el Plan Naturaleza 2030, un Plan que promueve el incremento y la conservación del verde y de la biodiversidad al servicio de la ciudadanía.