Han pasado dieciséis meses desde que el 11 de octubre del 2020, justo el día antes de la Fiesta de la Hispanidad, el monumento a la Sardana de Montjuïc apareció mutilado, con las manos de los ocho bailadores amputadas y la mayoría desaparecidas. Ha pasado, pues, un año y cuatro meses y quejas continuadas de los colectivos sardanistas así como de los amantes del patrimonio, que incluso llegaron a organizar actos de desagravio para que finalmente el Ayuntamiento de Barcelona se haya puesto las pilas y haya empezado, esta misma semana, los trabajos de reparación 'in situ' en la misma zona del monumento, en la plaza de la Sardana, justo al lado del Mirador de l'Alcalde.
Según ha comunicado este martes el consistorio, esta misma semana se han iniciado las tareas para fijar e integrar los elementos reparados y las réplicas de piedra fabricadas a taller las últimas semanas a fin de que el conjunto, que fue vandalizado, recupere su aspecto original. La reparación tendrá un coste de 28.500 euros y se prevé que la intervención acabe a lo largo del próximo mes de marzo, con la intención de que la escultura vuelva a lucir en su aspecto original. Previamente, se han hecho las tareas en taller –a cargo del escultor Abel Vallhonesta- para reparar los dos conjuntos de brazos y manos originales que se pudieron recuperar, y para reproducir los otros seis conjuntos que faltaban.
A partir de la información extraída de una investigación documental y fotográfica, se han elaborado modelos de barro, moldes y modelos de yeso para hacer réplicas de piedra que se han empezado a colocar en el mismo monumento esta semana. Estos días, pues, se están haciendo los trabajos de fijación o integración de todos los elementos. También se repararán las fisuras y se reintegrarán pequeños elementos de la escultura con materiales adecuados, y si procede se llevará a cabo una limpieza superficial del conjunto para uniformar su aspecto. Los trabajos son asumidos por la contrata de mantenimiento de monumentos que tiene la Dirección de Servicios de Arquitectura Urbana y Patrimonio.
Un monumento con más de medio siglo de historia
La Sardana es obra del escultor Josep Cañas, con la colaboración de Carles Amadon. La obra cuenta con ocho bailadores con las manos entrelazadas, y fue realizada el año 1965, con la inscripción "La sardana es la dança més bella". Se inauguró el 19 de marzo de 1966, y el 25 de abril de 2009 se le añadió una nueva placa con la inscripción "Barcelona a la colla sardanista Violetes del Bosc". Teniendo en cuenta su temática y factura artística, La sardana forma parte del itinerario "Història de l'escultura catalana a Barcelona" escrito por el Dr. Xavier Barral, profesor catedrático de la Universidad de Rennes, y también de "Presència musical i teatral a Barcelona", obra del arquitecto y musicólogo Xavier Fabré.
Además, según se recoge en la ficha de Arte Público del Ayuntamiento de Barcelona, los periodistas Jaume Fabre y Josep Maria Huertas relatan: "El mismo día que el alcalde Porcioles inauguraba su mirador, el "Mirador del Alcalde", inauguró el Parque de Atracciones de Montjuïc, con tres monumentos, uno de ellos en la entrada, La Sardana, obra de Josep Cañas, que utilizó piedra de Ulldecona para esculpir a sus hieráticos danzantes. Cañas era también el autor de la escultura de Carmen Amaya, inaugurada el mismo día. La otra figura era la del gimnasta Joaquim Blume, realizada por Nicolau Ortiz. La Sardana ya no sirve de pórtico a un Parque de Atracciones que hubo desde 1966 en 1998. En 1984, el autor tuvo que llevar a término trabajos de restauración, a causa del mal estado en que se encontraba. En agosto del 2002 desapareció una de las figuras, que fue repuesta el noviembre siguiente".
Y el escritor a Albert Manent hace el comentario siguiente: "Josep Cañas era un escultor de varios registros. Los indígenas mexicanos son figuras de fuerte personalidad al lado de los cuales podemos encontrar esta curiosa sardana, con ocho figuras, rodeada de un circulo de plantas ufanas. La obra, de 1966, es un típico encargo del alcalde Josep Maria de Porcioles, a quien complacía mucho exteriorizar el folclore como muestra de un supuesto catalanismo. La obra de los ocho bailadores está situada en la plaza de la Sardana, subiendo al castillo de Montjuïc, en pleno parque y cerca del mirador del alcalde".