La Rambla es el paseo icónico de Barcelona, allí donde la ciudad nunca duerme y donde siempre hay gente sea la hora que sea. Un paseo popular y popularizado que en el pecado ha encontrado la penitencia, porque estar en el meollo implica también estar en el ojo del huracán, ser siempre el foco de atención y, al mismo tiempo, funcionar como un termómetro de la ciudad. Eso lo tiene claro Fermín Villar (Barcelona, 1970), hijo de tenderos de la Rambla y presidente desde 2016 de Amics de la Rambla, una entidad nacida en 1960 que reúne a vecinos, comercios, entidades y grandes empresas vinculadas a la Rambla y que tiene un papel protagonista en todos los cambios que se suceden en este vial tan definitorio de la ciudad.

En el contexto de la reforma de la Rambla, que a pesar de la aceleración de la reurbanización, todavía tiene por delante tres años de obras, Villar insiste en la necesidad "de arreglar" el paseo, porque "la Rambla avanza lo que pasará en Barcelona; somos laboratorio, termómetro y válvula de escape". A pocos días para la entrega de los galardones Ramblistes d'Honor, que este año premian, entre otros, a la Fundació Arrels y al Mago Pop, Villar responde a las preguntas de ElNacional.cat sobre la situación actual y los retos de futuro de la 'calle Mayor' de Barcelona, recordando que "cuando Barcelona no era turística, la Rambla ya lo era".

¿Qué es Amics de la Rambla, quién forma parte y qué objetivos persigue?
Amics de la Rambla nació en 1960 y ya desde un principio nace como asociación de vecinos y comerciantes y ahora mismo estamos en la sede social de la entidad, que es un local propio. Y nos gusta remarcarlo porque vivimos gracias a las cuotas de los asociados, que son vecinos y vecinas, comercios, entidades y empresas grandes. También está la figura de la persona asociada, porque siempre hemos dicho que la Rambla no pertenece solo a la gente de la Rambla. Defendemos que, resumiéndolo mucho, lo que hagamos y pase en la Rambla tiene que ser bueno para el vecindario y para el comercio a la vez, siempre que tanto el vecindario y el comercio entiendan que están en la Rambla, porque lo que decimos es que la Rambla tiene que ser digna, tiene que estar arreglada, tú tienes que poder dormir, pero es la Rambla. No podemos convertir la Rambla en una Rambla de Catalunya, un paseo de Gràcia, porque sería contradictorio con el ADN de la Rambla. A cambio también le decimos a los comercios, tú estás en un lugar donde también vive gente. El ejemplo es un restaurante que tenga el local en los bajos de un edificio vecinal y tiene una salida de humos. Tiene que cumplir las normativas municipales de sonido, de aislamientos acústicos, aislamiento de fuego y no tiene que molestar. Y eso lo tiene que entender. Pero el vecindario que vive en aquella escalera tiene que entender que vive en una zona comercial y que si el restaurante cumple, no se puede poner en contra. Y eso es muy de Rambla, este equilibrio con el cual la inmensa mayoría de gente de la Rambla vive y acepta.

 

¿Qué actividades promueve la entidad?
Hacemos el Tast a la Rambla, la Vila del Llibre, la Festa del Roser... Y siempre, siempre, lo hacemos pensando en la gente de Barcelona. Si el turismo se lo encuentra y lo valora, bienvenido, es el turismo que queremos. Pero no lo hacemos pensando en los 'guiris', porque los turistas llegan. Cuando Barcelona no era turística, la Rambla ya era turística, hace ciento cincuenta años ya había hoteles en la Rambla. Nuestro trabajo es, sin renunciar a lo que tiene que ser la Rambla, intentar arreglarla. Si la ciudad lo entiende, la Rambla nos da una ventaja a la gente de Barcelona. Avanza mucho lo que pasará en la ciudad. Somos un laboratorio, somos un termómetro. A menudo somos una válvula de escape. Cuando en 2014 Amics de la Rambla consiguió la primera limitación de licencias de hoteles y restaurantes nuevos, siendo una asociación también de comerciantes, nos decían que estábamos locos y ahora se ha demostrado que es normal en toda la ciudad, que hacía falta. Insistimos en que queremos actividad económica, que queremos turismo, pero decimos que el turismo de calidad no es el turismo que gasta, es el turismo que respeta y respetar no quiere decir ir solo a museos y nada más. No, es pasear, es tomar alguna cosa, es visitar algún sitio, pero no gritar por la calle, no comprar productos de la venta ilegal nocturna. Porque una despedida de soltero te gasta mucho más que una familia de menú, pero te destroza la convivencia.

 

¿Qué piensa Amics de la Rambla de la reforma del paseo y del hecho que, aunque se acorten los plazos, todavía estamos hablando de tres años más de obras?
Lo que queremos es que todo aquello que pasa en superficie esté en sitios que permitan el paseo. Entonces se propone lo que se está haciendo ya, aceras más anchas, tanto la central como las laterales. Y de paso se sanea un poco el subsuelo y sobre todo se cambia el pavimento porque es un pavimento de los años 60. Las baldosas son de los 60 y solo había un fabricante de baldosas que pudiera proporcionarlas. Se rompen, se resquebrajan mucho, entonces era inviable conservarlas.

Fermín Villar es el presidente de Amics de la Rambla / Foto: Carlos Baglietto

¿Desde el punto de vista patrimonial no valía la pena conservar el pavimento de olas?
Para mí sí, porque soy de una generación que ha nacido con estas y me sabe muy mal, pero hay gente de antes que te dice que no. La canción del Gegant del Pi, donde dice 'el gegant del pi balla pel camí i el gegant de la ciutat balla pel terrat' es porque cuando se urbanizó la Rambla por primera vez en el siglo XIX, se subió el tramo central y se pusieron baldosas. Y la gente de Barcelona, que somos mucho de hacer cachondeo de nuestra ciudad, decían que parecía un terrado.

El proyecto de reforma de la Rambla nos gusta, pero vamos muy tarde"

¿Y qué pensáis de las limitaciones al tráfico previstas?
No se puede hacer la Rambla sin vehículos porque el Raval quedaría asfixiado, pero sí que pedimos una pacificación máxima. El proyecto de reforma de la Rambla nos gusta, pero vamos muy tarde. La modificación que se anunció es muy ambiciosa. Entendemos que para el gobierno municipal es un caramelito hacerlo en este mandato. Pero es un caramelito que costará desenvolver y masticar, pero se tiene que hacer. Habrá imprevistos. Se nos modifica una cosa que en principio nos cuesta hacernos la idea, sin embargo, se tiene que hacer por lo que dicen, que es un solo carril de subida de circulación, que es lo que más nos preocupa, aparte de las cargas y descargas que eso se solucionará, es la gente que utilizaba el bus, no por gusto, sino para ir al Hospital del Mar de bajada, que es el hospital del barrio, tanto del Gòtic como el Raval.

 

Más allá del cambio de piel, de pavimento, incluso de regulación de la movilidad, ¿como tiene que ser la Rambla del futuro?
La Rambla será lo que la humanidad quiera que sea en el sentido que decimos que a veces la Rambla es una especie de Narciso mirándose en la laguna. Hay gente a quien no le gusta la Rambla porque no le gusta lo que ve reflejado. La Rambla, lo he dicho antes, es un laboratorio, es una muestra de tensiones sociales. Avanza lo que será el resto de la ciudad. Nos ha pasado, como hemos dicho, con las limitaciones de licencias, pero nos pasa con la pérdida de control de espacio público. Fuimos de los primeros a alertar del problema de las cannábicas a nivel de gran ciudad. Los clubs cannábicos privados, que lo hacen bien, allá ellos. Pero la Federación de Asociaciones Cannábicas de Barcelona nos dice que no hay ningún club cannábico de los que eran legales de Ciutat Vella que sean de la federación, porque no respetan las mismas praxis. ¿Y qué hacen? Tienen captadores en la calle, cogen a chavales, a menudo menores de edad, los hacen socios al momento. Y allí donde había una tienda mejorable de gafas de sol, te ponen productos derivados del cannabis. ¿Es problema del comerciante o es problema de quien ha permitido que eso se expanda? Entonces tenemos que recuperar el espacio público y regularlo no es ser represivo, es, como siempre hemos dicho, preventivo y hacer actuaciones urbanas, comerciales, culturales. Pero también tener el valor de reclamar modificaciones legales. Y cuando se habla de modificaciones legales, todo el mundo dice 'ley de multirreincidencia', que estamos de acuerdo que se tiene que mejorar, pero también citamos la ley que ha permitido que los menores que estaban en situación irregular puedan regularizar y encontrar trabajo porque así la gente que los utiliza para robar ya no tiene una bolsa de mano de obra.

Fuimos de los primeros a alertar del problema de las cannábicas a nivel de gran ciudad"

Pero eso no se arregla cambiando el pavimento de la Rambla.
No, pero es una buena excusa, es un buen motivo. Por ejemplo, las paradas de flores. Para nosotros es la actividad tradicional fundamental, es un trozo de la Rambla solo, pero es la actividad que mantiene más su origen. Cuando llegue la obra y se tengan que mover las paradas de flores o tirarlas, se las tendrá que renovar. Se hicieron hace 30 años y no se les ha hecho nada. Nada. Dependen del Instituto de Mercados, igual que la Boqueria, no se las tiene en cuenta para nada. Es el Mercado de la Flor de Catalunya inicial. Es la actividad histórica más antigua de la Rambla, junto con el mercado, pero que mantiene más la esencia y no se les ayuda y se les llevan a que vayan vendiendo semillas, venden unos imanes con cactus y las dos paradas que solo venden flores y plantas cien por cien no pueden vender tierra porque la normativa de hace sesenta y tres años, cuando la tierra se vendía por pilas y se dijo que las floristas de la Rambla no podían vender tierra y no se ha modificado. Quiero decir, nos quejamos de que se pierde, pero cuando vas a hablar de estas cosas te dicen que es inevitable. Pues nos rebelamos. No lo aceptamos.

Fermín Villar sobre el mosaico de Miró en el Pla de l'Os, en medio de la Rambla / Foto: Carlos Baglietto

 

Pero en todo caso, las paradas de floristas están garantizadas, en ningún momento se ha dicho que tengan que desaparecer.
No, pero a las que están cerradas no se les busca alternativa. Nosotros hemos hecho durante dos años, junto con el Gremi y con la Fundació Impulsem la Rambla, formación de floristas en los puestos cerrados. Lo tenemos que hacer nosotros, y encantados cuando nos toca, pero tendría que ser el Ayuntamiento, que tiene otros programas similares en otros distritos, quién lo pensara en clave de convertirlo en un argumento para decirle a la gente de Barcelona que venga. Hacer talleres por personas mayores, para escuelas..

No estamos de acuerdo con su modelo comercial, pero los antiguos pajareros no han hecho nada que el Ayuntamiento no les permita"

¿Y los pajareros? ¿Qué posicionamiento tiene Amics de la Rambla sobre el conflicto entre paradistas y Ayuntamiento?
Es un conflicto entre dos partes. Nosotros no tenemos nada que hacer. Lo que sí que dijimos desde un inicio es que ellos entraron en la Boqueria y después salieron porque la normativa del momento no permitía animales vivos con animales muertos. Cuando en 2009 se aprueba la ley de bienestar animal que no les permite venderlos en la calle, nosotros dijimos, ahora pueden volver a la Boqueria, para hacer lo que han hecho en la Rambla podrían hacerlo la Boqueria. El mismo Ayuntamiento que en 2010 les permitió hacer lo que hacen, en 2016 decidió que no pueden hacerlo en la Rambla. A partir de aquí se tiene que aclarar el Ayuntamiento con sus concesionados. Nosotros no podemos entrar, ellos se marcharon de la asociación. Se entiende que quisieran marcharse porque no se encuentran representados, con lo cual no podemos hablar por ellos. Lo que sí que sabe mal es la mala gestión que se ha hecho por parte del Ayuntamiento, porque, insisto, no estamos de acuerdo con su modelo comercial, pero los antiguos pajareros no han hecho nada que el Ayuntamiento no les permita. Ellos han falseado mucho con su recogida de firmas, diciendo que querían sacar a las floristas. Nos critican y nos difaman diciendo que allí queremos terrazas cuando una de nuestras alegaciones es que si salen los pajareros se pongan bancos para sentarse gratuitamente. A partir de aquí es un tema entre el Ayuntamiento y sus concesionados.

¿Qué problema tiene la Rambla con los barceloneses? ¿O qué problema tienen los barceloneses con la Rambla? ¿Ya no vamos a la Rambla? ¿Los jóvenes todavía menos?
Los que tenemos más de treinta años, todos tenemos un recuerdo de la Rambla, mejor o peor. La Rambla, por una parte es que la misma movilización social del turismo que recibimos significa que la gente de Barcelona también se marcha fuera. Hace cuarenta años el ocio se hacía aquí y ahora la gente tiene más posibilidades de marcharse. Ahora, así como hay gente joven que todavía va al Raval porque le tira y encuentra ofertas de todo tipo, sobre todo de precio, en la Rambla cuesta. Cuando a la gente de Barcelona le das argumentos para venir a la Rambla, como en nuestra Festa del Roser, que es muy modesta, pero hacemos visitas gratuitas, rutas culturales gratuitas, viene. El Tast a la Rambla es todo un éxito. La gente de Barcelona quiere venir a la Rambla si lo vale. Todo aquello que le dé un motivo para venir a la gente de Barcelona, funcionará. Cuesta mucho, porque cuando le dices a los comercios, a restaurantes que piensen en la gente de Barcelona, si un turista empuja el otro y le puedes poner un litro de cerveza y ni tienes que poner una mediana o una caña, es difícil porque poca gente joven de Barcelona, por no decir ninguno, se sentará a beber una cerveza de 10 o 12 euros. Entonces se tendría que hacer un trabajo muy difícil entre todos, entre todos los actores. Y aquí está donde volvemos a pedir la capacidad de incidencia del Ayuntamiento. A nuestros asociados de puertas adentro de un local privado poco le podemos decir, pero todo aquello que pasa con concesión municipal tendríamos que tener la capacidad de decir, yo te doy un espacio público, la ciudadanía te cede un espacio para que en tu retorno económico hacia ti también haya un retorno hacia la ciudadanía, que es quien te da este espacio, y eso no se está produciendo.

¿Eso pediría un cambio del Plan de usos de la Rambla?
No solo de plan de usos, sino de más normativas. Hay mucha cosa que se tiene que hacer en clave Rambla. Nosotros entendemos que hay barrios donde es comprensible que un local pequeño tenga una terraza grande porque hay espacio, porque en el local pequeño no cabe la gente, pero no en la Rambla. Nosotros no aceptamos que haya terrazas mayores que los locales interiores, porque entonces se está mercantilizando el espacio público. Sabemos de casos que se alquilan las terrazas y tú no negocias el local, negocias la terraza, pero para pasar por la terraza tienes que pasar por el local y eso es un valor de la administración.

En la plaza Reial nos dicen que es peor cuando cierran las terrazas porque vienen los lateros, la gente se sienta en el suelo y no hay ningún camarero que les diga que bajen la voz"

¿Hay que frenar la masificación turística en la Rambla?
Hagámoslo a la inversa, ¿como se frena?

¿Cerrando terrazas?
Te vendrá la gente igualmente, en la plaza Reial nos dicen que es peor cuando cierran las terrazas porque vienen los lateros, la gente se sienta en el suelo y no hay ningún camarero que les diga que bajen la voz. Mientras haya un turista que se mueva, habrá un turista paseando por la Rambla a nivel global. ¿Qué tenemos que hacer? Insisto, hay lugares que generan una atracción que quizás tenemos que darle alternativa. Los estudios que hizo el Ayuntamiento en 2012-2013 nos enseñaban que la gente que bajaba a la Rambla, al llegar a Santa Mònica, se encuentra un páramo y el 60 por ciento de la gente vuelve Rambla arriba. Por eso nosotros insistimos en arreglar el paseo de Santa Madrona y conectar dignamente con el Paral·lel con seguridad de paseo y luz para que la gente pise el Paral·lel. Que se puedan marchar por el paseo Colom, que está trinchado, y en el paseo Colom y las calles de Mercè y Ample hay cosas bonitas y la gente le cuesta ir porque no lo sabe. Ahora se ha anunciado el bus náutico, que ya lo pidió Amics de la Rambla hace años. Todo eso nos ayudará a que la gente baje por la Rambla y se esparza. La masificación turística no se solucionará subiendo los precios. Es un error y es una barbaridad conceptual, porque lo que hará será convertir en elitista un destino que no lo es y negarlo a la gente. Obama, en su libro de memorias, la única referencia que hace al Estado español es salir al Raval paseando hacia la Rambla y venía de mochilero. Si lo haces elitista, un mochilero como Obama no habría venido a Barcelona.

Fermín Villar reclama que el Ayuntamiento garantice la pervivencia de las floristas de la Rambla / Foto: Carlos Baglietto

Para acabar, la próxima semana entregais los premios Ramblistes d'Honor. ¿Qué son estos premios, por qué son importantes y quienes son los galardonados?
Es un premio civil con un jurado que reconoce tareas de promoción y defensa en clave Rambla y en clave Barcelona. Este año los galardones en clave Rambla son para dos miembros de la Junta Directiva que llevan 40 años colaborando gratuitamente, Enric Nogueras y Josep Maria Bilurbina. Y en clave general de Barcelona, el Mago Pop y la Fundació Arrels. La Fundació Arrels para que seamos conscientes de que al lado de nuestro éxito global hay gente que lo pasa mal. Y el Mago Pop, porque aparte del éxito indudable a nivel global, él ha creído en el Paral·lel. Que un artista joven invierta en un teatro del Paral·lel es también decirnos, ¿veis cómo se pueden hacer otras cosas?