Ernest Maragall i Mira (Barcelona, 1943) acumula doce años como concejal del Ayuntamiento de Barcelona. En una primera etapa, de 1995 a 2003 y encuadrado en las filas del PSC, formó parte de los equipos de gobierno de su hermano, el alcalde Pasqual Maragall, y posteriormente de Joan Clos. Experiencia de gobierno municipal no le falta, pues. En las municipales del 2019 se presentó como alcaldable por ERC y se erigió en ganador de las elecciones, pero no llegó a coger la vara de alcalde por culpa de una votación de investidura que le otorgó la mayoría a la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau, con los votos del PSC y tres de la coalición Barcelona pel Canvi-Ciudadanos.

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Después de ejercer estos últimos cuatro años como presidente del Grupo Municipal de ERC y jefe de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall repite como candidato republicano a las elecciones municipales 2023 convencido de que podrá repetir la victoria y alcanzar, esta vez sí, la alcaldía, aunque las últimas encuestas no le son favorables. Es por eso que se ha propuesto que Barcelona "recupere su autoestima y su orgullo" y marca diferencias con los candidatos Xavier Trias y Ada Colau, a los cuales reprocha intentar "vender un juego obsoleto: el de 2011 contra 2015 o viceversa". Ante este intento de polarización, Maragall se muestra seguro de sus posibilidades como futuro alcalde de Barcelona.

Señor Maragall, la semana pasada aparecieron carteles donde se hacía mención de la enfermedad de su hermano Pasqual y usted ya ha presentado denuncia por estos hechos. ¿Se trata de un tema complicado para usted?
No es que sea complicado, es un tema muy claro y muy desgraciado, tan inaceptable como incomprensible. Me cuesta imaginar quién ha tomado la decisión, quien lo ha encargado, diseñado, pagado y organizado, y eso me inquieta especialmente por lo que supone como ofensa directa a los centenares de miles de personas que sufren esta enfermedad por todo el mundo. ¿Qué se han creído? ¿Cómo pueden utilizar el concepto y la imagen de mi hermano para tratar de desacreditar políticamente a un candidato?

Entrevista Ernest Maragall / Foto: Pau de la Calle
Ernest Maragall pide al resto de candidatos 'fair play' y centrar la campaña en el debate y la confrontación de ideas / Foto: Pau de la Calle

¿Habría que llegar a algún tipo de acuerdo de 'fair play' para evitar situaciones como esta?
Yo creía que ya existía 'de facto'. En nuestro país al menos podemos aspirar a recuperar o enderezar esta cuestión del debate político y confrontación de proyectos. Lo he dicho a menudo, yo me propongo recuperar la dignidad de la acción política y eso quiere decir respetar también a los adversarios, el resto de grupos, fuerzas y personas, y quiere decir admitir la crítica y contrastar posiciones y argumentar con toda la intensidad que la cuestión requiera. Con base a esta terrible circunstancia me atrevo a pedir a todos los candidatos el compromiso en este terreno a no utilizar el populismo y no vender duros a cuatro pesetas.

Estamos en una precampaña muy larga, usted hace dos meses que dejó de ser diputado, en otros partidos ha habido baile de candidatos e incluso un cabeza de lista, Jaume Collboni, ha renunciado a su gestión en el gobierno municipal...
...con un afán inútil para distinguirse y renegar de su responsabilidad.

Por todo ello, ¿por qué son tan importantes estas elecciones?
Porque llevamos un periodo largo de ocho años en una dirección que ha generado una evidencia crítica para la mayoría de la ciudadanía que pide y expresa necesidad de cambio. Tenemos un panorama muy exigente en términos de definición de alternativas para nuestra ciudad y también lo es en términos de definición del rol de Barcelona. ¿En qué queremos ser referencia? ¿Qué queremos liderar? ¿Cómo queremos ejercer la capitalidad de Catalunya? 

Tenemos que hacer que la ciudad recupere su autoestima y su orgullo, tenemos que recuperar la calidad de la relación entre el Ayuntamiento y la ciudadanía"

¿Desde esta perspectiva, cuáles serán los grandes ejes de su campaña electoral?
Tenemos que hacer que la ciudad recupere su autoestima y su orgullo, tenemos que recuperar la calidad de la relación entre el Ayuntamiento y la ciudadanía y lo tenemos que hacer desde la credibilidad y la solvencia del compromiso público con la estrategia que proponemos. Tendremos que hablar de economía, de recuperación de las desigualdades que están creciendo, porque en estos últimos ocho años y con un gobierno supuestamente progresista hemos ido atrás socialmente. Y después el otro gran eje es como creamos ciudad, como la recuperamos, y como afrontamos la cuestión de la vivienda, que pide una actitud y un compromiso y una claridad de instrumentos y objetivos que se tienen que explicar.

 

Ahora usted ha criticado los últimos dos mandatos, pero ERC a menudo ha sido socio prioritario del gobierno municipal.
No es cierto, en absoluto. Socio es el señor Collboni, creo que hay una diferencia. Hemos tomado decisiones siempre en interés de la ciudad, no admito que se me considere socio, se me tiene que considerar responsable de servir el interés general de Barcelona. En virtud de lo que había sobre la mesa o de lo que nosotros hemos puesto sobre la mesa, hemos formulado propuestas, modificado o enriquecido, como por ejemplo los presupuestos de esta ciudad. Nosotros hemos trabajado en el Congreso de los Diputados para modificar la regulación que ha permitido que el Ayuntamiento de Barcelona pase de un presupuesto de 2700 millones de euros hace cuatro años a uno de 3500 ahora.

Conozco perfectamente la distancia que me separa de la propuesta de Colau y también la distinción efectiva del modelo de ciudad y económico con Trias o Collboni"

En 2019 ganó las elecciones, no pudo ser alcalde porque hubo un acuerdo que facilitó una mayoría diferente y hasta hace pocos meses las encuestas lo daban como principal favorito, pero últimamente ya no. ¿Hay un cambio de tendencia, se cree las encuestas?
Creo que el mapa social y político de Barcelona es más interesante y complejo porque refleja la diversidad y la potencia de las posibles alternativas de esta ciudad y nosotros nos expresaremos con tanta osadía y ambición como seamos capaces precisamente para hacer visible la distinción. Conozco perfectamente la distancia que me separa de la propuesta de la señora Colau, cada vez más amplia y crítica, y conozco también la distinción efectiva del modelo de ciudad y económico con el señor Trias o el señor Collboni de una manera muy explícita y espero que la campaña sirva por eso, para expresar esta distinción.

Ahora que menciona a los candidatos Ada Colau y Xavier Trias, los dos juegan el comodín de polarizar la campaña entre uno y otro. ¿Qué papel puede jugar el candidato de ERC en este juego?
Es que nos intentan vender un juego obsoleto: el de 2011 contra 2015 o viceversa. Intentan vender la contradicción entre dos modelos conocidos y experimentados y en alguna medida fracasados o gastados, de manera que estoy convencido de que en el marco de esta campaña quedará claro que el juego no es este sino que la pregunta que se responderán los ciudadanos será, ¿y ahora qué? Como orientamos y afrontamos los retos, qué quiere decir cambio climático en nuestra ciudad, qué quiere decir defender la lengua catalana y de eso tenemos argumentos y propuestas para poner sobre la mesa con eficacia y potencia.

 

Hablemos pues de los principales problemas según la ciudadanía, inseguridad y suciedad, ¿como se resuelven estos problemas?
Se resuelven con un gobierno que atienda seriamente estas funciones básicas de seguridad, limpieza, mantenimiento del espacio público y movilidad. Son las cuestiones que tendríamos que dar por descontadas en una ciudad como la nuestra, una ciudad autoexigente en términos de calidad y de dignidad en el espacio público como es Barcelona. Es una cuestión de recursos pero también de calidad de la gestión. ¿Cómo es posible que la partida más importante, que es la de limpieza, tenga los resultados que tiene? Nos podemos acomodar en la presunta responsabilidad de las empresas contratistas pero la función del gobierno es verificar, controlar, inspeccionar y si hace falta enderezar y corregir el rumbo. Y en temas de seguridad pasa un poco lo mismo. La coordinación está mejorando claramente, los Mossos d'Esquadra están haciendo un esfuerzo muy significativo en este sentido, pero es obvio que faltan instrumentos y estos gobiernos últimos, tanto el de Trias como los de Colau y Collboni no han empleado esfuerzo ni imaginación en esta materia. No hablemos de políticas más dirigidas a las causas que a los efectos. La diversidad que nos caracteriza como gran ciudad europea tiene un efecto secundario que después aparece en términos de seguridad. Hay mucho a hacer en el ámbito de acción policial y coordinación, pero también en las políticas de prevención. El conseller Elena siempre dice, con razón, que el orden es de izquierdas y nosotros recuperaremos el orden en este terreno.

El conseller Elena siempre dice, con razón, que el orden es de izquierdas y nosotros recuperaremos el orden"

¿Cómo, con más guardias urbanos?
Con una mejor utilización de los recursos disponibles, un aumento de los recursos efectivos y una efectiva suma de políticas complementarias en todos los ámbitos. La ley de extranjería actual es una fábrica de inseguridad. Barcelona tiene que liderar determinados cambios profundos de acuerdo con el Govern, y también con el gobierno del Estado y el espacio europeo. En Barcelona hemos dejado que se instale la delincuencia organizada y de eso nos damos cuenta a toro pasado. No ha habido ni inteligencia ni prevención suficiente en este sentido.

Otra problemática de la ciudad es el mal estado de salud de la lengua catalana. Tarde y mal llega la campaña del Ayuntamiento 'El teu català suma', ¿hay suficiente?
Es obvio que hace mucho más falta que una campaña, que también. Propongo saber dónde estamos y por qué. Lo digo con toda claridad, el modelo económico de esta ciudad durante los años de gobierno del señor Trias son la causa remota de la situación actual, el punto de inflexión negativo para nuestra lengua, y me parece que eso está suficientemente claro. Un modelo económico de barra libre en el sentido de masificación turística, pisos Airbnb, ciudad 'low cost', ciudad franquicia, entregarnos al mercado y aceptar el dominio de un determinado modelo de consumismo, de un determinado modelo de cultura audiovisual y después seguido por ocho años de un periodo de inhibición o aparente indiferencia con respecto a esta situación. La situación es de emergencia. Barcelona tiene que asumir la responsabilidad que le corresponde en este terreno.

 

¿Y liderar?
Exactamente. Barcelona tiene que pasar de ser la expresión del problema a ser el líder de la solución, y eso lo tenemos que hacer con acciones explícitas, potencia y músculo. Concretaremos medidas en este terreno poniendo al servicio de este objetivo el inmenso capital y patrimonio de equipamientos públicos educativos, culturales y cívicos, con diseño de programas adecuados para cubrir todos los territorios, todos los horarios y todas las modalidades de lo que quiere decir hoy el uso social del catalán y desde el carácter de ciudad abierta, culturalmente universal y que todo el mundo tenga la máxima ambición de venir a instalarse y compartir nuestra cultura y nuestra lengua.

Hay mucho trabajo a hacer para que Barcelona sea abanderada en innovación y al mismo tiempo capaz de resolver el problema de la vivienda"

¿Barcelona es una ciudad en decadencia?
No, en absoluto. Barcelona tiene capacidad para ser abanderada y ya lo es en muchos sentidos. Tiene activos y excelencia, sigue siendo polo de atracción de inversión extranjera y propia, pero se expresa en una sociedad que se va polarizando, por un lado la ciudad creativa y emprendedora y generadora de riqueza y en el otro un inmenso océano de precariedad, desigualdad, sueldos bajos, incapacidad de resolver o afrontar el tema de la vivienda y que expulsa a su gente. Hay mucho trabajo a hacer para que Barcelona sea abanderada en innovación y al mismo tiempo capaz de resolver el problema de la vivienda.

Una de las críticas habituales al actual gobierno municipal tiene que ver con el modelo supermanzana, ¿que piensa de todas estas operaciones urbanísticas?
Es un ejemplo que ilustra que no nos sentimos responsables en absoluto de la mayor parte de las políticas del gobierno actual. Siempre hemos tenido una actitud de prudencia crítica, pero también queriendo conocer a fondo cuáles son las realidades de estas obras. Estamos cada vez más preocupados y convencidos que este no es el modelo que necesita Barcelona y estamos en condiciones de poner sobre la mesa otro modelo de movilidad renovado y actualizado para el Eixample y toda la ciudad, otro modelo que haga de Barcelona una ciudad al mismo tiempo amable y pensada para ser vivida y disfrutada por los barceloneses y para los que vienen y tienen que seguir viniendo. El modelo actual es un modelo empobrecedor que cada vez pone más de relieve las contraindicaciones de su eficacia. Puede crear puntos concretos de una supuesta calidad, que está por acabar de ver en que consistirá, como en el caso de la calle Consell de Cent, pero es obvio que produce efectos secundarios críticos y disgusto real y explícito en el entorno.

Entrevista Ernest Maragall / Foto: Pau de la Calle
Ernest Maragall considera "irresponsable" querer detener reformas urbanísticas que ya están en ejecución / Foto: Pau de la Calle

El final del mandato llegará con muchas obras a medio hacer. ¿Qué hará usted si es alcalde en los casos concretos de la Via Laietana y el tranvía por la Diagonal?
A mí me parece que es una grave irresponsabilidad pensar que una transformación física decidida y ejecutada en un grado u otro simplemente se puede o revertir o parar. En el caso del tranvía, por ejemplo, hay una determinada visión de completar una modalidad de transporte que se ha demostrado útil en las dos ramas existentes y que ahora aspira a ser todavía más útil en el conjunto. Si empezáramos de cero este debate podríamos hablarlo, pero en estos momentos me parece que dar marcha atrás una inversión multimillonaria de recursos públicos sería gastar inútilmente muchos recursos sin poder constatar hasta qué punto estos recursos tenían sentido. En el caso de la Via Laietana pasa lo mismo. Si ahora pusiéramos el contador a cero quizás llegaríamos a conclusiones diferentes, pero ahora eso se tiene que acabar y desde un gobierno responsable veremos si hay algo que corregir, añadir o mejorar.

¿Y con respecto a la movilidad, que piensa de la propuesta de aplicar un peaje urbano para entrar a la ciudad en vehículo privado?
Antes de llegar aquí tenemos que extremar la búsqueda y aplicación de otras soluciones. Una cosa es qué modelo tiene que tener el aparcamiento de la ciudad, que ya en sí mismo es una modalidad de peaje. Y con qué beneficios o ventajas tiene para los vecinos y que características para los que pedimos que vengan. En Barcelona hay 1,1 millones de puestos de trabajo, más de la mitad de los cuales están ocupados por hombres y mujeres que no residen en la ciudad. ¿Les podemos decir que para venir a trabajar lo tienen que hacer desde unas condiciones de agravamiento? Es obvio que si tuviéramos el modelo de Rodalies que tendríamos que tener el debate sería diferente.

 

El gobierno municipal vende como éxito sus actuaciones en materia de vivienda social, aunque en los últimos años hemos visto un aumento disparado del precio de los alquileres. ¿Qué haría usted si fuera alcalde?
Qué haría, no. Qué haré. Lo haremos diferente, mejor y en la escala e intensidad que corresponde. El evidente fracaso de las políticas de los últimos ocho años exigen mayor esfuerzo. Acelerar ritmo e intensidad del esfuerzo público y privado, nos hemos comprometido a tener el ritmo máximo que históricamente hemos tenido, 5000 viviendas al año, y creo que soy prudente porque podríamos ir un poco más allá, pero dejémoslo así. 5.000 cada año, 20.000 en todo el mandato, de los cuales entre 6.000 y 8.000, más bien esta segunda cifra, tendría que ser vivienda protegida. Y eso es perfectamente posible, porque hay suelo disponible y decisiones urbanísticas a tomar, como conseguir la conversión de despachos en viviendas por la vía de facilitar la bajada de despachos a planta baja. Son políticas que están a nuestro alcance.

Haremos una previsión de cien primeras medidas, pero creo que la primera acción es recuperar el clima de complicidad con la ciudad"

¿Cuál sería su primera acción como alcalde?
Haremos una previsión de cien primeras medidas, pero creo que la primera acción es recuperar el clima de complicidad con la ciudad, se tiene que poder entender que el Ayuntamiento es algo con el cual relacionarse en positivo, que no quiere decir música celestial todo el día, quiere decir claridad, compromiso, solvencia, responsabilidad y cumplimiento. Nos hace falta liderazgo de alcalde explícito en términos de ambición, objetivo y horizontes y capacidad de compartir con sectores económicos, culturales y sociales.

Entrevista Ernest Maragall / Foto: Pau de la Calle
Ernest Maragall acumula doce años como concejal del Ayuntamiento de Barcelona, ocho de ellos como parte del gobierno municipal / Foto: Pau de la Calle

Una acción concreta vía decreto de alcaldía podría ser levantar la suspensión de las relaciones con Tel Aviv.
Yo le diré otra, empezar a hablar seriamente del principio de la acera para los peatones y eso quiere decir tomar medidas efectivas en este sentido. En el caso del hermanamiento que menciona, estoy convencido de que hay que utilizar la capacidad para obtener frutos positivos de la relación entre ciudades, conscientes de la capacidad y la limitación de recursos que tenemos desde las ciudades. Estos días vemos como en Israel se suceden con una cierta intensidad, cosa que nos alegra, manifestaciones. La sociedad se moviliza en contra de un gobierno intolerante, de extrema derecha y con efectos terribles de vulneración sistemática de los derechos humanos. Todo lo que nosotros estemos en condiciones de hacer como ciudad para obtener resultados y mejorar la situación y combatir la vulneración de derechos humanos lo haremos.

¿Y quiere decir con las aceras para los peatones? ¿Fuera de motos y bicicletas?
Hoy le afirmo el concepto, muy pronto estaremos en condiciones de explicitar la letra pequeña de qué quiere decir eso.

Ya ha anunciado los primeros nombres de su lista electoral. ¿Qué aportarán Elisenda Alamany y Ester Capella a su candidatura?
Déjeme empezar evidenciando el mensaje potente que como organización enviamos situando de 2 y 3 a dos mujeres. Barcelona es ciudad mujer, y así lo hemos querido reflejar también en esta apuesta. Elisenda Alamany es una mujer que arriesga, que reflexiona, que actúa y que hace política en mayúsculas. Ha trabajado con absoluta entrega por Barcelona durante estos cuatro años. Su perfil también representa una generación que con demasiada frecuencia ha sido golpeada por la precariedad y las injusticias, y su compromiso político ayudará a encontrar soluciones en este sentido. Ester Capella, por su parte, es la experiencia acreditada, el aval de la buena gestión y las soluciones efectivas desde la acción política. Es un activo muy potente para que el Ayuntamiento tenga la buena gobernación que la ciudadanía espera y merece. Le avalan medidas tan importantes como la ley de regulación de alquileres o su actuación al frente del departamento de Justícia. Es una suerte para mí, pero sobre todo para Barcelona poder contar con estas dos mujeres al servicio de la ciudad.

Si tiene capacidad de ser alcalde pero necesita pactos, ¿con quien está dispuesto a hacerlo? Y si no está en disposición de ser alcalde, ¿con quien pactaría para formar gobierno?
La única especulación que me permito a mí mismo es la de tratar de formular un proyecto ganador que aspire a obtener el grado de confianza para facilitar también la función imprescindible de formación de un gobierno estable que responda al concepto de gobierno, no lo que tenemos ahora, que es una suma de intereses convertida en reparto de poder. Yo aspiro a definir una alternativa, un proyecto para Barcelona que requiere una fuerza clara al frente, el resto lo dirán los ciudadanos, que nos dibujarán el mapa que tiene que acabar resultando en un gobierno estable y con unas eventuales sumas posibles y suficientes para que este proyecto tenga entidad y estabilidad los cuatro años. Depende de lo que los ciudadanos nos digan con su voto, y en función de eso, construir la mejor síntesis entre las alternativas que hagan posible este proyecto con ERC al frente y yo mismo como alcalde.

Entrevista Ernest Maragall / Foto: Pau de la Calle
Ernest Maragall, candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, en un momento de la entrevista / Foto: Pau de la Calle