La exjefe de filas de Esquerra Republicana en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, ha salido al paso este martes por la mañana de las informaciones que sitúan al aparato de ERC tras el caso de los carteles difamatorios contra él mismo y su hermano Pasqual justo antes de la campaña de las elecciones municipales. En un comunicado difundido a las redes sociales, Ernest Maragall admite que meses después del caso tuvo conocimiento que la autoría correspondía a "personas contratadas desde algún ámbito de responsabilidad interna de Esquerra" y apunta directamente, aunque sin nombrarlo, al jefe de Comunicación, Tolo Moya, como responsable: "Muy pronto quedó claro que el entonces director de Comunicación del partido era la persona que había tenido la responsabilidad desde el punto de vista orgánico".

Asimismo, Maragall apunta que una vez fue conocedor de estas circunstancias tuvo una "mezcla de asombro y malestar profundo, incapaz de entender qué sentido podía tener, qué objetivos perseguía o quién había podido tomar una iniciativa de aquel tipo". Por eso mismo, apunta que "teniendo en cuenta que yo ya había abandonado el ejercicio de cualquier responsabilidad institucional u orgánica" —de hecho, Maragall dejó el acta como concejal del Ayuntamiento de Barcelona en el pleno municipal de diciembre del año pasado— "decidí que lo mejor era pedir el archivo de las actuaciones".

Hace falta tener en cuenta que, según las informaciones publicadas el lunes por el diario 'Ara', tanto el entonces director de la oficina de estrategia y comunicación del presidente Aragonès, Sergi Sabrià, de quien dependía orgánicamente Moya, como el entonces vicesecretario de comunicación de Esquerra, Marc Colomer, habrían sido conocedores de la campaña de los carteles, aunque los dos niegan haber orquestado la campaña contra Maragall. En este sentido, el mismo exlíder barcelonés de ERC apunta que "se ha abierto expediente interno para averiguar todo el sucedido". "Quiero mostrar mi convicción sobre la indudable honestidad del conjunto de la organización republicana y de la inmensa mayoría de sus dirigentes y responsables orgánicos", añade Maragall.

"Entiendo que todo lo anterior no disminuye ni excusa la responsabilidad política de Esquerra en todo el asunto", continúa el comunicado, donde Maragall punta que le consta "la voluntad de la dirección actual por no cerrar en falso la cuestión y tomar las medidas adecuadas para determinar eventuales responsabilidades”. Asimismo, Ernest Maragall expresa los “dos sentimientos que durante todo el día de ayer se fueron alternando en mi cabeza”, el primero de los cuales era “uno de vergüenza y horror por pertenecer, de alguna forma, a un trozo de sociedad capaz de llevar a cabo actuaciones tan indecentes como la que hemos tenido que recibir y combatir”, mientras que el segundo era el “de agradecimiento profundo a tanta gente, de Esquerra y de más allá, que ayer me hizo llegar el su propio sentimiento de vergüenza y horror”. "Es esta gente la que me retorna la confianza en la política entendida como compromiso personal y colectivo en la búsqueda del mejor servicio a la ciudadanía", concluye Maragall.