Si en Barcelona hay una construcción que se eterniza, esta es la de la Sagrada Familia. La iglesia se empezó a construir en 1882 y la previsión es terminarla a mediados de la próxima década. Con todo, esta posible fecha de finalización se refiere a todo lo que se construya dentro del solar que ocupa el templo, sin contar con la escalinata de acceso por la calle Mallorca. En este Barcelona Exprés te explicamos por qué hay polémica en torno a esta escalinata.
Hay que tener en cuenta que, debido a la diferencia de cota entre las calles Provença y Mallorca, la puerta principal de la Sagrada Familia, situada en la fachada de la Glòria, que justo se ha empezado a construir, queda elevada unos metros respecto del nivel del suelo. Para salvar esta distancia, Antoni Gaudí previó un nártex o pórtico que pasaría por encima de la calle Mallorca y que culminaría con una escalinata que sería una entrada monumental.
Ahora bien, basta con mirar al otro lado de la calle Mallorca para ver cuál es el problema: a lo largo de los 143 años que lleva construyéndose el templo, ha crecido todo un barrio a su alrededor y en la acera de enfrente hay edificios de vecinos que ven peligrar sus viviendas.
En este contexto, la polémica está servida: por una parte, la Junta constructora no se cansa de repetir que la escalinata responde a los diseños de Gaudí y, por lo tanto, no renunciarán a ella. Por su parte, los vecinos dudan de la veracidad del proyecto inicial de Gaudí y defienden que la construcción de los edificios fue conforme a la legalidad. Y en medio de ambos, el Ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a encontrar una solución antes de 2027 que respete el derecho a la vivienda de los actuales residentes.
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Por eso, encontrar una solución consensuada no será fácil viendo los puntos de partida de cada parte. Según las maquetas de la Sagrada Familia finalizada, la entrada por la calle Mallorca será a través de una escalinata monumental que se adentra en la actual manzana de casas, con un programa de máximos que implicaría derribar los edificios hasta la calle Aragó, mientras que los vecinos reclaman abandonar del todo el proyecto o, como mucho, hacer la escalinata lo más pequeña posible, con las mínimas expropiaciones indispensables y con reubicación en el mismo barrio. Por todo ello, quizás veremos acabada la Sagrada Familia en un plazo de diez años, pero sin contar la escalinata, ya que verla terminada se puede alargar todavía unos cuantos años más.