En el marco de la reurbanización de la Via Laietana, el Ayuntamiento de Barcelona ha colocado unas placas o baldosas ante la jefatura de la policía española que funcionan como complemento del atril que homenajea a las personas torturadas en el edificio ocupado por el Cuerpo Nacional de Policía y que ha sido vandalizado infinidad de veces a pesar de estar situado en una zona con policías permanentemente desplegados y con muchas cámaras de videovigilancia. Si el atril nunca ha gustado al españolismo, ahora las baldosas, que serán más difíciles de vandalizar, tampoco les han gustado, aunque incluso en su momento, el gobierno español admitió que durante el franquismo y los primeros años de la transición, en la jefatura de la policía española se había practicado la tortura contra los disidentes.
Las baldosas forman un nuevo memorial y conforman las palabras 'Justícia', 'Reparació', 'Memòria' y 'Veritat', y sirven para recordar la nefasta historia de la jefatura, dentro de la reivindicación ciudadana -que no cuenta con el apoyo de Collboni- de convertir el edificio, previo traslado del CNP a otras instalaciones, como el complejo policial de la rambla Guipúscoa, en un memorial que recuerde los estragos del franquismo y la primera transición. Ahora bien, esta actuación reparadora no ha gustado al españolismo barcelonés, que se ha alborotado por la presencia de las baldosas y las ha interpretado como un ataque frontal al CNP, que continúa instalado en la Via Laietana ante la negativa del gobierno español a aceptar el traslado.
Dani Sirera, presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, exclamaba en un tuit este domingo su indignación por la existencia del memorial, apuntando que las baldosas "insultan y cuestionan la tarea de la policía" y aprovechando la celebración del 1 de Octubre para "mostrar mi total apoyo o las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, garantes de la libertad y la democracia", además de "exigir al gobierno municipal la retirada de las placas".
De hecho, el PP ha ido a remolque de Vox -incluso la foto es la misma- en la crítica a este memorial, que días antes también había expresado sus quejas por las placas. En un comunicado fechado el 26 de septiembre, pero difundido el día 30, el partido de ultraderecha mostraba su disconformidad con hacer memoria del pasado de la jefatura asegurando que se trataba de una "cesión al separatismo" por parte del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, para "insultar a la Policía Nacional", y que se había hecho expresamente en vísperas del 1 de Octubre. Por eso, el líder de Vox en el Ayuntamiento, Gonzalo de Oro, pedía "la retirada inmediata de este memorial de la vergüenza, que parece una burla hacia aquellos policías que ayudaron a mantener la orden y la ley ante el intento de golpe de estado de los separatistas".
El posicionamiento de los partidos españolistas con representación en el Ayuntamiento de Barcelona -cabe recordar que en las pasadas elecciones disminuyó su apoyo, pasando de 8 a 6 concejales- se suma a las quejas expresadas también a finales de la semana pasada por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) que también ha interpretado que los lemas en las baldosas del pavimento son contra este cuerpo policial, que atribuyen al independentismo catalán y al Ayuntamiento de Barcelona. En concreto, el SUP denunció en un comunicado que operarios municipales instalaban baldosas en el suelo a pocos metros de la Jefatura Superior de Policía con los lemas 'Justícia', 'Reparació', 'Memòria' y 'Veritat' y concluían que estas palabras eran un "ataque" contra la policía española y exigían a Collboni e, incluso, también a la Delegación del Gobierno en Catalunya, a hacer las "gestiones necesarias" para proceder a la retirada "inmediata" de las placas.