El recinto histórico del Hospital de Sant Pau es conocido principalmente por el complejo modernista de Lluís Domènech i Montaner, construido entre 1902 y 1913, catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco el año 1997 y uno de los espacios más fascinantes arquitectónicamente que se pueden visitar en Barcelona desde el año 2014, después de la desafección como recinto hospitalario y de una larga y cuidadosa restauración. Aunque el envoltorio modernista es el principal atractivo de todo ello, el hecho es que dentro del recinto histórico se esconde una curiosa fachada barroca, un detalle que puede pasar por alto al visitante, pero que también tiene su historia.
La parte superior del recinto histórico está cerrada por los edificios del antiguo convento y las antiguas farmacia y cocinas. Se trata de unas edificaciones levantadas en una segunda fase constructiva, entre 1911 y 1929, a cargo de Pere Domènech Roura, hijo de Domènech i Montaner, y que exteriormente no presentan las coloridas características del resto de edificios del complejo. Se trata, como a mucho, de edificaciones a medio camino entre un modernismo moderado y el novecentismo, mucho más sobrio. Sus muros de ladrillo visto, marronáceo, contrastan con los tonos rojizos y exuberantes de los pabellones de la primera fase. Ahora bien, hace falta llegar hasta el lateral de una de las alas para disfrutar de un inesperado elemento arquitectónico, la fachada barroca anteriormente mencionada.
¿Qué hace una fachada barroca en un recinto modernista? La respuesta se tiene que encontrar en los cambios urbanísticos que Barcelona experimentó en paralelo a la construcción de esta segunda fase del Hospital de Sant Pau. La edificación de los edificios del antiguo convento, farmacia y cocinas coincidieron con la abertura de la Via Laietana y la voluntad de conservar algunos de los edificios que estaban amenazados de desaparecer, que dio pie a una serie de edificios viajeros, que fueron desmontados del emplazamiento inicial y recolocados en otros lugares de la ciudad, un ejemplo suficientemente conocido es el de la Casa Padellàs, sede del MUHBA en la plaza del Rei.
Una iglesia demolida dos veces
En el caso que nos ocupa, se trata de la fachada de la iglesia de Santa Marta, que estaba originalmente situada en las calles de la Riera de Sant Joan y la Avellana de Barcelona, las dos desaparecidas por la apertura de la Via Laietana. Su ubicación estaría donde hay el edificio que hace esquina entre la Via Laietana y la avenida Catedral en el chaflán mar-Llobregat, en la plaza Antoni Maura. La iglesia, de nave única, fue construida a mediados de siglo XVIII, ya en época barroca, precisamente para acoger una parroquia muy anterior, del siglo XIV, que estaba situada en la Ribera y que fue demolida para construir la Ciutadella por parte de las fuerzas de ocupación borbónicas una vez acabada la guerra de Sucesión. Tres siglos después, la nueva iglesia de Santa Marta seguiría la misma suerte, y también fue demolida.




Con todo, el Ayuntamiento de Barcelona decidió preservar su fachada y en 1911 en lugar de demolerla como el resto del edificio, se desmontó piedra a piedra y se le encontró una nueva ubicación en el Hospital de Sant Pau, que en aquel momento tenía en construcción el complejo del convento, cocina y farmacia. Es por eso que, finalmente, la fachada barroca fue a parar a este recinto sanitario y hoy en día se puede ver en el lateral del edificio de las antiguas cocinas, una ubicación que ha permitido su preservación, pero que no hace que quede ciertamente oculta a su observación.
Nuevo instituto de Formación Profesional
Precisamente, el edificio de las antiguas cocinas del Hospital de Sant Pau es el espacio donde está previsto situar un nuevo centro de formación Profesional, el futuro Institut d'FP Sanitària Sant Pau. Este nuevo instituto, que fue presentado la semana pasada, empezará a funcionar el próximo curso, 25/26, pero en una ubicación provisional fuera del recinto, y se instalará en la ubicación definitiva una vez acaben las obras de rehabilitación, que empezarán en 2026. La previsión actual, que dependerá de la evolución de las obras, es que el traslado definitivo se haga de cara al curso 28/29. Actualmente, el espacio se utilizaba como almacén y no había sido rehabilitado en profundidad, al contrario que la mayoría de instalaciones del recinto histórico.