Bien está lo que bien acaba, dice una conocida expresión que llega ahora como anillo al dedo para explicar el final de una historia cuyo inicio que se remonta a julio de 1936 y que concluye este 2024, casi noventa años después, y que tiene como protagonista a un deportista galés que en el momento del estallido de la Guerra Civil se encontraba en Barcelona y que salvó de las llamas un icono religioso, el Jesusito de Santa Maria del Pi, una imagen del Niño Jesús que este lunes ha retornado a la iglesia de donde era originario una vez la familia lo ha querido restituir.

Este capítulo final del largo viaje del Jesusito del Pi se empezó a escribir en mayo de este mismo año, cuando, según recoge la web de la parroquia, se recibió un correo de la señora Maralyn Westbury, desde Gales, "en el cual nos explicaba una historia extraordinaria protagonizada por su padre, Philip Arthur Dee". El hombre murió en el 2001, pero en 1936 vivió una experiencia en Barcelona que lo convierte en protagonista de todo ello. Deportista amateur, Dee formó parte de la delegación británica que tenía que participar en la Olimpiada Popular, los juegos que se tenían que hacer en Barcelona en respuesta a los Juegos Olímpicos de Berlín, acaparados por la propaganda nazi, y que fueron suspendidos a raíz del golpe de estado fascista del 18 de julio de 1936.

Lo que vieron los sorprendió: la iglesia todavía estaba quemando y las imágenes y objetos religiosos fueron tirados en la calle, dañados por el fuego y la destrucción"

La misma hija de Dee explicaba que entre sus pertenencias encontraron la imagen del Niño Jesús, afectada por las llamas hasta el punto que los ojos aparecen fundidos por el calor, en lo que parecen unas lágrimas por aquellos hechos. Según la familiar, Dee se alojaba en un hotel próximo a Santa Maria del Pi cuando la basílica fue incendiada, un hecho que se reprodujo en toda Catalunya los primeros días de la Guerra Civil, y a pesar de la orden de quedar confinados en el hotel, Dee y otros deportistas se acercaron al templo: "Lo que vieron los sorprendió: la iglesia todavía estaba quemando y las imágenes y objetos religiosos fueron tirados en la calle, dañados por el fuego y la destrucción," continúa la narración de Westbury.

Dee salva la imagen del Jesusito

"Philip -continúa la hija- vio una imagen de Jesús en la cruz en el suelo y estropeada, y también la pequeña imagen del Niño Jesús con los ojos fundidos a causa del fuego, que hacía parecer que las lágrimas corrían por el rostro. Sintió que tenía que salvarlo de cualquier daño más y darlo a alguien para que lo guardara. Quería asegurarse que fuera a parar a personas adecuadas que no lo destruirían. Antes de que pudiera encontrar a la gente adecuada, el equipo británico fue repatriado a toda prisa, marchándose de Barcelona en barco hacia Francia y después hacia el Reino Unido. Estos detalles se encontraron después de su muerte en una caja con la imagen del Niño Jesús."

La figura del Niño Jesús de Santa Maria del Pi quedó estropeada por las llamas hasta el punto que en la cara se le reflejan unas manchas que pueden parecer lágrimas, por efecto del calor / Foto: Alejandro García .- Efe

La familia tomó la decisión de devolver la figura, una intención que desde la basílica fue rápidamente aceptada: "Naturalmente, nosotros desde el Pi quedamos muy sorprendidos y agradecidos por la historia que nos llegaba y aceptamos, como no podía ser de otra manera, el ofrecimiento de Maralyn," añadiendo que aunque la figura en sí "no tiene mucho valor material", ya que se trata de una "de tantas imágenes de vestir que eran habituales en nuestra casa", si que tiene un "valor simbólico inmenso", comparable con la Cruz de llaves de Coventry o la Virgen de Nagasaki, conocida también como la Virgen Quemada, "por su espíritu de reconciliación de un tiempo y unos hechos todavía bastante dolorosos".

Este lunes, la basílica del Pi ha recuperado la imagen, conservada durante 88 años en el domicilio de Dee en Gales. Su hija, Maralyn Westbury, impulsora de la restitución, ha sido la encargada de devolver la figura como "símbolo de reconciliación y de paz", según recopige la agencia Efe citando al conservador Jordi Sacasas, que ha añadido que el Jesusito ha quedado depositado en la capilla de la Virgen de la Cinta "hasta que se le encuentre un lugar definitivo".