El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, mantiene una relación complicada con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En la reunión que mantuvieron en octubre, las dos partes acordaron valorarla de "muy positiva", pero al mismo tiempo desde la patronal se incidió al mostrar su desacuerdo con las medidas estrella del actual gobierno municipal, como el urbanismo táctico, las supermanzanas, la ampliación del Prat, el puerta a puerta o la falta de proyecto cultural. Este martes, y en el marco de una mesa redonda, Sánchez Llibre ha ido más allá y ha acusado a Colau de "amenaza" para la reindustrialización a causa de su política "populista".
En la mesa redonda 'La necesaria industrialización', organizada por Tribuna Barcelona, Sánchez Llibre ha considerado que Colau es una de las amenazas para la reindustrialización en Catalunya, porque "actúa como si Barcelona y Catalunya fuera su finca particular", con una gestión que "va en contra de la reindustrialización del país", según recoge la agencia Efe. "Hay que luchar contra las políticas del decrecimiento económico que ponen formaciones populistas como la de la señora Colau. Está en contra de la política industrial y de la automovilística, de los coches en nuestra ciudad, y no quiere el aeropuerto ni los hoteles", ha afirmado.
Peligro de "deslocalizaciones"
El presidente de Foment también ha criticado la presión fiscal del Govern, y ha advertido que puede llevar a "deslocalizaciones" en el sector químico y farmacéutico y ha hecho un llamamiento a los empresarios y a la sociedad civil "a combatir con todos nuestros medios" esta "política del decrecimiento". Además, ha asegurado que la política fiscal y medioambiental de la Generalitat, que considera contraria al 'business friendly', supone también un freno a la reindustrialización de Catalunya. Por eso, ha lamentado que Catalunya cuente con "19 impuestos complementarios" que gravan la actividad de las empresas mientras que la media de las otras autonomías es de 2,8, al mismo tiempo que ha criticado en concreto el impuesto sobre el C02 de los automóviles y la intención del Govern de cerrar las incineradoras de residuos industriales y familiares en dos años.
En la mesa redonda ha participado también el presidente de honor de Pimec, Josep González, que ha alertado del retroceso del peso industrial de la economía catalana iniciado ya hace años a causa, a su juicio, de las deslocalizaciones del pasado, la globalización, la competencia tecnológica y la crisis del 2008. Además, ha indicado que existe un problema de tamaño de las empresas catalanas que las hace menos competitivas.