El último resquicio abierto para la posible aprobación de los presupuestos de Barcelona que el alcalde, Jaume Collboni, llevará este viernes al plenario municipal de marzo, se ha cerrado abruptamente, de manera que los comunes votarán en contra de las cuentas, que no serán aprobadas y dejarán a Collboni con una única salida posible, proponer una cuestión de confianza. Después de una reunión mantenida este mismo jueves, Barcelona en Comú ha asegurado que mantenía el voto negativo, "dado que el PSC no ha hecho ninguna propuesta para un acuerdo de mandato", según ha señalado la formación de Ada Colau a través de un comunicado.
La decisión llega después de que el PSC haya convocado una última reunión "en la cual no ha habido ninguna novedad en relación a las demandas de los comunes durante estos 10 meses: ni se han hecho propuestas relativas a un pacto de mandato ni se ha hablado de la gobernabilidad de Barcelona", continúa el texto, que lamenta "el inmovilismo del PSC". Asimismo, los comunes apuntan que "han sido muy generosos y han hecho grandes gestos de confianza" al favorecer la investidura de Jaume Collboni y votar a favor de la tramitación inicial de los presupuestos, para añadir que durante estos meses, "el alcalde ha amenazado con echar atrás políticas progresistas como la reserva del 30%, las supermanzanas, la conexión del tranvía por la Diagonal o incluso el cierre del servicio de cuidados público VilaVeïna, y se ha acercado hacia la derecha de Junts, motivo por el cual el PSC no puede exigir un cheque en blanco".
Horas antes, la portavoz de Barcelona en Comú, Janet Sanz, había señalado que el teniente de alcaldía Jordi Valls, los había convocado a un encuentro este mismo jueves, y ella misma había defendido que los socialistas todavía tenían "unas horas para hacernos llegar sus propuestas". De hecho, la eventual negociación se podría alargar hasta el viernes a las diez de la mañana, que será la hora de inicio del plenario. En todo caso, a estas alturas parecen agotadas todas las vías posibles para aprobar los presupuestos de este 2024 de manera ordinaria, de manera que ahora el escenario más probable es que Collboni opte por aprobarlos vía cuestión de confianza.
De hecho, la misma Sanz ha insistido este jueves por la mañana en que a pesar de mantener la reunión, sobre la mesa se mantenían las mismas exigencias, las de hacer una política de continuidad con respecto al segundo mandato de Ada Colau, como la extensión de las supermanzanas y las protecciones de los entornos escolares, así como garantizar que no habrá cambios en el PEUAT para evitar que se abran nuevos hoteles en el centro de Barcelona. "Lo que hemos planteado es que hay que hacer una negociación de políticas completas", ha afirmado Sanz antes del encuentro con el gobierno municipal, para añadir que en las cuentas que se votarán el viernes, "no hay un solo euro para supermanzanas o para el Protegim escuelas, ni por regeneración urbana".